viernes, 27 de marzo de 2020

ÚLTIMO DÍA DEL TRIMESTRE...


Son las siete de la mañana. No ha hecho falta que suene el despertador. Siempre que voy a emprender un viaje no duermo bien… los nervios. Mientras desayuno repaso todo lo que tengo que hacer hoy … que, en realidad, sólo es repasar todo lo que ya tenemos dispuesto - ¡¡Como lo echo de menos !! 

A las ocho y veinte minutos estoy ya conduciendo el coche camino del colegio, hace un día precioso, un poquito de poniente pero gracias a Dios se ha ido el levante que nos ha acompañado hasta en forma de temporal durante más de una semana. Una vez más tengo que dar dos o tres vueltas hasta encontrar aparcamiento, hoy no quiero aparcar en el campo de fútbol pues es de suelo terroso y ayer lavé el coche. Al fin aparco, algo alejado del Colegio pero aparco. Me entretengo escuchando a Carlos Herrera en radio y mirando todo lo que me rodea - ¡¡Como lo echo de menos !! 

A las nueve menos cuarto estoy entrando por las puertas del Colegio. Se nota un ambiente especial, hoy es el último día de clase del trimestre, ayer les dieron las notas y los chicos ya están muy relajados. Saben que lo de hoy es un día de prevacaciones y que saldrán a las doce, hora a partir de la cual los profesores estaremos a disposición de los padres y madres para comentar las notas- ¡¡Como lo echo de menos !! 

Entro en la sala de profesores y ocupo mi “lugar reservado” en uno de los sofás. Soporto la primera broma de JC y se la devuelvo con bala. Hoy todo el mundo habla de los viajes de vacaciones. Es curioso esto que nos pasa a los maestros, en las salas de profesores todos hablamos en voz alta y a la vez… y nos entendemos - ¡¡Como lo echo de menos !! 

Toca el timbre y cada uno se levanta para cumplir con sus obligaciones. Dejo pasar primero a las maestras que uno hizo el bachiller antiguo y le enseñaron que las señoras primero le pese lo que le pese a las feminazis de ahora. - ¡¡Como lo echo de menos !! 

Me sitúo casi al pie de la escalera, a mi lado van pasando los más pequeñines, alguno de ellos se desmadra - ”Mida que te doy un totazo,… no me zujetéis…no me zujetéis...” - les digo de broma entonando mi voz como si fuese la de un personaje de dibujos animados, mientras alguna alumna me dice “ Haz magia” a lo que respondo “no puedo, me la he comido para desayunar”. Todos se ríen. Algunos pasan a mi lado y tirándome de la mano me dicen “Buenos días”, otros me dan un abrazo. - ¡¡Como lo echo de menos !! 

Subo la escalera, en el primer escalón me duele la rodilla, en el segundo la espalda. Y pensar que hace unos años la subía corriendo… Me cruzo con los alumnos mayores, les digo con ironía "¡Uy como huele a calabazas por este pasillo... jejejeje ". Me cruzo con un grupo de sexto,  "A ver chicos, cantemos: feillos unidos jamás serán vencidos” y entre risas los chicos entran en clase cantando. La tutora me dice que ya se los he revolucionado. Las chicas protestan y me dicen que ellas son guapas. Les digo que sí, que sólo me refería a los chicos, que ellas son las “fashion” del Colegio, entran riéndose. - ¡¡Como lo echo de menos !! 

Abro mi despacho, porque aunque lo llamen aula aquello no es más grande que un despacho, y preparo todo el material. Todo un ritual. Me gusta mi despacho - ¡¡Como lo echo de menos !! 

Salgo a buscar a mi primer alumno, hoy sólo cogeré a unos pocos dado que salimos a las doce. Además hoy he programado una de las actividades que más les gusta: ver dibujos e ir parando para que me cuenten cosas y respondan a preguntas, un excelente ejercicio que bien llevado me sirve de estimulación del lenguaje expresivo y comprensivo, de la memoria a corto plazo,  de la atención. - ¡¡Como lo echo de menos !! 

A las once y quince me toca recreo… mira que tocarme el último día del trimestre. Las guardias de recreo son de las actividades menos atractivas de la labor docente, o al menos eso creía yo hasta ahora. Los pequeñines se arremolinan a mi lado. Me piden pistachos, que les haga magia, me cuentan sus penas y pupitas, … las chicas salen corriendo cuando las amenazo que como no me dejen tranquilo ¡les busco un novio!, mando a muchos a recoger lo que han tirado al suelo… - ¡¡Como lo echo de menos !! 

De doce a una, ya sin niños, me quedo en mi despacho a disposición de las familias. Sólo viene una madre a pedirme algunas actividades para su hijo en estas vacaciones. Le recomiendo unas cuantas que puede bajarse de mi blog. -¡¡Como lo echo de menos !! 

A última hora los compañeros nos despedimos deseándonos lo mejor en estas vacaciones. - ¡¡Como lo echo de menos !! 


Yo,  desde la realidad de esta triste  cuarentena les deseo, y sé que ellos me lo desean a mí, lo mejor de lo mejor … y ahora lo hago con todo mi corazón para ellos y para nuestros niños.

martes, 24 de marzo de 2020

EL SENTIDO DEL HUMOR DE MI MADRE.

Mi madre era un caso… Si me pongo a contar las ocurrencias que tenía me faltan ordenadores. Su sentido del humor, la alegría que contagiaba, el reírse con la gente nunca de la gente, era algo que en estos días tan complejos echamos de menos mucho, … muchísimo. 

Una optimista vital, a pesar de los tiempos trágicos que le tocó vivir y del hambre que pasó, cuando las cosas iban o podían ir mal ella era la que siempre nos decía: “...tranquilos que no va a pasar nada...hay que tener fe…” y, otra cosa no pero fe, lo que se dice fe, en su Sagrado Corazón o en la Virgen del Pilar, mi madre tenía para ella y para toda la familia. 

Hoy, cuando miro este levante plomizo en un día tan trágico con unos datos terribles sobre la Covid-19, cuando hasta los más optimistas empiezan a sentir la inquietud del pesimismo; he recordado aquellas palabras de mi madre, María del Carmen Millán López, conocida por casi todo el mundo como Maruja y me he propuesto recordar algunas de aquellas ocurrencias. 

Serían los años 70, yo había empezado a tontear con la que sería mi mujer entre otras cosas porque su familia eran vecinos nuestros, puerta con puerta, y nos habíamos hecho muy amigos. Una tarde muy parecida a la de hoy de esas de levante, Tere y yo teníamos Academia Cervantes a la misma hora y yo estaba loco por terminar las clases y acompañarla hasta casa charlando con ella por el camino… Cual fue mi sorpresa – y la de ella – que mi querida madre acompañada de la que sería mi suegra nos estaban esperando...¡¡¡ vestidas con unas batas de andar por casa de un color muy parecido al mimetizado boscoso que hoy usan nuestras FFAA !!! Afortunadamente había poca luz pues en aquellos años el alumbrado público dejaba mucho que desear y hacía un frío notable por lo que nuestros compañeros apenas se percataron de las “dos señoras”. 

-Joder, mamá… y anda que Vd. Teresa – les dije nada más verlas. 

- Pero dónde vais vestidas así – les dijo mi Tere que con aquella sonrisa que iluminaba su rostro – Desde luego que estáis perdidas… 

-Maruja, que me ha convencido … estábamos aburridas en la casa … y ya ves tú ...¡¡ que valor !! Pero venimos hinchándonos de reír, hasta hemos tocado en unos timbres y hemos salido corriendo como cuando éramos pequeñas. Esta Maruja… - dijo cogiéndola del brazo. 

Mi cara debía ser un poema… y yo que me las prometía tan felices acompañando a mi chica. 

Emprendimos el regreso y las dos estuvieron todo el rato contándose cosas que las hacían ir riéndose a carcajadas todo el camino, por su parte, Tere participaba con ellas y se lo iban pasando tan ricamente… 

Al llegar a la puerta de la Guardería, bajo sus soportales y aprovechando la oscuridad había una parejita no sé si en plena faena o en las previas … El caso es que a mi querida madre no se le ocurrió otra cosa que casi al lado de ellos hacer como que se caía y empezar a dar voces como una posesa. 

La pareja aturullada se puso de golpe en pie cayéndosele al chico los pantalones y la chica poniéndose precipitadamente las bragas… El espectáculo era de una comedia desternillante pues mientras mi madre daba voces como si estuviera poseída. La pareja, al final salió corriendo por entre las calles dando trompicones con su propia ropa como si hubiesen visto al mismísimo demonio. 

Mientras yo veía el inusitado espectáculo sin poder reponerme de la sorpresa, mis tres mujeres se partían literalmente el pecho. Y así estuvieron hasta que llegamos al portal de casa después de escucharles reiteradas veces lo de: 

-¡Ay! ¡que me meo! ¡ que me meo !… 

Y así fue, como luego nos confesaron a Tere y a mí. 



En otra ocasión, nos acababan de poner el teléfono y mi madre estaba como una niña con zapatos nuevos llamando a una y a otra, y, sobre todo, dándole vueltas a la cabeza de que podía inventar para  hacer con el invento de Don Alexandre Grahan Bell… 

De pronto saltó como un resorte y cogió el teléfono marcando un número...mientras se alisaba la ropa. 

-Buenas tardes, ¿Doña Francisca de … y …? - con voz muy fina y modificada resaltando los apellidos pues sabía que su amiga gustaba de ello – Verá, la llamamos desde Telefónica España pues estamos revisando las líneas… ¿han notado Vds alguna alteración? 

-Pues mire, ahora que lo dice…  mi marido me dijo que sí, que el otro día algo le pasaba al teléfono. 

-¿Le importaría colaborar con nosotros haciendo una pequeña prueba? se lo agradeceríamos mucho -dijo mi madre recalcando las eses cual si fuese del barrio de Serrano de Madrid. 

-Por supuesto, dígame… 

Yo que escuchaba la conversación pues estaba sentado en un sillón que estaba justo al lado de la mesa del teléfono, miré a mi madre y le expresé mi sorpresa con gestos . Ella me respondió con una risa de oreja a oreja y con gestos me acercó a ella para que escuchara. 

-Mire, si es tan amable ¿puede soplar por el micrófono del teléfono…? 

-Ahora mismo cuando Vd me diga. 

-Ya, por favor… 

Y la pobre incauta empezó a soplar… 

-Fffffffffffffffff 

-Por favor, más fuerte…. 

-¡Fffffffffffffffffffff … ! 

-Un poco más fuerte… 

-¡¡Ffffffffffffffffffffffff !! 

-Un poco más, estamos terminando. 

-¡¡¡Fffffffffffffffffffffffffffffffff !!! 

Apenas si aquella pobre amiga había terminado de soplar notándosela exhausta, cuando mi madre le dijo: 

-¡ Paqui, ahora mírate las bragas a ver si de tanto soplar te has cagado en ellas ! - y colgando el teléfono soltó una risotada que aún le duró varias horas y que reavivó cuando se lo contó a mi padre, a mi tía, … 

Pasó mucho tiempo y supuse que nunca le diría a Paqui que había sido ella la autora de la broma, los teléfonos de entonces no disponían de la tecnología suficiente para mostrarnos el número de la llamada entrante. Hasta que una mañana se encontró a Paquí hablando con mi tía Encarna que era su vecina… 

-Oye ¿a vosotras os va bien el teléfono…? - dijo no sin sorna. 

-Cállate, cállate y no me hables del teléfono que contenta me tienen, el otro día me llamó una tía haciéndose pasar  que era de telefónica y se quedó conmigo como no lo habían hecho en mi vida… - le contestó Paqui. 

-Bueno, Paquí, pero tú...pero tú ¿tuviste que lavarte las bragas o no ? 

-¿ No me digas que fuiste, tú…? Pero que bicho eres, mira que eres mala… Y encima hasta mi marido se estuvo meando de risa varios días llamándome y diciéndome que soplara que lo hacía muy bien – contestó a voz en grito Paqui pero riéndose a su vez.

Y allí se abrazaron entre las risas de todas y ¡ pelillos a la mar!… 

La historia podría terminar aquí, pero no … Enseguida Paqui le propuso a mi madre y a mi tía: 

-Vamos a mi casa que voy a hacerle lo mismo a mi cuñada … que se joda… jejejejeje. 

Y allá que se fueron como tres niñas con zapatos nuevos...¡pobre cuñada!

lunes, 23 de marzo de 2020

CUENTO PARA MÍ. 1ª PARTE


- ¡ Buenos días, señores ! - y a pesar de que en la cafetería de Reina apenas si había sitio libre no hubo una sola persona que no volviese la cabeza al escuchar aquella voz… especialmente yo. 

Desde luego no era de los habituales, era un tipo alto, algo más que yo, no podría concretar su edad, sin duda era mayor y sin embargo no tenía nada que ver con aquellos habituales hombres envejecidos por el trabajo en la mar, la salitre, el tabaco y una alimentación que dejaba mucho que desear. Casi todo en él denotaba haber practicado deporte, una vida activa y conservar cierta buena forma física,… aunque tal vez por la edad el vientre había empezado a perder aquella buena forma. 

Y no sólo su voz, su atuendo también me atrajo desde un principio. Vestía unos vaqueros Alton, un jersey de lana negro de cuello alto, unas botas camperas de ante y, lo que más me llamó la atención, una chaqueta M65 del ejército norteamericano que aparentemente era original, de uno de sus bolsillos colgaban unas gafas Ray Ban Pilot que tanto gustaban en aquellos años… y que seguirían gustando muchos años después. Su pelo, escaso y con un corte militar, contrastaba con las melenas de aquellos años, aquel tipo era o había sido militar y sin embargo sus formas educadas, respetuosas y amables en aquellos años de ordeno y mando llamaron la atención desde el primer momento. En definitiva, aquel hombre era alguien educado y cultivado pese a su primera apariencia. 

- Por favor, póngame un descafeinado de sobre con leche templada y… una tostada entera con acéite de oliva, si es tan amable . 

- Faltaríase más – respondió Antonio Reina tan servicial como siempre. 

No sabría definir mis sensaciones… pero aquel rostro, aquella forma de comportarse, aquella seguridad … Por una parte, en plena adolescencia con aquellos 14 años que yo tenía por entonces, formaban parte de lo que más admiraba en los adultos. Aquella seguridad, aquella forma de desenvolverse a alguien tan inseguro como yo no podían más que causar admiración ... pero por otra parecía como si a aquel señor lo conociese de toda la vida… 

- ¿Me permite que coja una servilleta? - le dijo a mi padre que no era ajeno a la inquietud que nos había causado aquel hombre. 

- Si, por supuesto, aquí tiene… disculpe mi atrevimiento ¿pero no es Vd de Melilla, verdad? - dijo mi padre. 

- No es ningún atrevimiento señor, pero sí soy de Melilla… aunque hace muchos años que no la recordaba así ¿Es su hijo, verdad…? 

- Sí, señor es mi hijo. 

- Estoy seguro que está Vd muy orgulloso de él, sobre todo de su rendimiento en el Instituto. 

Con mi timidez de aquellos años no pude evitar el ponerme rojo y agachar la mirada...pero ¿cómo sabía aquel hombre que yo era un buen estudiante? 

-Si señor, empezó muy mal el bachiller pero ahí lo tiene Vd, en los últimos tres cursos todo son matrículas y sobresalientes. A ver si es el primero de familia en poder ir a la universidad… 

- No le quepa duda, amigo, lo hará y tendrá su carrera. Es más, le auguro que más de una… 

- ¡Uff! Ya quisieramos. A ver si podemos, ya sabe Vd que la vida está cada día más difícil y los sueldos no dan para muchos deseos. 

- Estoy completamente seguro, Manuel ...¿por qué Vd es Manuel, verdad? que con su esfuerzo y cualidades sacará Vd a su familia adelante y podrá estar orgulloso de ellos. 

- Perdone, ... pero ¿nos conocemos…? 

- Bueno, ...casi,… conocí a su familia hace muchos años ...cuando vivían en ¿Álvaro de Bazán?, también conocí a su suegro Paco….¿su suegra era Juana la de la fuente, verdad? Y cómo no a su señora, ¿Maruja, verdad? 

-Ya veo que nos conoce Vd de sobra… y sin embargo yo no recuerdo nada de Vd… 

- No se preocupe, físicamente he cambiado mucho y la memoria es muy traicionera en estas cuestiones. Mi familia también vivía por allí. Por cierto, mi nombre es Carmelo… ¿como su hijo? – dijo señalándome- Se me olvidaba comentarle que también sabía que su cuñado Carmelo murió ahogado...¿Nunca más se supo de él..? Habría que buscar información... 

- Pues encantado de saludarle Don Carmelo y disculpe mi memoria pero de momento no consigo reconocerle – dijo mi padre ofreciéndole la mano. 

Mientras se la estrechaba amistosamente, el hombre, le dijo algo que aún me sorprendió más:

- Por favor, apéeme del Don, si hubiera una sola persona que no tuviera que hacerlo, esa, sería sin la menor duda Vd.- Y aquella mirada, aquellos ojos verdes amarronados, parecieron llenarse de lágrimas sólo un instante mientras aquel hombre miraba a mi padre con algo más que amistad. 

- Muchas gracias es Vd. muy amable y generoso. Me sabe muy mal no recordarle, de veras...¿me permite que le invite al café? 

- Se la agradezco infinito pero esta cafetería me trae tan buenos recuerdos que para mí sería un privilegio si me permitieran que invitara a todos los presentes...-dijo elevando la voz. 

- Un “muchas gracias” sincero y alegre salió de aquellas bocas roncas tan poco acostumbradas a esos gestos de generosidad y amabilidad. 

- Bueno Manuel, me tengo que marchar, que Dios les bendiga y a sus hijos les cunda su ejemplo. Y tú, Carmelo, recuerda estas palabras: que no te falte el coraje para ser lo que quieras ser, y que cuando lo seas lo hagas con la mayor dignidad. Seguro que lo consigues. Señores, que tengan un buen día,… éste y los siguientes. Ha sido un privilegio poder volver por aquí. - Y alargando un billete de 500 pta le dijo a Antonio Reina: 

- Gracias Antonio, de todo corazón muchas gracias y quédese con el cambio

Desde la puerta del Café del Reina, conforme se iba alejando por aquellas calles mojadas no pude evitar comprobar que aquel tipo tenía los mismos andares que yo y mi padre… 

Y de repente, desapareció...

CUENTO PARA MÍ. 2ª PARTE.


Habían pasado semanas desde aquel encuentro y, sin embargo no podía olvidarme de aquel hombre… La noche se mostraba fría y cerrada, el levante húmedo recorría aquellas calles mal iluminadas y peor asfaltadas. Aquella noche había salido tarde de la Academia Cervantes y mi madre me estaría esperando con la cena puesta. No me iba a dar tiempo de intentar cruzarme con mi vecina Tere… 

Empecé el camino de retorno hacia el barrio de la Victoria y apenas iniciado unos pasos estaba allí, saliendo del Bar Las Minas. 

-Hola, Carmelo.. ¿qué tal estás? Hacía mucho tiempo que no jugaba en una de estas máquinas “Petaco”, no sabes cómo las echaba de menos. Y, además, no he perdido facultades – me dijo con una gran sonrisa y guiñándome un ojo. 

Mis padres me habían advertido que tuviera cuidado con los extraños y yo llevaba esa recomendación a pies juntillas tal vez por mi carácter por entonces tímido e inseguro… Pero aquel hombre me resultaba tan familiar, tan cercano,... 

-¿Hacia dónde vas, … vas hacia el barrio Victoria?… Si no te importa te acompaño, quiero pasar por el Bar Buenos Aires y la plazoleta por si veo a algún amigo y cogeré el autobús allí mismo. 

-Como quiera - le respondí no sin inquietud. 

-¿Qué tal con el baloncesto…? ¿Cuál es tu equipo ahora…? 

-Estoy en mi última temporada con el Instituto Rayo, de hecho ya he empezado a entrenar con el Instituto Iberia para el trofeo de primavera… 

-¿Jugarás de pivot, no…? 

-Juego de poste… pero aún tengo mucho que aprender, sobre todo del tiro a esa distancia. 

-¿Sabes? Yo también jugué de joven al baloncesto y, que casualidad, de poste y de pivot. Tú disfruta, pásatelo bien, ríete mucho, y no te preocupes … ya verás como las canastas entran. Además, harás muy buenos amigos. El baloncesto es algo que nunca olvidarás te lo aseguro… 

-¿Todavía juega Vd. alguna vez – me atreví a preguntarle sin tener para nada en cuenta la probable edad de aquel señor. 

-¡ Noooo! - me respondió sonriendo - que más quisiera yo, algunas noches hasta sueño con ello. Pero primero una rodilla y después una lesión de espalda … me dejaron para el arrastre. Por cierto, hazme mucho caso, cuida tu espalda que los tios altos tenemos una gran tendencia a padecer de ella… 

-Mi madre siempre está con que me ponga recto… 

-Pues hazle caso, que aunque ahora no lo creas un día reconocerás que tu madre llevaba razón en muchísimas cosas. 

El fuerte viento de levante nos empujaba las espaldas pero parecía como si el camino fuese esta vez mucho más largo de lo normal, como si el tiempo al lado de aquel hombre no pasase a la velocidad concebida por el ser humano. 

-¿Tienes un hermano, verdad? 

- Si, Juanma. Es pequeño y un latazo, ahora está malucho y juego mucho con él. 

-¿No tienes muchos amigos…? 

- Pues la verdad es que amigos amigos, lo que se dice amigos, tengo pocos, … me gustaría tener más… Aunque ahora tengo a Juani que ese sí que es un gran amigo mío. Toca la guitarra de maravilla… 

-¿Y amigas… tienes... amigas? 

Aunque por la luz no se me viera la cara enseguida noté que el rubor me subía a ella. No podía evitarlo, era hablarme de chicas y me ponía rojo. 

Aquel hombre pareció notarlo y con una voz cercana y amistosa me dijo: 

-No te preocupes, antes de lo que crees perderás esa timidez y seguro que con tu forma de ser serás un tipo ocurrente y divertido. Igual hasta ya has conocido a la chica que te va a llenar el corazón… una chica que te perderás en su mirada. Pon mucho cuidado en ello y tómatelo en serio, todos los días no se encuentra a la mujer de tu vida… y tengo la sensación de que la vas a encontrar muy pronto … si no las has encontrado ya – Y lanzó una ´gran carcajada que me contagió por la alegría sincera que transmitía. 

-Bueno, ya estamos aquí… ¡que buenos ratos pasé en esta plazoleta! ¿Todavía siguen haciendo las ferias del barrio aquí? 

-Sí, … los bailes ahora se celebran aquí, antes eran en el “Patio del Cura”… Y entre esta feria y la del Centro ponen los cacharros muy cerca de mi casa… 

-¡ Siiii ! En mis tiempos también lo hacían. Y nunca olvidaré ese lugar, fue para mí muy importante por algo que … bueno, por algo. Anda, márchate para casa y dale un beso a tu madre que seguro que no está tranquila hasta que llegues … y más con la nochecita que hace – me dijo mientras se subía la solapa de aquella magnífica chaqueta militar - Gracias por esta charla, de veras…Durante muchos años de mi vida tuve que formar niños y jóvenes con muchos problemas y siempre es muy agradable hablar con chicos como tú ¡ sois el futuro ! - Y, dándome un pequeño y amistoso golpe en el hombro con el puño, aquel hombre se dirigió hacia el autobús de la COA mientras yo me encaminaba hacia mi casa. 

Un instante después me volví para ver como salía el autobús… ¡ iba vacío de pasajeros ! 




CUENTOS PARA MÍ. 3ª PARTE


Era casi verano, había cumplido quince años y las notas de cuarto de bachiller habían sido espectaculares… Mis padres no podían estar más orgullosos de mí. 

Sin embargo yo vivía momentos de gran inquietud. Aquella chica era algo especial y no podía dejar de pensar en ella. Para colmo, muy pronto se iría con su abuela a pasar el verano ¡en París! En definitiva que si tuviera que describir lo que por mi pasaba en aquellos días no encontraría nada mejor como referencia que la letra de “Every breath you take” que The Police sacaría en los años 80... 

No había vuelto a ver a aquel hombre… pero no había dejado un solo día de recordar sus palabras y con cada recuerdo me llegaba una inquietud ¿quién era…?¿por qué sabía tantas cosas sobre mí o sobre mi familia? … 

Aquel iba a ser “el verano” de mi vida... pero yo todavía no lo sabía. Había encontrado un grupo de amigos muy divertidos, mis padres se fueron de viaje y me dejaron quince días a cargo de mi abuela Vicenta, pero, lo más importante, empecé a darme cuenta que la vida había que vivirla con el menor número de complejos posible, es decir,...¡ empecé a perder la timidez ! y hasta me volví ocurrente y simpático... 

Cuando mi vecina se marchó a París empecé a echarla de menos desde el primer día. Me había empezado a acostumbrar a verla a diario, a charlar con ella por las tardes, a pasear juntos por la muralla del barrio desde la que tan extraordinaria vista de Melilla se divisaba, había pasado con ella una inolvidable Noche de San Juan junto a las hogueras, … pero sobre todo, me había empezado a perder en sus ojos verdes… 

Aquel día no había visto a ninguno de los pocos amigos que no se habían ido de vacaciones por lo que casi al caer el sol me decidí a dar una vuelta por aquella muralla del barrio, por su espléndido paseo con unas preciosas vistas ...y yo con una melancolía que me pesaba como un saco… Por aquel entonces la iluminación dejaba mucho que desear pero enseguida me llamó la atención la figura de aquel hombre que sentado en la muralla contemplaba el paisaje. 

Noté que, una vez más, vestía como yo hubiera querido vestir: camisa negra remangada, vaqueros Levis 501 oscuros, unos náuticos de cuero de excelente calidad con un cinturón a juego, todo impoluto, como nuevo. A diferencia de las otra veces, que mostraba bigote y perilla recortados, en esta ocasión tenía una barba rala, casi rubia, mientras el pelo mostraba sin la menor duda lo que era un corte militar. 

Me vio enseguida y me saludó con la mano lo que hizo inevitable que me tuviese que acercar a él. 

-Buenas noches o buenas tardes Don Carmelo, ¿otra vez por aquí? 

-Buenas noches Carmelo, ya ves, te dije que éste también había sido mi barrio y estas vistas de Melilla siempre las he llevado en el corazón. Pocos sitios tienen un lugar con tanto encanto para mí a la hora de la puesta de sol … y he conocido unos cuantos. 

-¿Ha estado de viaje y ha vuelto? No lo veía hace meses… 

-Bueno, sí y no. Es complicado de explicar...¿A ti qué tal te va…? 

-Pues ya me ve… aquí... algo aburrido… Se han ido de viaje casi todos mis amigos… 

-Pero pronto volverán y seguro que pasarás un verano irrepetible, ya lo verás. Ten un poco de paciencia y disfruta del presente preparándote para el futuro. Algo me dice que muy pronto vas a tener unas extraordinarias experiencias… Te lo digo porque a mí me paso casi lo mismo...claro que eso fue hace muchos, muchos, años … para mí... y tú me lo has recordado ahora… jejejejeje… muchas gracias. 

-No por favor, no me dé las gracias -le dije más confundido que otra cosa. 

-¿Quieres que caminemos? Hace tanto tiempo que no recorría este paseo… 

-Por supuesto… 

-Es curiosa esta vida, Carmelo, nunca eres consciente del presente hasta que  se convierte en pasado. Tal vez por ello desperdiciamos tantos y tantos momentos en nuestra vida sin valorarlos en lo que vale. A mí me pasó ¿sabes? Viví demasiados años pendiente del "qué podía pasar " sin tener en cuenta lo que estaba pasando… 

-Tiene Vd mucha razón, a veces creo que tenemos mucha prisa en llegar al futuro y desperdiciamos el presente… - dije casi sorprendiéndome a mí mismo. 

-Te dije que eras un tío listo… Si me dejas que te dé un consejo de viejo disfruta del momento, del día a día ¿Has sacado muy buenas notas en Latín, verdad?¿sabes que significa la expresión “carpe diem”? 

-Sí, ...creo que algo así como “toma el día”, es decir, “aprovecha el momento”. Creo que la decía el poeta romano Horacio… - dije intentando presumir de mis conocimientos, algo que me daba seguridad para vencer mi timidez pero que nunca significó para mí un rasgo de soberbia. 

-Chico listo… pues aplícate el cuento -dijo usando aquella frase que tanto decía mi padre. 

-Ya, … pero es difícil. No puedo dejar de estar inquieto, … soy muy nervioso. Y además me están pasando cosas que no sé muy bien cómo resolver… 

-¿Te vuelvo a decir que yo pasé por tu misma situación hace muchos años? Es normal, es la vida, Carmelo, y es tan bonito sentir, emocionarse, inquietarse, … ¿conoces la obra de Lope? 

-¿De Lope de Vega? -contesté casi arrepintiéndome al instante mientras pensaba “estúpido,... como si hubiera otro Lope”- Bueno, conozco algunas de sus obras ...sobre todo alguna de sus poesías me gustan mucho...la del Soneto es genial. Y para el Instituto tuve que leerme Fuenteovejuna y El Perro del Hortelano… 

-¿No conoces el soneto en el que Lope define el amor? 

-No – exclamé con algo de vergüenza. 

Y entonces, aquel hombre, con aquella voz inconfundible comenzó a recitar aquellos versos… 


Desmayarse, atreverse, estar furioso,
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso; 

no hallar fuera del bien centro y reposo,
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso; 

huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor süave,
olvidar el provecho, amar el daño; 

creer que un cielo en un infierno cabe,
dar la vida y el alma a un desengaño;
esto es amor, quien lo probó lo sabe. 


Justo terminó cuando llegamos a la escalerilla, una escalerilla de 214 escalones que comunicaba el barrio con el centro de la Ciudad. 

-Y ahora, querido amigo, me voy a tener que marchar. Voy a probar si aún soy capaz de bajar estos 214 escalones que tantas veces bajé con tus años ... también los subí… Otro día te contaré cierta anécdota que me pasó por aquí cerca cuando esta escalerilla era un camino de cabras y yo lo subía con mi padre para ir al fútbol… 

-Que curioso a mí también me pasó algo … 

-Bueno, amigo, nos volveremos a ver. Y recuerda ¡¡ “carpe diem !! 

Empezó a bajar los escalones con un agilidad impropia de un hombre su edad, los bajaba con alegría, como si fuera un chiquillo… Me quedé en la muralla para ver si lo veía pasar por la plaza a la que se accedía desde la escalerilla. Su figura inconfundible y aquella forma de andar tan parecida a la mía o a la de mi padre me harían distinguirlo fácilmente...pero por mucho que esperé no conseguí verlo… 


CUENTOS PARA MÍ. 4ª PARTE.

No recuerdo ni cuantos años habían pasado… Mi vida había cambiado de una forma singular. Me había enamorado y me enamoraba cada día más. Al curso siguiente me tendría que marchar a estudiar a la Universidad de Granada y ello creaba en mí una enorme inquietud al tener que separarme de Teresa… 

Era Nochebuena, y mientras mi familia y la de mi suegra cocinaban para la cena que íbamos a compartir aquella noche, decidí darme uno de aquellos paseos por el barrio, paseos que dicho sea de paso siempre supusieron para mí una forma de relajarme y de aclarar mis ideas… 

Me encantaba acercarme a la parroquia de Santa Maria Micaela en Navidad y ver aquella estrella junto al campanario de la iglesia. Siempre fui un creyente lleno de dudas pero me gustaba mantener aquella tradición de acercarme a dar gracias a mi Cristo Crucificado y rezar porque las cosas fueran bien… 

El alumbrado público de aquella época dejaba mucho que desear pero el hombre que estaba en la puerta de la iglesia sin duda era él. 

-¿Qué tal Don Carmelo? ¡Cuanto tiempo sin verle! 

-Feliz Navidad, amigo, ¿cumpliendo con las tradiciones? - me dijo sorprendiéndome una vez más de que supiera lo que pensaba. 

-Pues sí, … todos los años me gusta acercarme a ver la estrella y de camino entro a dar gracias a Dios… Luego probablemente vendré con mi madre a la Misa del Gallo pero en esa hay demasiada gente para mi gusto… 

-Te comprendo perfectamente, necesitamos intimidad para hablar con Dios ¿verdad? 

-Cierto… no sé si es porque soy muy tímido pero a mí me pasa eso. Además no me gustan para nada esa gente que viene a aparentar públicamente lo que no siente en su alma o esos fanáticos que creen que la religión son sólo formas.... 

-Menos tímido, ...mucho menos tímido que aquel chico que saludé en el Café del Reina hace un tiempo. Te estás haciendo un hombre...un hombre que cometerá errores … pero que también tendrá aciertos. Procura ser algo generoso cuando te juzgues …aunque es probable que eso no lo consigas nunca. 

-¿Cómo sabe Vd tantas cosas sobre mí, sobre cómo pienso o cómo siento…? Discúlpeme no he querido molestarlo… -me disculpé casi inmediatamente temiendo haber cometido alguna torpeza. 

-No te preocupes, no me molesta lo más mínimo ya te dije que dediqué la mayor parte de mi vida a la docencia ...y precisamente a la docencia de los más necesitados… 

-Pues tiene Vd toda la pinta de haber sido militar… 

-Y lo fui. Estuve en la Academia de Infantería y fui oficial de una de las unidades de élite del Ejército… pero decidí que mi mejor manera de ser útil a los demás era la docencia… No obstante, “...quien fue soldado una vez, es soldado para siempre…” Tal vez por eso me veas pinta de militar… 

-De manera que es Vd profesor… 

-Lo fui...ahora,...digamos que estoy disfrutando de la mejor jubilación… 

-¿Y qué es eso de la docencia de los más necesitados…? 

-Pues que fui profesor de Educación Especial y también fui logopeda…¿sabes lo que es un logopeda? 

-La verdad es que no...¿algo relacionado con el lenguaje? 

-Exactamente. Antes de lo que tú crees sabrás bastantes cosas sobre ello. 

-Que bien… yo quiero estudiar Medicina … pero si no fuera posible también me gustaría ser profesor … y si fuera posible como Vd. Bueno, en realidad, ya me gustaría parecerme en algo a Vd… -dije ruborizándome. 

-Ten cuidado con lo que piensas y sueñas que lo puedes alcanzar... jejejejeje. Por otra parte, la vida nunca sabes que te depara...Hay tantas cosas maravillosas y tantas crueles, hay tantos momentos felices y tantos dolorosos, … La vida, Carmelo, es una escuela en la que uno siempre es alumno… 

-No lo dirá por Vd que es profesor… 

-Mira, amigo, cuanto más he aprendido en la vida más cuenta me he dado de lo poco que sé o de cuanto me queda por aprender. Yo también fui un alumno de la vida… y ahora ... probablemente me esté examinando… 

No entendí muy bien esas últimas palabras pero me hice el propósito de no olvidar las primeras… 

-¿Está Vd solo esta noche…? 

-No, no lo estoy, no te preocupes por eso. Y para cuando  tú lo estés tienes que saber que un hombre nunca está solo del todo si tiene recuerdos. 

-¿Tiene familia entonces aquí…? 

-Sí, si la tengo...Como tú. No olvides esta noche dar un fuerte abrazo a tu padre y un beso a tu madre, son dos personas extraordinarias que empiezan a necesitar saber lo que su hijo los quiere… 

-Si, sé que ellos me quieren mucho… 

-¿Te parece que entremos y recemos un Padrenuestro juntos?, ya casi me tengo que marchar … 

-Por supuesto, pasemos dentro ¿no? 

Subimos los escalones de la iglesia y atravesamos la puerta. La iglesia respiraba ambiente navideño, un gran belén ocupaba buena parte de la entrada. Tras echarle un vistazo en silencio seguí a aquel hombre por el pasillo de la derecha donde estaba mi Cristo Crucificado, un Cristo de tamaño natural casi a la altura de los devotos y al que yo había pedido no pocas cosas sin que casi nunca me fallara… 

-¿Te gusta este Cristo, verdad? 

-Ya lo creo, es… es… tan cercano. De vez en cuando vengo a rezarle. 

-¿Te ha fallado alguna vez? 

-Hombre...alguna, pero en las cosas importantes nunca. 

-Y tú, ...¿tú cuántas veces le has fallado a Él? 

La pregunta me desconcertó, tuve que serenarme para poder contestarle y lo hice sin mucha convicción y casi en voz baja… 

-Muchas veces, seguro que muchas veces. Le confieso que yo quisiera ser cristiano pero la mayoría de las veces no lo consigo… 

-Es que en eso precisamente consiste el ser cristiano. Si fuera fácil, si lo consiguieras a la primera de cambio, si no tuvieras dudas, si fueras perfecto, … no serías humano… Hasta los más santos dudaron. Yo también dude, aunque ahora ya no… 

-¿Y cómo lo consigue…? 

