sábado, 12 de julio de 2014

CARTA DE UN HUÉRFANO.


Esto que ahora empiezo a teclear en mi ordenador no es parecido a nada de lo que he escrito hasta ahora. No lo es ...porque su destino no es la mente ni el pensamiento del amable lector, es el corazón. Ese corazón que en los tiempos que corren sólo recordamos poseer cuando alguna patología nos avisa que lo tenemos ahí y nos hace comprender el mal uso que hemos hecho de él.... y no me refiero al aspecto puramente fisiológico.

Canta, con una increíble voz ,Pastora Soler en una estrofa de una maravillosa canción:

“..Tenemos la mala costumbre de querer a medias
de no mostrar lo que sentimos a los que están cerca,
tenemos la mala costumbre de echar en falta lo que amamos,...”

Y cuando uno la escucha hasta es posible sentir que ese corazón del que hablábamos antes tiene muchas más funciones que las de bombear la sangre para que alcance hasta el último rincón de nuestro cuerpo... Que junto con esa sangre también van sensaciones, emociones, sentimientos, …. que nunca deberíamos perder ….pero que los estamos perdiendo.

Y lo estamos haciendo porque ya desde pequeños esta sociedad decadente que nos ha tocado vivir sólo muestra como modelo lo peor de nosotros, ofreciéndolo a nuestros niños y jóvenes como el único camino para “triunfar en lo que se supone sería una vida perfecta” y olvidándonos de todo lo que no signifique “poder, dinero, ambición,..”. Esto es lo que día a día se infiere de los medios de comunicación, de las escasas conversaciones familiares, de las charlas entre amigos, …, de los “whatpsaps” y los “twitter” que cada día nos deshumanizan más y más.

Desde mi experiencia como maestro podría poner centenares de ejemplos de como tantos días compruebo el daño que se está haciendo a esos niños en una edad tan maleable, niños cuyos intereses y deseos más importantes sólo buscan el último modelo de móvil o de vídeoconsola, cuando ves a chicas de apenas once años que lloran con rabia y sin consuelo porque sus padres no le compran el último no sé qué de One Directions...., cuando sientes la frustración de comprobar que a tus alumnos por muy “pedagógicodidacticointeractivo...” que se lo pongas no quieren saber nada de literatura, poesía, arte,…. conocimientos, … y sus padres sólo quieren saber que “aprueban” por encima de todo..... ¿Qué estamos haciendo...?

Y vuelvo a “La mala costumbre” de Pastora Soler:

“....Tenemos la mala costumbre de perder el tiempo,
buscando tantas metas falsas tantos falsos sueños,
tenemos la mala costumbre de no apreciar lo que en verdad importa,
y sólo entonces te das cuenta de cuántas cosas hay que sobran..”


El que esto escribe, tuvo la desgracia de perder hace apenas unos meses, en un cortísimo intervalo, a su padre y su madre. Durante algo más de año y medio, mi familia sufrió idas, venidas, noches, días, tardes, ...de ese Hospital Comarcal de nuestros dolores. Sufrió tener que desplazarse a un hospital de Málaga y permanecer allí -con todo lo que ello conlleva- durante semanas. Sufrió las muchas faltas y déficits de esta sanidad melillense …. y quién sabe si hasta sufrió de alguna que otra incompetencia... Hasta que llegaron los fatales momentos. Entonces sentimos el calor de una familia que se unió más que nunca siguiendo los deseos de nuestros padres y los valores que nos habían inculcado ellos y nuestros maestros desde niños; sentimos el cariño de nuestros amigos que estuvieron con nosotros y nos consolaron; sentimos el respeto de muchos compañeros que de alguna forma quisieron también estar a nuestro lado...Y en esos días cuando el dolor ahogaba nuestros corazones entre las muchas cosas que se piensan es ¿y por qué tenemos que esperar a estos momentos para sentir esa proximidad, ese cariño, esa unión, ese respeto...? ¿tan difícil es hacerlo día a día …? ¿tanto nos cuesta valorar y hacer lo que de verdad importa...?

Y es ahora, cuando añoras aquel beso que debiste dar, aquel abrazo que no diste porque tenías prisa, aquella discusión que tuviste por una estupidez, aquella conversación que no quisiste tener porque “habías quedado”, aquellos reproches o malas palabras, todo aquello que no hiciste o hiciste ….y que ahora darías lo que te queda de vida por poder hacer o borrar....Y te das cuenta de la enorme estafa en que estamos convirtiendo nuestras vidas para provecho de unos pocos miserables que se han apoderado de nuestros sentimientos y hasta de nuestros sueños más preciados para borrarlos, distorsionarlos, sustituirlos,.. por lo que a ellos conviene. Y te das cuenta cuando ya eres huérfano ….

Pero no nos han borrado, todavía, la memoria -están en ello- y mientras ésta nos traiga recuerdos no podemos ni debemos olvidar que somos personas, que sentimos, queremos, amamos, soñamos, deseamos, …, compartimos, sufrimos,.... y somos capaces de hacerlo por un mundo mucho mejor aunque ya no sea para nosotros y aunque en mi humana conciencia resuene esa estrofa de Fito y Fitipaldis:

“....quisiera haber querido
lo que no he sabido querer...”



1 comentario: