sábado, 21 de noviembre de 2020

LA INMENSA MIRADA DE BRUS

 

Demasiadas veces este de por sí trágico año hemos sentido que las palabras de Cantores de Híspalis 

Algo se muere en el alma 

cuando un amigo se va 

eran una triste realidad. Hoy es uno de esos días. Hoy se nos va uno de los amigos más leales, fieles y cariñosos que hemos tenido. Se llamaba Brus y aunque tenía cuatro patas tenía un alma limpia que ya quisieran para sí muchos de esos inhumanos que se autotitulan personas. 

Llegó Brus a casa de mi hijo como un regalo de Reyes y ni nos imaginábamos  que  él nos iba a regalar a todos nosotros mucho más. Nos regaló una compañía comprensiva y silenciosa que escuchaba nuestras palabras con total atención. Nos regaló su calor cuando los días, por una u otra razón, eran más fríos. Nos regaló sus gracias cuando los días fueron tristes. Pero sobre todo nos regaló siempre un inmenso cariño por todos nosotros, un cariño sincero y generoso donde los hubiera. 

Siempre recordaré la primera vez que lo vi, sería por el mes de enero y apenas si era más grande que la palma de mi mano… pero con dos grandes orejotas. Aún recuerdo sus carreras de bienvenida por todo el parquet de la casa de mi hijo y el ruido tan característico de sus pezuñas sobre él. Me parece estar viéndolo, subido en el sofá, mirando por la ventana con toda la curiosidad de quien acaba de conocer el mundo y la vida. 



Cuando ya le habíamos cogido cariño, siendo todavía un bebé, se puso muy malito y el veterinario no le dio a mi hijo y a mi nuera apenas esperanzas, incluso les habló de darles otro perrito. Pero Brus nos iba demostrar muy pronto que era un luchador y que no se rendía ante nada… y con la ayuda del veterinario, el cariño de mis hijos y algo más … salió adelante. 

Me parece estar viéndolo, cuando al año siguiente, siendo uno de los bulldog francés más bonitos que he visto, lo trajo mi hijo en avión a Melilla… pobrecito que mal lo pasó. En lo de los vuelos se parecía a mí que por muchas horas de avión que lleve todavía no he hecho un vuelo tranquilo. Tan mal lo pasó que nada más llegar a casa lo tuvimos que llevar al veterinario. Pero muy pronto se puso bien, entre otras cosas porque a un servidor siempre “se le caía algo” de aquel jamón ibérico que consumimos aquellas navidades y que lo hizo desde aquellas fechas convertirse en un inseparable mío siempre que hubiera comida por medio. De hecho, no recuerdo ninguna comida o cena familiar fuera donde fuese, en que al mirar entre mis piernas no estuviese allí con su mirada pidiéndome algo para comer. 

Recuerdo también mis viajes al Puerto de Santamaría, donde se lo habían llevado mi hijo y mi nuera por su trabajo en la UCA. Mis paseos con él por aquella inmensa y entonces desértica playa de Valdelagrana o por los Toruños donde un día intentó cazar un conejo con poco éxito según nos contó mi hijo. En aquella playa se hizo mi hijo una foto con él mostrándole el mar que pocas cosas más entrañables y bonitas he visto sobre lo que es una amistad verdadera. Luego también lo visité en aquel precioso adosado de Puerto Real donde creo que fue profundamente feliz. 



Me llevaré siempre conmigo su mirada… ¿se han fijado en la profunda y expresiva mirada de un perro?¿han intentado comprender todo lo que hay en esa mirada…? Hay que tener algo muy podrido dentro para ser capaz de maltratar a un perrote que te mira. Recordaré ¿cómo no? cuando intuía que lo íbamos a dejar solo en casa, su triste mirada desde su camita cuando comprendía que aquello no tenía remedio. Pero, sobre todo, recordaré su inmensa alegría cuando volvíamos a casa, la explosiva bienvenida a todos , el cariño inmenso, … Bienvenida que igualmente siempre nos reservaba cuando en cualquier viaje lo visitábamos hubiese pasado el tiempo que hubiese pasado. 

Siempre le agradeceré el calor y la compañía que mi hizo aquella noche toledana en que una cena en no muy buen estado me tuvo vomitando tantas horas. Recuerdo su calor bien pegado a mí cuando me sentaba en el sofá con unas nauseas enormes, lo recuerdo a mi lado junto a la cama cuando me iba a ella… Siempre te lo agradeceré amigo Brus. 

Cómo no voy a recordarlo subiendo las escaleras con una agilidad portentosa que mi dolorida espalda envidiaba. Cómo no voy a recordarlo recorriendo periódicamente por las noches todas las habitaciones - “pasando revista por si falta alguno”, decía mi hijo – o su despertar inmediato si te levantabas para algo. Siempre alerta, siempre dispuesto a defender a los suyos y, sin embargo, siempre amable y juguetón con cualquier visita o amigos. Ni les cuento si era un niño, ...no he visto a Brus más feliz que jugando con un niño, es más, eran dos niños. 

Y éste anodino y triste verano se nos puso muy malito y la veterinaria nos dio un fatal diagnóstico de tumores… Y ahora, permítanme que me sienta orgulloso de mi hijo y mi nuera pues demostrando su inmensa humanidad, su gran cariño y lo grandísimas personas que son, cuidaron de Brus, lo llenaron de mimos, alegrías, chuches, sacrificaron su ocio, le dedicaron todo el tiempo posible, hicieron su vida lo más feliz posible… No me pregunten cómo pero lograron combinar sus obligaciones laborales para no dejarlo nunca solo, siempre atentos a cualquier necesidad del perrote… 

Poco a poco la salud de Brus fue a peor. Las complicaciones eran más evidentes y su estado lamentable pero aún así siguieron cuidándolo, acompañándolo.  Hasta ayer, que la veterinaria  les dijo que tal y como estaba iba a empezar a sufrir mucho. 

Hoy, casi a la vez que escribo estas dolorosas líneas, agotadas todas las posibilidades, lo van a sacrificar para que no tenga el más mínimo sufrimiento. Mi hijo y mi nuera lo acompañarán hasta el último minuto. Nosotros, en la distancia,  tenemos el corazón encogido por la pena...  

Llegados aquí quisiera tener la fe de mi madre en el Sagrado Corazón, en la Virgen del Pilar, …o en mi admirado San Francisco de Asís, patrón de los animales,  y creerme la promesa de los Evangelios “...Yo soy la resurrección y la vida, aquel que crea y viva en mí no morirá para siempre…”para tener el consuelo de que los abuelos lo estarán esperando en el Cielo con una gran fiesta de bienvenida, … la mejor, la que nuestro amigo Brus, una persona de cuatro patas, se merece y se ha ganado por habernos regalado sus once años de vida.

 Gracias Brus, gracias amigo, muchas gracias por todo.

lunes, 17 de agosto de 2020

NI RACISTA NI FASCISTA...

 

Queridos hijos: 

En los últimos tiempos, es cada vez más frecuente que cualquier opinión o pensamiento que no esté acorde con los parámetros de lo políticamente correcto impuesto por la progresía política y mediática sea calificado inmisericordemente de fascista o racista. Y así me he visto insultado alguna vez que otra en las redes sociales simplemente por intentar manifestar mi pensamiento de forma libre y espontánea como siempre luché, lucho y lucharé porque todos podamos hacer. Dicho sea de paso  me importan bien poco esos insultos o calificativos pues siempre han venido de gente vehemente e indocumentada con un sectarismo extremo que no sé de dónde han sacado, pero ahí están. 

No obstante, comprenderéis que cuando esos calificativos vienen de mis hijos, esta vez de mi hija y de una forma vehemente, si que me sienta dolido… muy dolido, injustamente dolido. 

Como con los años cada vez más “soy de gas-oil” y reacciono tarde, he estado toda la noche dándole vueltas al asunto y sabiendo que por motivos que siempre se me han escapado rara vez podemos mantener una conversación sin terminar por enfrentarnos he decidido, como ya hice en otras ocasiones, decantarme por el género epistolar para dejaros claras A VOSOTROS varias cosas importantes para mí. 