-A esa pregunta te tendrás que responder tú mismo ...Pero no te olvides de lo más importante del cristianismo y si me apuras de todas las grandes religiones: primero, Dios es de todos y segundo, ama al prójimo. Cuando pienses en este Cristo dolorido en la Cruz piensa en los pobres que esta fría noche estarán en la calle sin un techo que los cobije, piensa en quienes rebuscan en las basuras buscando algo para sobrevivir, piensa en quienes están enfermos en el hospital, piensa en quienes esta noche estarán de guardia alejados de sus seres queridos en una garita o recorriendo la Ciudad como policías para que los nuestros pasen una feliz noche. Todos ellos son Jesucristo… 

-Que bien habla Vd y con que convencimiento… 

-Eso lo dices porque soy un viejo...jejejejejee. 

-Vd no es un viejo… 

-¿Y que crees tú que es ser viejo…? 

-Bueno, mi abuelo Paco es viejo, tiene 80 años. Mi abuela Vicenta también … Perdone, tal vez no he usado la palabra adecuado pero no he querido decir viejo en tono despectivo, he querido decirlo como que tienen muchos años. 

-Te he entendido perfectamente. Cuida de tus viejos, dales el cariño que necesitan y respeta sus opiniones tuvieron una vida durísima y lucharon lo indecible para que tú ahora tengas las oportunidades que tienes… 

-Ya lo sé. Me encanta oír sus historias de cuando la Guerra y del hambre que pasaron después . 

-Dentro de unos años además de agradecerles todo lo que hicieron, los admirarás…Bueno ¿te parece que recemos…? Me tengo que marchar y tú deberías hacer lo propio y volverte a casa. 

Y allí, juntos, un hombre y un adolescente rezamos juntos al Dios de todos… 

Cuando llegamos a la puerta de la Iglesia me dijo: 

-Bueno, yo me despido aquí ¡¡feliz Navidad!! amigo y saluda de mi parte a toda tu familia, ...a la tuya y a la de Paco Navas – me dijo dejándome con la boca abierta por conocer también al que sería mi suegro. 

-Igualmente Don Carmelo, salude a toda su familia. 

Bajé los escalones mientras aquel hombre permanecía en el umbral de la puerta de la Iglesia y emprendí el camino de regreso a casa. Apenas si había andado unos pasos cuando, no me pregunten por qué, decidí volverme…Entré de nuevo en la Iglesia y allí sólo estaba el cura párroco, Don Abilio, al que conocía por mi madre… 

-Buenas noches Don Abilio ¿ha visto Vd al señor con el que he entrado a rezar? 

La respuesta del párroco me hizo sentir un escalofrío… 

-¿Qué señor? Tú no has entrado con nadie. Ya sabes que como vienes poco a misa me fijo en estas cosas. Has entrado solo, como haces siempre y le has rezado al Crucificado. Que Él te dé por tus buenas acciones todo lo que le has pedido, Carmelo ¡ Feliz Navidad ! Y espero verte luego por la Misa del Gallo que es a la única que vienes en todo el año. 

Definitivamente aquella Nochebuena iba a ser inolvidable…

CUENTOS PARA MÍ. Y 5ª PARTE.

Nunca había podido olvidar a aquel hombre… Pero la vida continuó y en pocos años sucedieron tantas y tantas cosas que aquella se convirtió en otra inquietud más. 

Hacía apenas unos meses que me había casado. Dejé la carrera de Medicina y me hice maestro e ingresé en el Cuerpo, también había pasado por la Academia de Infantería y había sido alférez del Grupo de Fuerzas Regulares de Infantería Alhucemas … el regimiento más condecorado de la historia militar española… Muchas veces pensaba que era como aquel hombre pues para más coincidencia me había empeñado desde el primer día que entré en Magisterio en ser especialista en Educación Especial y en Audición y Lenguaje...como él. 

Mi mujer y yo habíamos subido al barrio a ver las candelarias, era la mágica noche de San Juan y nos traía muy buenos recuerdos de cuando empezamos a salir juntos. Mi padre, además, había diseñado y casi construido una hoguera preciosa para la Asociación de Vecinos, hoguera que se había llevado el primer premio en el concurso. Nos reunimos toda la familia y se montó junto a la hoguera una barra donde servían bebidas. Pronto mi suegra acercó unos platos con queso, tomates, … Mi madre, no paraba de gastar bromas a unos y a otros con aquella gracia tan cercana, tan cariñosa. Al poco, empezó a sonar música y muchos se animaron a echar un baile. En definitiva, una tarde feliz y en familia. 

Sobre las diez de la noche se prendió fuego a la hoguera, hoguera a la que mi suegro ya se había preocupado de ponerle mucha madera y cartones debajo para que aquello “...ardiera como tenía que arder... “. 

A la luz del fuego muchas cosas parecen mágicas y, sin embargo, se ven hasta más reales. Tere estaba preciosa, sus ojos relucían a la luz de las llamas, encima aquellos vaqueros blancos le hacían un cuerpo extraordinario que no escapaba a la mirada de admiración de muchos. 

Nos sentamos en la puerta de la casa y aprovechando el calor de la noche nos quedamos allí un buen rato charlando. Mi padre nos dijo que él nos llevaría luego a casa en coche. 

Desde allí veía perfectamente los rescoldos y las maderas aún ardientes de la hoguera...ya no quedaba nadie por allí ...¿Nadie…? No, ...había un hombre junto a la hoguera. 

-Voy a mirar la hoguera, me encanta verla arder -dije excusándome dejando a la familia charlando sobre sus cosas. 

-¿Quieres que vaya contigo? - me dijo Tere, a lo que respondí que no hacía falta pues ella estaba en animada charla con mi madre y la suya. 

Me acerqué a la hoguera  donde sólo estaba él mirando fijamente el resplandor: 

-Buenas noches, disculpe ... ¿Vd y yo nos conocimos hace tiempo, verdad? 

-Tú y yo nos conocemos desde siempre ...Claro que sí, la última vez si no recuerdo mal hasta rezamos juntos… 

-¿Vd es Don Carmelo? - pregunté con la certeza de que lo era. 

-¿Tanto he cambiado…? 

-¡Que va! Lo decía precisamente por eso, ¡ hasta parece más joven! 

Y la verdad es que lo parecía. Esta vez llevaba los vaqueros Lois desgastados con unos botos camperos, un polo Fred Perry verde oscuro que le daba un aire distinguido, sobre la manga izquierda llevaba el emblema del creciente lunar con los fusiles cruzados y el número 5, ... el de mis Regulares… 

-Bueno, la edad es un poco una sensación … aunque te aseguro que los años pesan y uno paga todos los excesos conforme va cumpliendo años. Veo que lo pasáis muy bien en familia -dijo mientras señalaba a mi gente sentada en la puerta de la casa. 

-¿Quiere Vd acercarse a saludarlos? … como me dijo que los conocía. Mi padre seguro que se alegra mucho de volver a verlo. 

-No debo ni puedo … ahora no es el momento… Y te aseguro que me gustaría saludarlos a todos, no sabes como disfruto viéndolos desde aquí...felices… juntos ¿No veo a tu hermano…? 

-Juanma se ha ido con unos amigos a la plazoleta, está tonteando con unas chicas… 

-Tener un hermano es muy importante … pero tener por hermano a Juanma es algo especial. 

-¿Por qué lo dice…? 

-Tú mismo lo comprobarás, date tiempo... 

-Me gusta mucho su polo...¿sabe? Yo también he estado en el Alhucemas… 

-… El mejor regimiento de la historia militar de España, … el más condecorado. Y su 2ª Cia, la mejor, entre las mejores. 

-¡ Yo estuve en la 2ª, incluso tuve el privilegio de ser su alférez comandante en una Faja Verde! 

-Pues ya sabes muy bien lo que se siente… ese orgullo que no todos comprenderán…Te veo feliz y Tere está guapísima, un día te darás cuenta de lo afortunado que has sido en la vida con una mujer como ella… Vale mucho, no te enfades conmigo pero un día sabrás que ella vale más que tú. Y esto, los hombres, tal vez por cotidianidad, por cercanía, no lo valoramos en toda su dimensión y, a veces, hacemos o decimos cosas de las que nos estaremos arrepintiendo mientras vivamos. 

-Hoy lo veo, no sé, … como triste… 

-Nostálgico, es la palabra… No puedes imaginarte cuantos y cuantos recuerdos estoy teniendo esta noche y cómo me alegra ver lo que veo. Los recuerdos son la vida misma…sin recuerdos no tenemos vida. Además, desde los recuerdos podemos aprender a ser mejores…¡Es curioso lo que puede uno llegar a pensar y decir ante una hoguera! - dijo con aquella risa campechana. 

-Si me lo permite, siempre que hablo con Vd me queda la inquietud, la sensación, de que es Vd un hombre que ya está de vuelta de la vida, que tiene mucha experiencia en ella. Un hombre sabio… 

-Te equivocas… Te lo dije en otra ocasión y te lo vuelvo a decir: en la carrera de la vida todos somos estudiantes, a ella venimos a aprender y, como yo, un día te darás cuenta de es muy corta para todo lo que tenemos que aprender. Aprovecha cada minuto...¡carpe diem! 

