sábado, 19 de julio de 2014

LA ÚLTIMA LANZA, EL ÚLTIMO MAUSER...



Cuando allá por el año 2004, el comandante Ruiz Migens y quien esto escribe nos pusimos a diseñar un escudo para la recién creada Hermandad de Veteranos de los Grupos de Regulares de Melilla, coincidimos en apenas un par de charlas en que dicho escudo debería estar coronado por la bandera de Melilla con su propio escudo; que el campo estaría dividido en dos partes, verde y roja representando los colores de las fajas de los Grupos 5 y 2; que en la parte superior del campo iría la palabra “VETERANOS” grabada a fuego; y, sobre todo, que en medio del campo iría el primer escudo de las Fuerzas Regulares: el creciente lunar cruzado por dos fusiles Mauser y dos lanzas de caballería, en recuerdo de todos los infantes y jinetes que en los Regulares sirvieron a la Patria.



Hace unos días, apenas superada la fecha mítica del 30 de junio, en la que los Regulares de ayer, de hoy y de siempre alcanzamos el Iº Centenario de nuestra fundación, sentimos con emoción contenida las desgraciadas noticias del fallecimiento de dos compañeros entrañables: Manuel de Casas Martínez, “la última lanza” y Ali Bouyemaa Ali, “el último Mauser”.

Manolo de Casas, figura internacionalmente reconocida como árbitro de boxeo y hombre de inquietudes creativas donde los hubiera, había ingresado en 1954 en los escuadrones de Caballería de los Regulares de Nador y años después, cuando Regulares se convirtió exclusivamente en una unidad de Infantería, pasaría a incorporarse como casi todos los jinetes de Regulares, al Rgto. Caballería Alcántara. La primera vez que Manolo asistió a una reunión de la Hermandad -su Hermandad- ya demostró que el creciente lunar con las lanzas y los fusiles cruzados había permanecido en su corazón grabado y guardado como un tesoro. Nunca olvidaremos sus palabras de presentación: “...soy de los últimos Regulares de Caballería...”. Figura entusiasta y comprometida con sus veteranos Regulares participó en casi todas las actividades, formaciones, desfiles, viajes, ….dejando siempre patente su enorme cariño por sus Regulares y su compromiso plasmado tantas veces besando la Bandera. Tampoco olvidaremos su especial manera de portar el tarbush, tan típica de aquellos jinetes de la Caballería de Regulares que asombraban a propios y extraños por su valor, arrojo y marcialidad. Tras una larga enfermedad nos dejó en el mes de julio: el hombre se fue, el Regular, como dice uno de nuestros himnos, permanecerá en la historia que hemos de guardar.

Alí Buyemaa Ali, era de esos hombres que con una sencilla mirada silenciosa ya te expresaba todo un mundo de sinceridad y ganas de servir a los demás. Se había incorporado en los años cuarenta -amañando su fecha de nacimiento pues era casi un adolescente- a los Regulares y en ellos permaneció hasta la edad de retiro. ….Hecho que no le impidió jamás seguir sintiéndose un Regular de filas dispuesto a pasar lista de presente en el momento que así se lo demandarán. Y todo ello, a pesar de que los gobiernos de España se habían olvidado de cuantos como él besaron nuestra Bandera comprometiéndose con ella hasta la última gota de su sangre manteniéndoles una ridícula pensión. “Hach Bilu”, como cariñosamente le llamábamos todos, tenía el privilegio de formar con la chilaba blanca al ser el último de aquellos Regulares Indígenas..... y había que estar a su lado y mirarlo a la cara para comprobar, como a pesar de todos sus achaques y sus muchos años, levantaba la mano con energía y orgullo al primer tiempo de saludo al ver pasar la Bandera -su Bandera- la más laureada, la más querida.... Un día de antes del comienzo del sagrado mes del Ramadán, su cuerpo nos dejó para ir a reunirse con el Todopoderoso, ….su ejemplo de leales no nos abandonará jamás.

Para nosotros, Regulares veteranos, fue un privilegio formar a su lado, estar con ellos, intentar ser como ellos.....Para vosotros, Regulares de hoy, deben ser un ejemplo de moral y ética militar y ciudadana.
Cualquiera de estas tardes, justo cuando se rompa el ayuno del mes sagrado del Ramadán y el cornetín de la base Alfonso XIII toque oración, seguro que si miramos al horizonte allá por el Zoco el Had, donde el sol se pone para los mortales, podremos a nada que miremos bien ver juntas dos figuras con el uniforme garbanzo, el sulhan y el alkidel de las grandes ocasiones : una a caballo con la lanza y la otra con el Mauser colgado dirigiéndose en paz hacia la Luz que el Misericordioso les tiene sin duda reservada.

Melilla, julio de 2013



1 comentario:

  1. La amistad, el reconocimiento, el espíritu de grupo son valores que se pierden y que Hermandades como la de Regulares saben guardar.

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