viernes, 27 de marzo de 2020

ÚLTIMO DÍA DEL TRIMESTRE...


Son las siete de la mañana. No ha hecho falta que suene el despertador. Siempre que voy a emprender un viaje no duermo bien… los nervios. Mientras desayuno repaso todo lo que tengo que hacer hoy … que, en realidad, sólo es repasar todo lo que ya tenemos dispuesto - ¡¡Como lo echo de menos !! 

A las ocho y veinte minutos estoy ya conduciendo el coche camino del colegio, hace un día precioso, un poquito de poniente pero gracias a Dios se ha ido el levante que nos ha acompañado hasta en forma de temporal durante más de una semana. Una vez más tengo que dar dos o tres vueltas hasta encontrar aparcamiento, hoy no quiero aparcar en el campo de fútbol pues es de suelo terroso y ayer lavé el coche. Al fin aparco, algo alejado del Colegio pero aparco. Me entretengo escuchando a Carlos Herrera en radio y mirando todo lo que me rodea - ¡¡Como lo echo de menos !! 

A las nueve menos cuarto estoy entrando por las puertas del Colegio. Se nota un ambiente especial, hoy es el último día de clase del trimestre, ayer les dieron las notas y los chicos ya están muy relajados. Saben que lo de hoy es un día de prevacaciones y que saldrán a las doce, hora a partir de la cual los profesores estaremos a disposición de los padres y madres para comentar las notas- ¡¡Como lo echo de menos !! 

Entro en la sala de profesores y ocupo mi “lugar reservado” en uno de los sofás. Soporto la primera broma de JC y se la devuelvo con bala. Hoy todo el mundo habla de los viajes de vacaciones. Es curioso esto que nos pasa a los maestros, en las salas de profesores todos hablamos en voz alta y a la vez… y nos entendemos - ¡¡Como lo echo de menos !! 

Toca el timbre y cada uno se levanta para cumplir con sus obligaciones. Dejo pasar primero a las maestras que uno hizo el bachiller antiguo y le enseñaron que las señoras primero le pese lo que le pese a las feminazis de ahora. - ¡¡Como lo echo de menos !! 

Me sitúo casi al pie de la escalera, a mi lado van pasando los más pequeñines, alguno de ellos se desmadra - ”Mida que te doy un totazo,… no me zujetéis…no me zujetéis...” - les digo de broma entonando mi voz como si fuese la de un personaje de dibujos animados, mientras alguna alumna me dice “ Haz magia” a lo que respondo “no puedo, me la he comido para desayunar”. Todos se ríen. Algunos pasan a mi lado y tirándome de la mano me dicen “Buenos días”, otros me dan un abrazo. - ¡¡Como lo echo de menos !! 

Subo la escalera, en el primer escalón me duele la rodilla, en el segundo la espalda. Y pensar que hace unos años la subía corriendo… Me cruzo con los alumnos mayores, les digo con ironía "¡Uy como huele a calabazas por este pasillo... jejejeje ". Me cruzo con un grupo de sexto,  "A ver chicos, cantemos: feillos unidos jamás serán vencidos” y entre risas los chicos entran en clase cantando. La tutora me dice que ya se los he revolucionado. Las chicas protestan y me dicen que ellas son guapas. Les digo que sí, que sólo me refería a los chicos, que ellas son las “fashion” del Colegio, entran riéndose. - ¡¡Como lo echo de menos !! 

Abro mi despacho, porque aunque lo llamen aula aquello no es más grande que un despacho, y preparo todo el material. Todo un ritual. Me gusta mi despacho - ¡¡Como lo echo de menos !! 

Salgo a buscar a mi primer alumno, hoy sólo cogeré a unos pocos dado que salimos a las doce. Además hoy he programado una de las actividades que más les gusta: ver dibujos e ir parando para que me cuenten cosas y respondan a preguntas, un excelente ejercicio que bien llevado me sirve de estimulación del lenguaje expresivo y comprensivo, de la memoria a corto plazo,  de la atención. - ¡¡Como lo echo de menos !! 

A las once y quince me toca recreo… mira que tocarme el último día del trimestre. Las guardias de recreo son de las actividades menos atractivas de la labor docente, o al menos eso creía yo hasta ahora. Los pequeñines se arremolinan a mi lado. Me piden pistachos, que les haga magia, me cuentan sus penas y pupitas, … las chicas salen corriendo cuando las amenazo que como no me dejen tranquilo ¡les busco un novio!, mando a muchos a recoger lo que han tirado al suelo… - ¡¡Como lo echo de menos !! 

De doce a una, ya sin niños, me quedo en mi despacho a disposición de las familias. Sólo viene una madre a pedirme algunas actividades para su hijo en estas vacaciones. Le recomiendo unas cuantas que puede bajarse de mi blog. -¡¡Como lo echo de menos !! 

A última hora los compañeros nos despedimos deseándonos lo mejor en estas vacaciones. - ¡¡Como lo echo de menos !! 


Yo,  desde la realidad de esta triste  cuarentena les deseo, y sé que ellos me lo desean a mí, lo mejor de lo mejor … y ahora lo hago con todo mi corazón para ellos y para nuestros niños.

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