-Caramba, eso me lo dijo en otra ocasión y le aseguro que lo intento pero a veces el futuro me da miedo, lo reconozco, me da miedo lo que pueda pasarnos, me da miedo el dolor, la angustia, la enfermedad… 

-Todo ello forma parte de la vida, sin esas cosas malas no sabríamos valorar en toda su dimensión las cosas buenas. Tú, por ejemplo, no valoras todavía el buen rato que estabas echando con tu familia, lo guapa que estaba tu mujer, la risa de tu madre, la creativa sensatez de tu padre, la cercanía de tu hermano, la sabiduría de tu suegro, la entrega de tu suegra, en definitiva, el gran amor que os une ... y un día, que todavía tardará en llegar, … quizá pases por la puerta de esta casa y notes como el corazón se te encoge porque ya te faltan algunos de ellos...Lamento decírtelo… a mí me pasó y aun me duelen las lágrimas – me contó mientras yo veía en sus ojos el dolor al reflejarse las llamas de la hoguera con una intensidad desconocida… 

-Me está Vd asustando, Don Carmelo… 

-Nada más lejos de mi intención, amigo. Precisamente lo que quiero decirte es que disfrutes de los muchos ratos buenos que te va a brindar la vida, que los disfrutes intensamente y que intentes siempre hacer feliz a todos los que te rodean y dejes a un lado ese mal carácter tan impulsivo que tantos disgustos te da y te va a dar. Es lo único que de verdad dará sentido a tu vida y hará que haya merecido la pena vivir. Aunque ahora no lo creas es lo que de verdad valorarás en la vida cuando llegues al final… 

-Es verdad, tiene Vd razón… este carácter impulsivo ...luego me arrepiento de todo… 

-Y sufres el doble… 

-Ya lo creo… 

-Pues aplícate el cuento, como dice tu padre, y empieza a corregir desde ya. No creas que siempre se tiene esta oportunidad… 

-Gracias, Don Carmelo, ¿de veras que no quiere venir a tomarse algo con la familia…? 

-No, amigo, no… no puedo. Hoy ya me tengo que marchar, me gustaría mucho, muchísimo que recordaras mis palabras y corrigieses esas cosas, ...no siempre se tiene esta segunda oportunidad. 

Le miré a la cara y apreté su mano a modo de despedida, tuve una sensación muy extraña al sentir el tacto de su mano, me era tan familiar… 

-Cuídate y cuídalos… - fueron sus últimas palabras mientras se dirigía al pequeño camino que conducía a mi antigua E.U. de Magisterio… 

Me volví con mi familia y  mi mujer me dijo sorprendentemente: 

-Que poco has echado...Prácticamente has ido y vuelto… 

-¿Cómo…?¿No me has visto charlando con un señor? 

-Tu no has estado con nadie … te he mirado todo el tiempo… has ido hasta allí y has vuelto… 

No supe que decirle, … pero le eché el brazo por los hombros y la apreté contra mí para intentar con su calor apagar el frío que en esos momentos me recorría el cuerpo. 


Ojalá hubiera … pudiera… ser o haber sido así.

domingo, 22 de marzo de 2020

ANTONIO "EL MUDO", HOMBRE DE LA MAR Y "METEORÓLOGO".


El 18 de diciembre de 1902 se creó la Junta de Obras del Puerto de Melilla, dos años después Alfonso XIII inauguraba las obras proyectadas por el ingeniero Don Manuel Becerra. El puerto de Melilla se haya situado en el entrante que forma el litoral norteafricano entre los cabos de Tres Forcas y el de Agua. Este entrante es tan abierto que no ofrece abrigo natural al puerto y como, por otra parte, la concavidad formada entre los cabos mencionados se enfrenta a los mayores largos de agua se explica que este puerto durante muchísimos años quedara expuesto a los mayores temporales hasta que se construyera el dique Sur y, sobre todo, el actual puerto vecino de Beni Enzar. Batido por los vientos del primer cuadrante las olas de levante lo alcanzarían con inusitada furia…



Así, un día de marzo de 1914, las olas llegaron a alcanzar 18 metros de altura, barriendo por completo muelles y destrozando una gran parte del dique en construcción. Se perdieron más de 15 embarcaciones y 20 más sufrieron graves daños. Los temporales se sucedieron ese año y el siguiente, perdiéndose numerosas embarcaciones y creando grandes destrozos en el puerto. Aunque el temporal más fuerte sufrido por la ciudad ocurrió el 12 de marzo de 1925, donde edificios que se encontraban a treinta metros de altura sobre el nivel del mar fueron alcanzados por las aguas…

Para reforzar los diques del puerto se adquirió a unos astilleros holandeses  una Grúa Flotante de 80 Tm construida en 1928 con casco de acero, 45’53 m de eslora y una manga de 16’05 m, tenía una capacidad de carga de 400 Tm, es decir, 5 bloques de 80 Tm ó 10 de 40 Tm, dotada de una pluma de 25 m sobre cubierta con un alcance sobre proa de 12’50 m y dos aparejos, uno principal para los bloques de 80 Tm y otro secundario para 15 Tm, … una joya de la ingeniería naval holandesa que prestaría enormes servicios a la Ciudad y, sobre todo, a su puerto.

Precisamente en la noche del 12 al 13 de diciembre de 1949 un fortísimo temporal arrancó esta Grúa de su emplazamiento y la arrojó sobre la playa de San Lorenzo donde quedó embarrancada hasta que gracias a unos trabajos que duraron más de tres meses fue de nuevo reflotada…

En 1962, mi padre, Manuel Fernández Gimeno, era maquinista naval de aquella Grúa a las órdenes del jefe de máquinas Don Emilio Calabuig Tormo.

Para mí, un chico de 6 años por entonces, la Grúa era un auténtico parque temático. No había cosa que más me gustara que mi padre me llevase al Embarcadero Público y allí cogiésemos la vieja estacha de madera que nos llevaba tirando de una cuerda al pie de la escala de gato para subir a la Grúa. Una vez allí todo eran aventuras, decenas de lugares estimulaban mi imaginación que lo mismo gobernaba un portaaviones, un submarino o me lanzaba a la captura de Moby Dick desde el puente de mando. Siempre me he sentido un afortunado por haber tenido aquella Grúa para desarrollar mi imaginación, sin la menor duda mi vida quedó para siempre marcada por ella. Y no sólo por mis juegos…

De todos los lugares que la Grúa me ofrecía para divertirme había uno particularmente seguro y mágico: la cabina de mandos de la pluma de la Grúa. Construida totalmente en plástico acristalado estaba llena de mandos, palancas, indicadores, … que me hacían disfrutar como nunca. Si a todo ello uníamos que disponía de una palanca exterior que desconectaba todo y que por precaución para que yo  no me pudiera escapar a otro lugar sin su control, mi padre, cerraba la puerta con llave; solía ser el lugar donde mi padre me dejaba un buen rato mientras pasaba la última revisión de máquinas del día.

Era una preciosa tarde del otoño melillense, ese otoño que tantas veces es más casi una primavera y que se resiste a dejar pasar el invierno. El azul del cielo presentaba ya los destellos rojos de la caída de la tarde. La mar estaba en calma absoluta, “… como una balsa de acéite…” decía mi padre. En contra de lo habitual en Melilla llevábamos unos días que no soplaba ni poniente ni levante…

Limpiándose la grasa de las manos con un viejo trapo mi padre apareció por la escalerilla que conducía a la sala de máquinas y se dirigió hacia la cabina de mandos donde yo en ese momento “conseguido hundir con audacia un barco enemigo”. Unos metros antes de llegar, apareció súbitamente Antonio “El Mudo” que parecía muy excitado.

Antonio “El Mudo” era uno de los marineros de la Grúa, como casi todos era un profesional polivalente, muy creativo y resolutivo, capaz de resolver muchos problemas y ayudar a resolver los que no sabía, un hombre de la mar a la que conocía desde muy niño; como compañero era muy querido por todos y admirado por su capacidad de recorrer los más de 45 m de eslora de la Grúa de proa a popa bajo el agua… cosa que gustaba hacer cuando salían a poner bloques y el tiempo lo permitía, incluso alguna vez gastó alguna que otra broma a sus compañeros que lo creyeron ahogado.

Como decía,  “El Mudo” parecía sobre excitado, movía constantemente las manos haciendo gestos que sólo conocía mi padre y a modo de jerga casi gritaba: 

- ¡¡ Alolo, e Guugú, mea, mea, … evante uete, evante uete…!!

Mi padre, que ya digo era uno de los pocos que lo entendía perfectamente, le contestó:

-Antonio, tranquilo, ...tranquilízate...no hace ni pizca de viento...mira el cielo ¡ni una nube! Espera, … vamos a mirar el barómetro.
Se me olvidaba antes decir que en la cabina había también un excelente equipo de meteorología que incluía un barómetro.

-¿Ves? Está todo normal, los aparatos no indican cambio del tiempo alguno…

Pero Antonio insistía:

- ¡¡ Alolo, Aloloe, Guugú, mea, mea, … evante uete, evante uete…mea ube, mea ube…!!

Mi padre miró hacia Kol-la, una de las dos cumbres del Gurugú, en la que había un castillo y observó una extraña pero pequeña acumulación de nubes alrededor de ella.

