miércoles, 16 de julio de 2014

MI TÍO CARMELO EN EL RECUERDO...


El dar nombre a una persona no es cuestión baladí. El nombre acompaña a lo largo de una vida, representa, significa, define y dice de nosotros ….. Las razones por las que decidimos elegir tal o cual nombre para el neonato suelen ser de lo más variopintas....

En mi caso, casi fue obligado. La desaparición en un naufragio de mi tio Carmelo Millán López unos pocos años antes de mi venida al mundo, era un referente que ninguna familia de aquellos tiempos podía obviar …. Y así en la pila de la iglesia del Sagrado Corazón me pusieron Carmelo, nombre que muchos años después, tras haberlo sufrido abnegadamente, me enteré que, entre otras cosas, significaba:

“..El que proviene de la viña de Dios...Es de una gran intelectualidad, es intenso en sus emociones, trata de ayudar a todos los que lo necesitan y requieren de él. Suele tomar decisiones ya que poseen una gran seguridad en sí mismo y en sus reflexiones. Tanto en el ámbito familiar como laboral mantiene una gran comunicación con todos los que lo rodean. Suele ser cariñoso y atento con la
persona que ama. Necesita que su pareja le demuestre constantemente
su lealtad y afecto.....”

Carmelo Fernández Millán




La desaparición en un naufragio de mi tío Carmelo, siempre ha estado rodeada de un halo enigmático y desconocido, acompañado del recuerdo del intenso y traumático dolor que supuso para toda la familia la pérdida de un ser tan querido. Tanto más, cuando fue el desencadenante de que mi abuela Juana quedase parapléjica y tuviese que ir el resto de sus días en silla de ruedas.....

Durante años, el misterio de aquel naufragio nos acompañó como uno de los tantos recuerdos importantes que cada familia posee en mayor o menor grado; sólo cuando surgía en alguna conversación, cuando aparecía alguno de los amigos que de mi tío habían sido, …. el tema se retomaba y los por qués surgían sin obtener respuestas y aumentando con el paso del tiempo la confusión.

No fue hasta el verano de 2011, cuando en una conversación con mi madre me pregunté cómo no habíamos hecho por saber algo más algo de aquel naufragio y le prometí que haría todo lo posible por encontrar información de lo que sucedió en aquellos nefastos días.

Lo que en principio me pareció relativamente razonable y accesible pronto me demostró que para nada iba a ser así. Para comenzar, los recuerdos familiares y los datos que me aportaron mi madre y mi tía eran cuanto menos poco fiables y en algún que otro caso contradictorios. Por ello, con unas pocas notas que más tarde se demostrarían inexactas decidí acudir a algunas razonables fuentes de información.....Ni me imaginaba lo difícl que iba a ser aquello: a nivel oficial nadie parecía saber nada de nada.

Consulté la Casa del Mar, la Comisaría del Puerto, la Comandancia de Marina, la Compañía de Mar, la Autoridad Portuaria, ….. todo ello abusando de amigos y conocidos que tenía en estas instituciones. Incluso llegue a consultar en conocidos de la Comandancia Militar de Melilla...apenas si obtuve algún dato ya sabido. Incluso me acerqué al monumento a los pescadores de Melilla, en la dársena portuaria, donde están en un viejo barco pesquero anotados todos los barcos de la flota pesquera de Melilla.....encontré varios Joven...pero ninguno Wenceslao...

Como suelen suceder estas cosas, el hilo del ovillo surgió de mano de esa buena gente que siempre está ahí pero que hay que encontrarla y de la casualidad.

La buena gente surgió de la Asociación Antiguos Residentes de Villa Sanjurjo ( hoy Alhucemas ) a cuyo presidente conocí en Melilla en una recepción militar. Ante mis requerimientos se tomó la molestia de escribir a todos sus asociados los cuales me proporcionaron dos fuentes valiosísimas: El libro Alhucemas en mi recuerdo de P. Rubio y S. Lacalle. (Marzo 1992) en el que se señala la tragedia del Joven Wenceslao. También me pusieron en contacto con D. José Miguel Tasende Souto, Capitán Marítimo de Melilla, quien a su vez buscó información en D. Jacinto López Tirado, gran experto, autor de un magnífico libro sobre La Flota Pesquera de Melilla en el siglo XX el cual me proporcinó una interesantísima información.

La casualidad surgió en el Google, escribiendo el nombre del barco. La hemeroteca de ABC resultó ser todo un tesoro.

Por último, no puedo olvidar el magnifico trabajo de investigación bibliotecaría y de consulta de hemerotecas ( fundamentalmente la de El Telegrama del Rif ) realizado por mi cuñada Pilar Serrano Peña sin la cual está modesta investigación familiar nunca hubiera alcanzado puerto.....

Melilla, madrugada del 16 de julio de 2012



Mi tío Carmelo lo tenía decidido de sobra: no quería permanecer en aquella Melilla, mísera, timorata, cuartelera, encerrada en su trágica historia y llena de prohibiciones y temores. Él quería un futuro y como tantos otros jóvenes de familias pobres de Melilla ese futuro quería encontrarlo en la mar.......

Tras el servicio militar -duro como lo era en aquella época y máxime para un joven podo dispuesto a obedecer órdenes- mi tío Carmelo decidió embarcarse en uno de aquellos barcos con bandera de otros lugares que hablaban de prosperidad y libertad. No eran pocos los mercantes -mineros y de transporte- que a raíz de la IIª Guerra Mundial acudían a Melilla para embarcar mineral del hierro procedente de las minas del Uixan o descargar productos para un norte de África tan necesitado de la llegada del siglo XX....Y muchos jóvenes melillenses veían su futuro en la estela que dejaban esos barcos cuando doblaban el puntal del faro del puerto......

Pero aquellos deseos no eran nada fáciles en aquella España llena de salvoconductos, autorizaciones, pólizas y, ¡vuelva Vd. mañana!. Había que hacerse con toda una documentación entre la que constaba un número de horas embarcado en barcos de menor calado,...pesqueros por ejemplo.

Desde el primer minuto mi abuela Juana tuvo reparos. Sabía que aquello significaba alejarse de su hijo....y aquella mujer barruntaba que no iba a ser para bien. Por eso aquella tarde escondió la manta, por eso le mintió a los pescadores que vinieron a buscarlo, ….., por eso sufriría ya el resto de su vida una paraplejia.

Carmelo Millán López solicitó embarcarse en el Joven Wenceslao, barco construido en la Playa del Quemado, Villa Sanjurjo ( hoy Alhucemas) por el maestro calafate de Melilla, conocido por “Vazquiña”, y aunque los barcos construidos allí se matriculaban en Melilla, éste no aparece inscrito en la matrícula de este puerto. Se dedicaba a la pesca de traíña (arte de cerco). Su mando se encomendó por la familia García Soler, armadores del pesquero, al patrón de pesca conocido por Antonio “el Roquetero”.

La fatídica tarde del 18 de febrero de 1952, mi tio Carmelo había salido a dar un paseo cuando un par de tripulantes del Joven Wenceslao se acercaron a avisarle de que esa noche podía embarcar. Mi abuela Juana los despachó con excusas y mentiras diciéndoles que ese día no iba a poder ser....pero la maldita casualidad hizo que los marineros se encontraran con mi tio justo al salir de casa. Mi abuela volvió a la carga mintiéndoles con que la manta -elemento esencial en aquella época- que tenía que llevar mi tio, estaba lavándose. Pero los marineros insistieron en que ellos podían prestarle una y mi tío Carmelo no podía dejar escapar aquella oportunidad....su última oportunidad.

Nunca he preguntado por aquella despedida, pero conociendo a los Millán como los conozco me imagino que fue, como sin duda se confirmaría después, trágica.

El Joven Wenceslao permaneció ese 18 de febrero de 1952 en Melilla para coger hielo, haciéndose a la mar con dirección al Cabo Quilates, desde allí partió a las 12 del día 19 con dirección a Málaga, o algún puerto de su costa, llevando en sus bodegas 15 Tm de sardinas. Debería haber llegado a puerto entre las dos o las tres de la madrugada del día 20..... pero no lo hizo. Según todos los indicios sobre esa hora desapareció probablemente abordado por otro barco de mayor envergadura. Así lo afirmaron marineros del Alma Negra otro pesquero que solía faenar junto al Joven Wenceslao1. El fuerte temporal que azotó aquellas costas en esos días se inició el día 20 al mediodía, es decir, cuando la embarcación ya debería haber llevado refugiada horas en el puerto.

No hubo indicios del Joven Wenceslao hasta el día 24 de febrero cuando en la escollera de La Faraona de Málaga apareció un trozo de unos 4 m de longitud de la amura de babor con parte de la inscripción del nombre y folio de matrícula. Más tarde, en el lugar denominado El Lago, entre Torre del Mar y Torrox, apareció el otro trozo de la cita amura con la obra muerta y viva y el resto de la inscripción. No habiendo dudas, al parecer dada la forma en que aparece cortada la amura, de que el Joven Wenceslao sufrió un abordaje.2 Días después apareció la buceta o bote auxiliar de la embarcación completamente intacta en las inmediaciones de Fuengirola.

