sábado, 12 de julio de 2014

SIN IRA.



El haber superado hace ya un añito la barrera de los 50 le proporciona a uno el inconveniente de no recordar dónde ha dejado algo hace unos instantes y el privilegio de tener muy claro en la memoria hechos que ocurrieron hace años. En relación a esto último, reclamo y agradezco, amable lector, su generosa atención.

Ejercía la otra tarde la profesión de padre-taxista con mi hija cuando en el CD del coche comenzó a sonar la canción “Libertad sin ira” del grupo Jarcha. Mi hija, una joven que acaba de terminar su primer año en la universidad, comenzó a tararear la canción comentándome lo bonita que era....... Confieso a nuestra policía local, solicitando su benevolencia, que durante unos instantes conduje el vehículo “con el piloto automático” pues mi mente, animada por la canción, retrocedió en el tiempo a cuando tenía yo, precisamente, la edad de mi hija y allí me ví con un spray de pintura roja en la mano frente a una pared como único medio libre de expresión. Me reconocí en aquellas aulas de La Normal donde los partidos florecían como rosas y claveles –rojos, por supuesto- y las ilusiones de construir una España mejor, libre, democrática, europea, social y culturalmente avanzada, donde todos cabíamos y no sobraba nadie.....llenaban y daban a nuestra vida un sentido diario de que podíamos y, sobre todo, debíamos contribuir a ello con todas nuestras fuerzas. Me tomé, otra vez, un café –de los de verdad, no descafeinado como ahora- en aquellas tertulias con mis amigos-as de entonces (que también conservo ahora ) mientras hablábamos y hablábamos durante horas como si en ello nos fuera la vida de cómo debía ser la España después de Franco....... Me escuché cantando con esperanza “Libertad sin ira” justo cuando regresé a la realidad y ¡ lo hacía junto a mi hija ¡....... juntos dos generaciones de españoles ....... en libertad...sin ira.

La sensación fue contradictoria: Por un lado miré a mi hija y ví esa nueva España que ha dejado de ser “bajita, morena y cejijunta” para ser “alta, rubia y con ojos claros”, comprendí cuan lejos nos estamos situando de nuestra juventud, de nuestro futuro, si seguimos retomando, sin sentido ya alguno para ellos, todo aquello que nos condujo a aquella maldita Guerra Civil que perdimos todos los españoles una y otra vez durante 40 años y que comenzamos - sólo comenzamos - a ganarla todos con la Transición. Mi hija, como tantas de su generación ya no tiene que verse con un spray de pintura ante una pared, ha nacido y vivido en Democracia; ella tiene hoy otros intereses otras inquietudes, a las que no estamos dando la respuesta adecuada; ella sólo sabe que “cara al sol” ha de ponerse bronceador y que “agrupémonos todos” debe ser los fines de semana para el “botijo” ;ella – ellas y ellos - lo que desean es formarse académica y profesionalmente de la mejor manera, disponer de muchas oportunidades para alcanzar la independencia económica, tener vivienda propia, conocer otros lugares, otros países, otras gentes, otras lenguas,...”vivir su vida con alegría y la fiesta en paz”, tal y como nos decía la gente de Jarcha allá por los 70. Por otro lado, me miré un pequeño instante por el espejo retrovisor y - amén de ver canas y mucho menos pelo – sentí que a mis ideas e ilusiones de entonces les había ocurrido como al café que tomo ahora: se habían “descafeinado” o peor aún ....muchos de los que ocupan o han ocupado los sillones del poder nos las habían “descafeinado” con sus mentiras, sus abusos, sus escándalos, sus “nazionalismos” liberticidas, su falta de generosidad, sus egoísmos, su soberbia o sus incompetencias..... y no es justo. Ni las generaciones de antes, ni las de ahora, ni las del mañana, se merecen a muchos de los “políticos” que con sus miserias y mezquindades nos amargaron nuestra Historia, nos amargan el presente y no les importa lo más mínimo amargarnos el futuro.....


Y ahora, ...¿ahora qué?,........ pues no hay por qué ser pesimistas nos queda el regeneracionismo, una vez más en la Historia de España nos queda el regeneracionismo, que unido a una buena dosis de patriotismo ( no del rancio si no del bueno, del sano, del sentirnos orgullosos de lo que somos, de lo que hemos hecho y, sobre todo, de lo que podemos hacer juntos ) más unas “grandes gotitas” de pragmatismo, de realismo con los tiempos que vivimos, mirando adelante, construyendo un futuro abierto, en paz, con respeto y convivencia, seguro y en libertad. Tal vez sea llegado el momento de que nuestros jóvenes cojan los “spray de pintura de todos los colores” y nos vuelvan a llenar de Democracia, Libertad y Solidaridad nuestros corazones. Ahora les toca a ellos cantar y gritar “Libertad” ....sin ira, tal vez como nunca se ha cantado en nuestra Historia.




Melilla, julio de 2007


by-nc-nd.eu_petit

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