-Parece que le han puesto un gorro… Vale, espera, lo hago porque me fío de ti. Vamos a llamar a Don Damián y que él decida.
Entonces cogió la manivela del telefonillo y pidió a la oficina de la Junta que Don Damián, el capitán de la Grúa, apodado cariñosamente “El Catalán”, se personase en la misma por un asunto urgente. Manolo sabía de sobra que Don Damián, siempre estaba “de guardia” y tenía dicho que se le llamase ante la menor duda o incidencia.

Al poco, dado que vivía muy cerca, vimos el Hilman Don Damián llegar y subir la escala de gato.

-¿Qué pasa Manolo…?

Mi padre, le explicó todo detalladamente siendo interrumpido de vez en cuando por Antonio “El Mudo” con gestos y jergas.

- O Amía, e Guugú, e Guugú… evante fuete, evante fuete…

-Ya, ya, … te entiendo perfectamente Antonio. Vamos a llamar al servicio meteorológico
-dijo tras cerciorarse de las medidas del barómetro de la cabina.

Desde el mismo teléfono que antes había usado mi padre, Don Damián, se puso en contacto con el servicio meteorológico local donde le informaron que el tiempo estaba en calma y no se esperaba cambio alguno en las próximas horas…

“El Catalán” era un viejo marino que había pasado no pocas penurias en la mar. Miró a mi padre a los ojos y con toda la convicción le dijo:

-Manolo ...¿nos ha fallado alguna vez “El Mudo”…? Personalmente me fío más de él que de todos los servicios meteorológicos. Llama a la oficina y que avisen a toda la tripulación para que embarquen lo antes posible. Date prisa y lleva al chico a casa pero te vuelves enseguida…

Desde que el temporal de 1949 se llevó a la Grúa a la playa, su tripulación sabía que era imposible retener aquella gran mole con los cabos que la ataban al puerto pudiendo terminar arrojada contra el mismo. La única posibilidad que tenían era salirse a la rada y con los dos motores diesel Otto Denz de 200 y 150 HP respectivamente aguantar todo lo que pudieran. Ni que decir tiene que la sincronización entre sala de máquinas y toda la tripulación con las órdenes del capitán tenía que ser perfecta, máxime cuando aquello podía durar días… y noches.

Mi madre preparó con una rapidez increíble cuatro cosas para mi padre: un abrigo, una muda, un termo y un bocadillo… ella ya sabía de estas cosas. Un beso de despedida y una bendición con aquella medalla que mi madre siempre llevaba del Sagrado Corazón dio la salida a muchas horas de penuria … No era la primera vez… pero mi madre sabía que podía ser la última, siempre podía ser la última. 



Sobre las once de la noche empezó a soplar el levante, mi madre se pasó la noche rezando… yo la escuchaba entre sueño y sueño como escuchaba aquel levante estrellarse contra las puertas de las ventanas haciendo tales ruidos que no nos dejaban conciliar el sueño.

Al amanecer, llegaron a mi casa mi tío Paco por si necesitábamos algo y mi abuela Vicenta que siempre se quedaba con nosotros cuando había temporales.

El temporal duró tres días, mi padre regresó agotado, ojeroso y con barba… Todos regresaron tras cumplir con su deber y la Grúa aún prestó centenares de servicios durante muchos años hasta que la llevaron al desgüace…

Antonio “El Mudo” tuvo una vida azarosa y un accidente de tráfico lo dejó en silla de ruedas. Pero como hombre de la mar fue un meteorólogo extraordinario...





sábado, 21 de marzo de 2020

ANNUAL... 2020.



En 1921 los españoles sufrimos una trágica derrota en Marruecos: el conocido como Desastre de Annual. El Informe Picaso barajaba casi 10.000 muertos y miles de desaparecidos. Sólo en el cercano Monte Arruit cayeron de forma cruel y traidora más de 3.000 criaturas…

En 1920 se formó un gobierno entre conservadores y liberales presidido por Eduardo Dato. El ministro de la Guerra era Luis de Marichalar y Monreal, VIII vizconde de Ezra y VIII marqués de Ciria. Un gobierno de aristócratas para el rey Alfonso XIII , un rey con muchos líos de faldas, amante de todo tipo de  juergas y siempre por encima de las auténticas necesidades de su pueblo. Un Borbón de tantos siempre más atentos a su dinastía que a España.

Ese mismo año, se desata una violencia -hoy le llamaríamos terrorismo – por parte de los anarquistas, muchos de ellos catalanes, que llenan las calles de sangre en un intento de implantar por la fuerza un sistema revolucionario.

Para luchar en Marruecos, en una guerra que no tiene fin,  se mandan a los más pobres de España,... aquellos que ni por asomo podían reunir las 1.500 pta con las que se libraban del servicio militar, campesinos, artesanos, ...albañiles,… Se les da un uniforme de paño grueso, unos correajes de cuero, un gorro ridículo y unas alpargatas de esparto. Como armamento se les entrega un fusil Mauser que seguramente habría servido en las campañas de Cuba o Filipinas, casi todos descalibrados como así consta en el Informe Picaso. Para colmo, a aquellos pobres reclutas se les entrena exclusivamente en nociones de orden cerrado, es decir, para desfilar. Una vez en África, se les destina a campamentos miserables y sucios, se les da una alimentación insana e insuficiente y encima han de escuchar constantemente sobre las barbaridades de los moros y su ensañamiento con los pobres soldados españoles cuando los capturaban vivos. Mientras, unos cuantos se enriquecen vendiendo a los rifeños la mayor parte de los recursos que llenaban los cuarteles de Intendencia e incluso fusiles y armas nuevas de los Parques de Artillería.

Y desde esta lamentable situación, un general soberbio, engreído y asiduo de las francachelas del monarca decide "ganarse unas medallas" y, en contra de las voces más sensatas de la Comandancia, inicia unas operaciones suicidas con el beneplácito de Alfonso XIII ( " ...Ole tus huevos...")

Mal vestidos, hambrientos y sedientos, peor armados y muchas veces con mandos nefastos, ...así mandamos a nuestros hombres a luchar a los montes del Rif. Un cóctel perverso al que el historiador Juan Pando puso el acertado nombre de “Annualismo”…

Han pasado 99 años … Y muchos de aquellos errores siguen aquí perversos para nuestra desgracia. Una monarquía alejada totalmente del pueblo, un gobierno pseudocomunista que sólo piensa en acaparar más y más poder para manejarnos a su antojo, una Cataluña con un independentismo irredento y pseudonazi… Demasiadas similitudes. Y ahora, precisamente en el “Annual de 2020” nos encontramos con que estamos mandando a nuestros médicos, sanitarios, policías y guardias, militares, limpiadoras, empleados de establecimientos de alimentación, … tantos y tantos, sin la menor protección a una guerra mundial contra uno de los peores virus de la historia. Los estamos mandando sin los recursos imprescindibles mientras han malgastado y malgastan nuestros presupuestos en amigos, amiguillos y amiguetes; cuando han tirado el dinero en subvenciones interesadas a ONGs bastardas en vez emplearlos en las necesidades de nuestro pueblo; cuando nos han robado hasta los dineros que iban para los parados...

Vergüenza me da cuando veo las fotos de los chinos luchando contra el virus, todos ellos equipados con monos, gafas, mascarillas, guantes, calzado,… y los comparo con nuestros sanitarios con batas desechables que no los cubren al completo, con delantales, con guantes de supermercado, … O a policías, guardias y militares que en la mayoría de los casos van a cuerpo de descubierto o a lo más con unos guantes que se han tenido que comprar ellos mismos…

Hemos vuelto a Annual… y todos somos culpables.

PD.- Dicen los historiadores más versados que los sucesos de Annual fueron una de las causas de la maldita Guerra Civil...Tomen nota.

jueves, 19 de marzo de 2020

MI PADRE ERA UN GENIO...


Aún me parece estar viendo la escena. Era una tarde de aquellos otoños de entonces en los que el levante nos sumergía la Ciudad en una boria gris acompañada de una humedad fría que calaba los huesos. En el pequeño salón de mi casa, sentada en el sofá, mi hermano jugueteaba con sus muñecos de indios y americanos. Yo acababa de llegar de la academia Cervantes y miraba - aunque no veía – alguno de aquellos programas en blanco y negro de TVE, … un solo canal en un horario reducido. Mi padre se entretenía con una pequeña llave inglesa marca Palmera y hacía también como que miraba la tele. Mi madre, con tres agujas, hacia punto, tricotaba, un jersey para alguno de nosotros…


De vez en cuando alguno hacia un comentario jocoso. Casi sin despegar la mirada de la llave inglesa mi padre dijo:

- Es curioso como haces punto…
-Curioso no sé pero difícil ...no sabes lo complicado que es este punto -dijo mi madre.

-Hombre difícil, ...lo que se dice difícil... para nada…
En esos momentos la expresión del rostro y la mirada de mi madre dejaron ver aquel genio que la hacían capaz de enfrentarse a cualquier cosa con el mayor de los corajes.

-Pero que listo es mi marido. Toma, anda, a ver si eres capaz de continuar tú – dijo poniéndole encima las agujas con la lana.

-Así es muy fácil – dijo mi padre con una sonrisa burlona a lo Clark Gable – mejor me das todo sin haberlo empezado.

La carcajada sarcástica, casi cruel,  de mi madre recorrió todo el salón mostrando de alguna manera su indignación por el desafío de mi padre. 