¿Por qué me llamáis racista…? Y lo primero que hago es buscar en la R.A.E. el significado de racismo que tiene dos acepciones pero que la fundamental es la primera que dice así “Ideología que defiende la superioridad de una raza frente a las demás y la necesidad de mantenerla aislada o separada del resto dentro de una comunidad o un país.”. Ahora si os parece me voy a poner delante de un espejo para juzgarme a mí mismo. “Superioridad de una raza…” ¿He hablado alguna vez de que alguna raza sea superior a otra… me habéis escuchado decir que los blancos son mejores que los negros…? ¿Os he intentado inculcar esta ideología de superioridad? Nunca, nunca me habéis oído algo parecido y sin embargo si me habéis oído admirar a gente de muy diferentes razas y mostrároslos como ejemplos ¿Soy racista porque veo un peligro inmenso en el yihadismo, ...soy racista porque quiero que se impida la inmigración irregular… ?¿Soy racista porque quiero que los africanos busquen y tengan un futuro en África y no en Europa? ¿Soy racista porque creo que los medios se hacen eco de la violencia de los blancos con los de otras razas pero jamás lo hacen de los de otras razas con los blancos o los de razas o creencias distintas…? ¿Soy racista porque la violencia, el desprecio, la injusticia … la veo como violencia, desprecio, injusticia… y me da exactamente igual quien las hace? ¿Soy racista si como Samuel Huntntong en su libro El Choque de Civilizaciones opino que no estamos sabiendo defender la civilización occidental o judeocristiana que ha sido el modelo donde todas las razas han podido alcanzar sus mayores cotas de libertades, derechos, bienestar y democracia y que actualmente está siendo atacada por otras civilizaciones con las que nada apunta vayamos a vivir mejor? ...Y una última pregunta ¿me habéis visto en alguna ocasión ser racista con alguien ? Pocas personas sensatas, documentadas, razonables y objetivas me llamarían racista por ello… vosotros sí. 

¿Por qué me llamáis fascista…? Precisamente a mí que viví un tercio de mi vida bajo un fascismo y que, esto al menos no me lo negaréis, estuve ahí luchando en la Transición por traer la Democracia en la que vosotros os habéis criado. Vuelvo al diccionario de la R.A.E. y leo que la palabra fascismo tiene tres acepciones: 
  1. Movimiento político y social de carácter totalitario y nacionalista fundado en Italia por Benito Mussolini después de la primera guerra mundial. 
  2. Doctrina de carácter totalitario y nacionalista de este movimiento y otros similares en otros países. 
  3. Régimen político totalitario. 
¿Alguna vez me habéis escuchado alabar algo de algún régimen totalitario… ? En todo caso siempre habéis escuchado hablar de las miserias, injusticias, … del régimen de Franco porque yo, por si aún nos habéis enterado, malviví bajo un régimen fascista y sufrí sus consecuencias con los más débiles ¿ Soy fascista porque soy patriota, porque amo a mi patria, porque honro su bandera, porque amo a España sin que ello me impida reconocer sus grandezas y errores…?¿ Soy fascista porque defiendo los valores de patriotismo, lealtad, sacrificio, orden, organización, … que aprendí en las Fuerzas Armadas? ¿Soy fascista porque no quiero que España se rompa y porque además estoy convencido que eso sería muy malo para todos? ¿Soy fascista porque cuando de forma torticera compruebo que alguno quiere cargarse una Constitución que nos hemos dado todos entiendo que sean las FFAA las que tienen que defenderla en último lugar ( art. 8.1 de la Constitución) ¿ Soy fascista por ser español y europeista ? ¿ Soy fascista si me emociono con sus gentes, sus costumbres o su música ?¿ Soy fascista porque no creo acertada la legislación sobre violencia de género y creo que la violencia no tiene nombre y que ha de combatirse y castigarse objetiva y ejemplarmente? ( os recuerdo lo que pienso se debía hacer con los violadores o los que valiendo de su fuerza golpean o matan a otros) ¿O simplemente soy fascista porque cualquier forma de totalitarismo me tendrá siempre enfrente, incluidos por supuesto, los totalitarismos socialistas o neocomunistas actuales? Creo honradamente que pocas personas sensatas, documentadas, razonables y objetivas se atreverían a llamarme fascista… vosotros sí. 