El Joven Wenceslao, era -como hemos mencionado-propiedad del armador de Villa Sanjurjo Wenceslao García Soler ( su hijo y sus nietos tienen negocios hoy en Melilla ). Había sido construido dieciséis meses antes de su naufragio en la citada localidad por el carpintero de ribera melillense y maetro calafate Diego Fernández Fernández, apodado “Vasquiña”, quién siempre aseguró que la embarcación tenía las máximas condiciones de seguridad. Desplazaba 40 Tm y tenía 15'50 m de eslora y 2'50 m de puntal. Su arte de pesca tenía unos 500 m. Se le calculaba un valor en aquellos años de 600.000 pta. Todos los intentos que tenido con la familia García para que me proporcionasen alguna información ( alguna foto, la matrícula del barco,...) han sido, por razones que no alcanzo a explicarme, recibidos con inquietud y desconfianza y sólo acertaron a decirme que “..aquel naufragio.....les había costado muchos duros...”. Meses después una nieta se puso en contacto conmigo prometiéndome proporcionarme una amplia información, al día de la fecha aún la espero.

La tripulación del Joven Wenceslado aquellos días de febrero la componían José Vea Rodríguez ( patrón de cabotaje), Antonio Fuentes Martínez ( patrón de pesca), Francisco Pérez Asensio ( 1º motorista ), Domingo Fernández Torres (2º motorista ) y los marineros: José Mata Blanco, Francisco Aragonés Núñez, Francisco San Nicolás Aguado, Antonio Padial Mata, Mohamed El Hassan Ben Hamedi “El manco”, Hamete Amaruch y “El Jaleta”. En esta primera relación no aparecen los 17 hombres que se mencionarían posteriormente. Más adelante ya en prensa se incluyen los vecinos de Melilla Carmelo Millán López y Simón Benhamú Benhamú....En otra relación posterior también se incluiria a Buarfa Mohamed Hach,...¿quiénes eran el resto hasta completar los 17..?. Es más, alguna publicación escribe -entiendo que erróneamente- sobre 27 tripulantes....

La relación de barcos de pesca -y otros- relacionados con esta Ciudad o sus proximidades que se hundieron en aquellos años resulta sorprendente, basta consultar algunas de las obras mencionadas para leer sobre ello. Como causas se mencionan “los golpes de mar”, los temporales, el abordaje o ...causas desconocidas. Casi todas estos naufragios terminaban con la pérdida de la embarcación y -lo que es mucho peor- la desaparición de casi todos sus tripulantes. En rara ocasión aparecía o se encontraba el cadáver de alguno de aquellos desgraciados.

En la madrugada del 19 de febrero de 1952 el Joven Wenceslao se llevó al fondo del Mediterráneo 17 vidas, 17 historias, 17 tragedias familiares...Entre ellas la de mi tío Carmelo Millán López, que la Santísima Virgen del Carmen los haya acogido para siempre en su seno.







1Hubo algún marinero del Alma Negra que, tal vez guiado por la compasión o la imaginación, dijo a mi abuela que él había visto como un mercante de matrícula soviética había recogido a los náufragos. En aquellos tiempos que no se tenían relaciones con la URSS, mi abuela siempre tuvo la esperanza de que su hijo Carmelo viviese allí y algún día volviese a su casa. “...el vino va a correr por la cuesta de la calle Capitán Cossío...” solía decir.



2Curioso que sólo apareciera precisamente la identificación del barco, ¿casualidad?

4 comentarios:

  1. GRacias por recuperar parte de la historia familiar.

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  2. Gracias por su improbo trabajo. Mi tío era Antonio Padial Mata (hay algún error de transcripción), sobrino de José Mata Blanco. Ambos murieron en este naufragio. José tenia 28 años y Antonio solo 14. Nuevamente gracias.

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    1. Con emoción contenida leo tu comentario que agradezco y corrijo inmediatamente por ese Padial que efectivamente he comprobado venía mal escrito en la reseña de ABC que consulté. No te imaginas la de dificultades que encontré para realizar este trabajo que prometí a mi madre y que conseguí terminarlo antes de que ella falleciese. Te agradezco tu aportación y ponme, por favor, a disposición tuya y de tu familia

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  3. Gracias Carmelo por tus palabras. Hoy he vuelto a leer tu escrito y me he vuelto a emocionar. Seguro que fue un trabajo difícil, pero precioso. A veces no entiendo el mundo en el que vivimos, no entiendo las reacciones de la gente y me siento extraño; sin embargo, al releer tus líneas me reconcilio un poco con la humanidad y compruebo que a pesar de las diferencias todos compartimos un mismo sustrato afectivo. Gracias de nuevo.
    P.D.: He estado intentando localizar geográficamente la escollera La Faraona de Málaga y no lo he conseguido. El resto de lugares que describes sí. ¿Tú sabes donde está esa escollera?

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