- Así me gusta, mira que chulo mi marido – le dijo mientras abría una puerta del mueble aparador sacando de un tubo de plástico tres agujas y cogiendo un ovillo de lana.

-Aqui tienes Lolo, … vamos a reírnos un poco…Nenes, mirad como papá quiere imitar a mamá y no puede...
Mi padre, con una sonrisa de las suyas, no había dejado de inspeccionar lo que mi madre estaba haciendo. Lo miraba de arriba a abajo, por delante y por detrás, y entonces dijo:

-Vale morena…vamos allá. 
En esos momento sólo faltó en la casa que sonara un redoble de tambor o si me apuran el silbido de “El bueno, el feo y el malo”.
Con  las agujas y la lana y mirando a la cara a mi madre con una sonrisa de oreja a oreja dijo:

-Mira que eres guapa, morena…¿se hace así?
Y como si lo hubiera estado haciendo toda su vida empezó a tricotar con maestría ante el asombro de mi madre que sólo supo decirle:

-Que “hijopushi” eres… A partir de hoy a tricotar conmigo.

Al oír estas palabras mi padre soltó de inmediato lo tejido y dijo:
-No, no … si la verdad es que es difícil, … seguro que no soy capaz de volverlo a hacer … - mientras con una risa me guiñaba el ojo.

Así era mi padre, … un genio.

martes, 17 de marzo de 2020

MEEKO, NUESTRO PERROTE...


Hace unos años escribí sobre Golfo y Brus, los dos perrotes que mi hermano y mi hijo han tenido y tienen respectivamente, alabando sus grandes cualidades como “personas de cuatro patas”. Por entonces todavía era de los que pensaba que jamás tendría un perro en casa. Pero no tuve en cuenta para nada que una de las “cualidades” de mi hija Marina es la insistencia ...y así en diciembre de 2017 entró en nuestras vidas un tal Meeko. 

Meeko es un bulldog francés de origen sevillano (¡menuda mezcla!), que ya en el vídeo que nos mandó el criador para elegirlo mostraba que la persistencia era también otra de sus cualidades. 

Antes me he referido que a que “ entró en nuestras vidas”, bueno ... más que entrar lo que hizo fue “invadirnos” pues nada más llegar tomó posesión de “su” casa y para empezar – debía traer apetito – se comió, o casi, el borde de un mueble de la cocina, las esquinas del pasillo y todo aquello que poníamos a su alcance. Ya más escatológico estuvo casi seis meses llenando la casa de “minas” y otro año y medio meando, porque meaba allá donde encontraba un rincón a su gusto. Curiosamente uno de aquellos rincones era mi dormitorio o mi despacho…


Una demostración de que su “invasión no era pacífica” era su obsesión por el calzado … muy especialmente por mis zapatillas de andar por casa. Para ello desarrolló auténticas tácticas de guerrillas pues aprovechaba cualquier despiste para a una velocidad que ya quisiera para si el Correcaminos agarrar una zapatilla y refugiarse bajo alguna mesa o cama donde fuera complicado atraparlo. También recuerdo sus “peleas” consigo mismo ante un espejo, cuanto le duraba un muñeco -batió varios records Guinnnes - o, lo que es peor, su capacidad destructiva con una manta o un colchón. 

Carácter, ya les comento, tenía y tiene. Con apenas unos meses decidió celebrar Los Carnavales y al volver a casa nos encontramos con que había “celebrado una fiesta” con unos adornos que habíamos dejado para llevar al trastero. 

Muy pronto demostró su pasión porque le rascaran bajo el cuello y por las camas de los humanos…Si Vdes quieren que no haya perro, sólo tienen que sentárselo encima, porque ha de ser encima, y empezar a rascarle bajo el cuello o en la tripa. Ni se les ocurra hacerlo entre las orejas porque “al chaval” no le gusta.



Otro tema asombroso es su capacidad y cualidades digestivas para un animal aparentemente tan pequeño. Ya de cachorro “absorbía” sus bolitas cual si fuese una aspiradora y si podía salía corriendo de una habitación a otra y se comía las de Brus, el otro bulldog francés de mi hijo quien desde entonces, digamos, que “le cogió cariño”. Sinceramente, no he visto un perro que tenga más apetito siempre, y cuando digo siempre digo siempre, mejor lo cuento: el sujeto duerme a pata suelta que da envidia pues bien cuando un servidor se levanta a eso de las 7 de la mañana procurando hacer el menor ruido en mis rutinas para “no despertar al monstruo” no sé que clase de detector tiene pero en cuanto me siento a desayunar aparece a mi lado relamiéndose los labios y ronroneando para que le dé algo. Ni les cuento el espectáculo a la hora de almorzar o de cenar. Durante el almuerzo, el tipo te echa las patas encimas y te pone una cara de lástima, de pasar mucha hambre, de estar famélico,… Particularmente en la cena, que suelo hacer en el salón, basta con que miré hacia abajo nada más sentarme en el sofá que ya tengo allí la cabeza de Meeko mirándome entre la bandeja y mis piernas… Otro tema es el paseo pues detecta cosas para comerse en el suelo a más de cien metros. Con decirle que un día confundió una rueda de juguete con un donuts y se la zampó con la consiguiente intervención y gasto en veterinario… 


Del veterinario nos vamos a hacer de la familia e inversores. No conozco a ningún perro que le guste ir al veterinario… menos al mío. Le encanta, es más salimos de paseo y como pasemos cerca de la clínica él tira para ella. Y mira que le han hecho ya cosas, entre ellas abrirle las fosas nasales para que respirara mejor con lo cual, al pobre, lo han dejado estéticamente para el arrastre. 

Y hablando del tema les comento como ronca el chiquitín. En mi casa, si ronca un servidor, el padre de familia, no veas los comentarios de mis querídisimas brujas esposa e hija… pero si ronca el animalito “… que simpático es...”. Cosas de la vida en familia… 

Ahondando en el tema, me gustaría contarles que nuestro perro de guardián nada de nada. Primero porque se ha creído que todos los humanos somos sus amigos y lo queremos y de esta forma a cualquiera que nos encontramos o viene a casa él le monta una fiesta saltando y poniéndoles las patitas encima. Desgraciadamente las patitas tienen unas uñas que sólo se pueden cortar hasta un límite y esto no lo comprenden todas las visitas ...bueno, ... casi ninguna. Si además tocan el timbre entonces la casa se llena de ladridos y de idas y vueltas como si quisiese decirnos ¡¡ venga, venga, que tenemos visita !!… es muy nervioso para algunas cosas, muy nervioso. 

Yo, he llegado a varias conclusiones con este perrote: la primera es que entiende perfectamente el español… pero que disimula. Basta que nombremos a varios metros las palabras “paseo, terraza, bolitas, …” o “¡ sorpresa !” para que el chucho salga disparado cual bala de cañón hacía la puerta o hacia alguno de nosotros. La segunda conclusión es que tiene “un estatuto de autonomía” que hay que respetar, vamos que hace lo que más le apetece. Y eso suele suceder cuando está muy contento que es todo un espectáculo pues corre a tu lado , te mordisquea el pantalón o los zapatos, salta encima del sofá - cuando curiosamente él pide para poder subirse y lo hacemos nosotros a mano -, también coge una de sus pelotas y las mordisquea frenéticamente antes de ponerla toda llena de su saliva ¡en tu zapato!…Y encima, se droga, sí se droga: tiene un muñeco que es como un pequeño pulpito con el que es capaz de pasarse horas mordisqueándolo mientras mueve las piernas como si marcara el paso en el sitio. Hemos cambiado de pulpito por si el primero tenía alguna sustancia aditiva y no, definitivamente es un adicto al pulpito sea el que sea.


Por otra parte, y empiezo a preocuparme, un servidor ha tomado la costumbre, dicho sea con perdón, de mantener periódicas charlas con el animalote sobre temas de actualidad, ya saben cosas de política, de deportes, ...de actualidad y por el meneo de orejas que se pega y las expresiones de su rostro yo creo que me entiende perfectamente, es más no le caen bien los políticos y me da la sensación de que es un poco merengón futbolísticamente hablando, merengón mientras no haya comida por medio que si la hay es más del Atleti que Luis Aragonés, como debe ser. 

Meeko nos aportado también muchas cosas. Hemos aprendido a mirarlo a los ojos y a darnos cuenta de cuanto cariño y cuanta dependencia tienen estos animales de una especia perversa como es la humana. Cuan felices se sienten con que tú simplemente les tires una pelotita para que él te la traiga una y otra vez. Que tristeza inunda su alma cuando lo dejamos solo en casa y que desbordante alegría siente cuando volvemos. Hablaba antes de mirarlo a los ojos y sí, me he dado cuenta que en la mirada de un perro hay un inmenso dolor, un dolor eterno, y también una súplica: no me abandones. No sé que clase de persona es aquella que disfruta maltratando a unos pobres animales que solo quieren estar a nuestro lado dándonos tanto a cambio de tan poco… 

Es precisamente en estos días de cuarentena por el coronavirus cuando nos damos cuenta de lo importante que es tener a Meeko en la famila, cuanto nos distrae con sus cosas, como nos busca para todo y, encima, nos pegamos tortas por sacarlo a dar un paseo... 

Éste es nuestro Meeko, uno más de la familia, que nos ha hecho aprender que los humanos sólo somos otros más en el planeta y que importante son los perrotes de compañía.