Y es una pena, y me siento fracasado porque me veáis como no creo ser… Que mal he debido hacerlo como padre para que me veáis así y aquí si que entono mi mea culpa y me lo llevo como penitencia para cuando tenga que rendir cuentas. Espero que Él sea más misericordioso  y comprensivo que vosotros. 




jueves, 13 de agosto de 2020

AGOSTO, 13 POR MÁS SEÑAS...


Mañana, hará 43 años que le pedí a la mujer de mi vida que caminásemos juntos …...y me dijo que sí.....

Mañana volveré a amanecer con ella ….. sabiendo que cada amanecer a su lado es un regalo que la vida me da....

Mañana una mirada, una sonrisa, un beso, un abrazo ... me dará lo que nadie es capaz de darme ….

Mañana agradeceré tus lágrimas cuando me acerqué al abismo....y tu sonrisa que ilumina mis caminos...

Mañana levantaré una copa, brindaré por ti.... por todo lo que me has dado, me das, me vas a dar....

Mañana y pasado y siempre que podamos bailaré contigo esas bachatas de Pablo Alborán que tanto nos gustan.....

Mañana pediré a Dios más mañanas para estar a tu lado...

Mañana, siempre, ...eres tú.




VERANO DEL 72.

 



“...Si tuviera que volver a comenzar mi vida, intentaría encontrarte mucho antes…” 

El Principito. 




Aquel fue el verano de mi vida… 

Acababa de cumplir 15 años y yo por entonces que era un tipo más feo y desgarbado que ahora, me había enamorado de una chica que acababa de volver de París… 

Había feria en el barrio y ella estaba preciosa con aquel vestido naranja y marrón. Bajo las luces de la feria, sus ojos verdes relucían de una manera especial aquella noche de agosto. La canción del verano aquel año era “Amor, amar” de Camilo Sesto, una de cuyas estrofas decía: 

“... tendré un mañana, para volar…” 

Y eso hice yo: volar. Con más timidez que otra cosa la llevé a un aparte y con lo creativo que soy con el lenguaje sólo supe que decirle: 

-¿Quieres salir conmigo…? 

Cuando me contestó que sí con esa sonrisa maravillosa, un estallido de fuegos artificiales iluminó mi vida y, como en la canción, empecé a volar hacia el mañana…A volar siempre a su lado. Aquel día la vida me regaló lo mejor... 


Luego llegó el amor, infinito, inmenso, eterno… El no saber vivir el uno sin el otro...el buscarnos a cada rato, el llorar y reír siempre juntos, el soñar y vivir, ...y, sobre todo, el unir nuestras almas en una sola. 

Y aquí estamos 48 años después viviendo juntos estos momentos tan difíciles en los que con toda humildad vuelvo a pedir al Dios de todos que sigamos juntos bastantes años más, aún nos quedan sueños y cosas buenas por hacer y venir.

 Amén.

miércoles, 24 de junio de 2020

MIS TESOROS

A raíz de cierto programa de Carlos Herrera donde se preguntaba ¿ qué tenían de valor en sus casas ? me plantee esa pregunta pregunta a mí mismo, llegando a la conclusión de las numerosas cosas que tengo en casa que bajo ningún concepto desearía perder y que incluso agradecería conservaran mis descendientes... 

Y no, no voy a mencionar la figura de Lladró o el original de Mingote numerado y clasificado, esas cosas al fin y a la postre tienen un valor tasado y yo voy a escribir sobre las cosas que para mí tienen un valor incalculable. 

Empiezo con una modestísima azada que se construyó mi abuelo Manuel siendo muy niño para poder trabajar en el campo. Azada que me trae recuerdos de mis orígenes de gente humilde, herreros y campesinos, gente luchadora, recios aragoneses que jamás se rindieron ante nada. Instrumento que me hace pensar que yo, con todas mis carreras universitarias, no sería capaz de hace algo así... pero que gracias al que la construyó y la usó pude estudiar y llegar a ser lo que soy. 



Continúo con una auténtica obra de arte que hizo mi padre, otro Manuel, heredero sin duda de las cualidades de mi abuelo. Se trata de una reproducción de una de las vagonetas de los trenes de la CEMR que traían al puerto de Melilla aquel preciado mineral de hierro de las minas de Uixan. A la vagoneta no le falta un detalle y puede bascular exactamente igual que lo hacían las reales. No sé como resolvió, o sí lo sé porque mi padre era un auténtico genio, el problema de las proporciones pero doy fe de que son absolutamente las exactas. Guardo esa vagoneta muy cerca de la tésis doctoral internacional de mi propio hijo, el último Manuel de la familia, como un referente de lo mucho que le debemos a quienes nos precedieron y del ejemplo tan extraordinario que los abuelos fueron en nuestras vidas. 




Cuando mi madre murió, llegó el momento, dolorosísimo momento, en que de manera ejemplar y generosa tuvimos que repartirnos entre su familia sus posesiones más privadas: joyas, recuerdos, ... Personalmente, y al ser e primogénito de la familia, me correspondió por acuerdo unánime ser el primero en pedir. Pedí un humilde rosario de madera que yo mismo le había regalado donde todavía cuando lo huelo percibo aquel perfume tan particular de mi madre. Se trata , pues, de una pieza aprecidísima para mí que no deja nunca de despertarme especiales sentimientos y que de alguna forma mantiene a mi madre a mi lado. 



Termino con un anillo, un anillo de oro pero que bien podría ser de acero. Un anillo que lleva el escudo de mi familia, los Fernández, un escudo que representa un león bajo un roble dándole un zarpazo a un lobo. Me lo regaló mi mujer y me gustaría que siempre lo llevara alguno de la familia, para que nunca olvidara lo que fuimos, lo que somos y lo que debemos ser.




Tengo muchas cosas más, tantos objetos que me recuerdan momentos, lugares, ... mi vida, en definitiva que para mí tienen el mismo o más valor que la mayor de las obras de arte del autor más valorado...


Y les juro que como lo cuento lo siento...

lunes, 8 de junio de 2020

NUNCA MÁS, NUNCA MÁS,...



A mi abuela, Vicenta Gimeno Lahoz
A mi padre, Manuel Fernández Gimeno



No podría decir cuantas veces oí contar estas historias a mis padres y, sobre todo, a mis abuelos. Siempre lo hacían de manera trascendente con pena y dolor en sus ojos, en sus gestos, en sus voces… pero nunca con odio y hago especial hincapié en esto último porque por si sólo justifica todo lo que me enseñaron.

Mi abuela Vicenta era una recia maña de Belchite donde vivía su familia, entre ellas su hermana María. Cuando llega el 18 de julio de 1936 mi abuela ya vivía de casada en Zaragoza donde había formado su propia familia. Zaragoza por las razones que sea quedó incorporada a la zona Nacional mientras que Belchite se va a convertir en una moneda de cambio donde entraban masacrando por la izquierda, salían masacrando por la derecha y vuelta a empezar.

Su hermana María era la clásica mujer de pueblo, muy católica practicante con una enorme devoción por la Virgen del Pilar, sin ideología política ni compromiso alguno más allá de su familia y su gente … Cuando se desatan todos los odios de la Guerra Civil, María es acusada de un gran delito: “… estar casada con Vicente, un líder republicano en el pueblo…”. Por esta incomprensible razón es detenida apenas empezada la Guerra Civil y trasladada a la prisión de Zaragoza.

Durante seis largos meses, mi abuela Vicenta iba cada mañana a la puerta de la prisión de Zaragoza con una cesta con alimentos para su hermana, cesta que allí dejaba con una nota con su nombre para que se la hiciesen llegar. Jamás la dejaron verla…


Un día de Navidad, unos soldados de la guardia se apiadaron de mi abuela y con tristeza le comentaron:

- Señora, no traiga Vd. más comida que a su hermana la fusilaron el otro día…

Al tremendo dolor del fusilamiento de su hermana, una mujer inocente, la familia unió el detalle de que María Gimeno Lahoz ¡¡ estaba en avanzado estado de gestación !! 

Por mucho que indago la familia a través de conocidos afectos al levantamiento nunca consiguieron saber dónde la habían enterrado aunque ello no fue impedimento para que mi abuela Vicenta visitase las fosas comunes del cementerio de Zaragoza y pusiese flores en ellas como consuelo. En ello estaba cierto día, cuando un matrimonio vestido elegantemente se acercó a ella y le preguntó:

-Disculpe, ¿es Vd. familia de María Gimeno Lahoz?…

-Sí, era mi hermana…

-¿Y Vd., señora,  no sabe dónde está enterrada, verdad?

-Desgraciadamente no.


-Su hermana y mi hija se hicieron buenas amigas en la prisión. Las fusilaron el mismo día y sé que mi hija está enterrada en esa fosa común por lo tanto su hermana también debe estar ahí…



Tal como la cuento, repito, la escuché de boca de mi familia esta terrible historia, dándose el caso de que cuando mi padre cayó con el Alzheimer y sus recuerdos flaqueaban por todas partes, lo ocurrido con su tía se convirtió en una obsesión que usábamos ocasionalmente para traerlo otra vez “al mundo real”. 

Ochenta y cuatro años después, a través de la redes sociales, una amiga me manda por otras cuestiones un enlace donde aparecen todos los fusilados durante aquella contienda civil. Unos años atrás, ya había encontrado por mi cuenta un enlace parecido pero no figuraba nada sobre mi tía abuela. Pero esta vez iba a tener más suerte: en la página https://15mpedia.org/ encontré una clasificación por ciudades y al entrar en Zaragoza me llevé la inmensa alegría de encontrar a María Gimeno Lahoz, fusilada el 19 de diciembre de 1936… 

Completé como mejor pude todos los datos que me solicitaba la mencionada web y me alegró infinito saber que el 27 de octubre de 2010 se inauguró un memorial a las víctimas del franquismo en el Cementerio de Torrero de Zaragoza. El monumento contiene 3.543 placas con los nombres de los republicanos fusilados (salvo 607 que no han podido ser identificados).




Por fin, mi familia tenía una mínima referencia para aquella ignominia. Una ignomia de tantas en una maldita Guerra en la que hubo asesinos de un bando y asesinos del otro...

Y ahí dejo esta triste e injusta historia de aquella maldita Guerra Civil que mi familia cuando hablaba de ella siempre terminaba diciendo cual letanía “NUNCA MÁS, NUNCA MÁS,…”. Y así lo aprendimos sus descendientes porque ellos nos lo enseñaron ... Y la memoria, siempre merece respeto.

domingo, 3 de mayo de 2020

ENSEÑANZA DE UNAS VACACIONES QUE NUNCA FUERON.

El barco apenas se ha movido… Y a mí mujer le hubiera dado lo mismo porque la Biodramina la ha hecho dormir como un tronco. Yo me estoy haciendo viejo porque los malditos colchones y almohadas de Trasmediterránea no me han dejado pegar ojo… 

Hemos llegado a puerto a la hora prevista y tras los farragosos trámites y colas para desembarcar salimos del puerto hacia una Málaga que ve las primeras luces del día. Aparco en el parking de La Marina, el aparcamiento más caro de España según mis compañeros de la Junta de Gobierno del Colegio Oficial de Logopedas de Andalucía… A esta hora, el parking está casi desierto y me permito hasta elegir sitio. Salimos por esa rampa peatonal “tan curiosa” a Alameda-Calle Larios, hace frío, parece que la primavera este año se resiste a llegar , además ha vuelto el levante… Como dos novios, mi mujer y yo, paseamos por Larios y alrededores,es temprano y aún quedan unos minutos para que Casa Aranda, una de las churrerías más famosas de Málaga, termine por abrir sus puertas. Me paso por “El sanatorio estilográfico” para ver el escaparate, en unos días vendré a comprar algo, … me encanta esta tienda por su originalidad, su atención y sus productos. A pesar del día gris, Málaga huele ya a Semana Santa... 

Llegamos a Casa Aranda cuando otros melilleros ya han ocupado algunas mesas. Mi mujer siempre se asombra de los churros que me voy a comer… y me recuerda que estoy a régimen – régimen… en vacaciones… - Tras despedirnos de los melilleros volvemos al parking, comprobamos que por menos de una hora nos cobran, casi 5€ y cogemos el coche camino de nuestra casita en Cártama. Comparado con otras horas casi no hay apenas coches y puedo conducir relajado mientras mi mujer y yo hablamos de lo que vamos a hacer o de buenos recuerdos de otros viajes, algunos tal vez no tan buenos… 

En apenas quince minutos estoy abriendo la puerta del garaje de la urbanización Cruz de Melilla en Cártama. Gracias a Dios no está mi vecino, porque esta manía de hacer las plazas de garaje tan justas y de tener un 4x4 no casan muy bien. Me tengo que comprar otro coche más pequeño. Sacamos las maletas y subimos a nuestra casita con muchas ilusiones. Abrimos la puerta y desconectamos la alarma, abrimos puertas y salones para que la casa se ventile… Mi mujer ya empieza a limpiar cosas … Antes de que se líe del todo le recomiendo que nos vayamos al Mercadona a comprar cosas pues vamos a estar dos semanas por aquí y nos gusta mucho comer o cenar con nuestro hijo y nuera en la terraza grande. Ni os cuento el placer extraordinario que es desayunar en la terraza pequeña con una extraordinaria vista del valle del Guadalhorce. 

Llenamos un carrito y más en el Mercadona y a la vuelta empezamos a colocar todo en casa. Luego desharemos las maletas y en dos o tres horas la casa estará a punto de revista y operativa al  100%. Como último detalle colgaré mi bandera, mi metopa y otros cuadros en la terraza grande. Hay que dejar constancia de quien vive allí... 

Cansados por el trabajo pero con alegría vacacional vamos a despertar a mi hijo que en estos días de vacaciones presumimos estará todavía durmiendo. Nos equivocamos, nos dice que lleva despierto desde las ocho y media … que se está haciendo viejo y no necesita dormir tanto. Yo debo estar joven porque mientras mi mujer charla con él – que ganas tenía de ver a su hijo – yo me pego una cabezadita en su magnífico sofá junto a Brus, su bulldog que el pobre está viejecillo . 

Luego deberían haber venido las comidas en restaurantes, las compras, las visitas a lugares con encanto, los bailes, … y hasta teníamos que haber cogido el AVE para ir a Madrid a ver el espectáculo de El Rey León… 

Tantas vivencias, tantos sueños, tantos sentimientos y emociones que el maldito virus chino se ha llevado… 

Aunque, con el corazón en el teclado, no me quejo de nada. 

Hemos tenido la inmensa suerte de que no nos afectase a ninguno de la familia, de momento vamos sobreviviendo y mi experiencia de convivencia con mi mujer y mi hija me está permitiendo valorar tantas y tantas cosas aparentemente pequeñas de la vida que valen su peso en oro, cosas sencillas, cosas que ignoramos … pero que enriquecen nuestra vida muchísimo más que cualquier valor material. 

Así he valorado que me limpien los platos y la vajilla, que me limpien la casa o que me hagan la cama… porque ahora sé el esfuerzo que cuesta hacerlo... 

He valorado, aún más si cabe, el cariño y la entrega de mi mujer con los suyos y su capacidad casi milagrosa para convertir cuatro paredes o cualquier instante en un hogar… 

He valorado y admirado el coraje y la dedicación con que mis hijos y mi hermano se entregan a su trabajo. 

He valorado la ausencia de los abrazos que no he podido dar... y las de los que he dado… 

He valorado que importante es la gente buena que te rodea y como echas de menos las charlas intrascendentes, el humor, las risas, los saludos … 

He valorado lo importante que son los recuerdos. Los buenos para disfrutarlos viendo fotos o imaginando que los vives otra vez. Los malos para aprender de ellos y no volver jamás a cometerlos… 

He valorado mi trabajo y a mis niños. Con decir que he echado muchísimo de menos mis bromas y mis charlillas con los pequeñajos en esas guardias de recreo… 

He valorado que los paseos por las calles son mucho más que un paseo, que si sabes aprovecharlo son también sensaciones, emociones, experiencias, … 

He valorado el tener perrote. Y es que, además de la atención y distracción que supone atender sus necesidades, la compañía que nos hace y sus estampas de humor o sus “capacidades gastronómicas” nos han hecho pasar muy buenos ratos. De hecho, yo creo que es el que mejor lo ha pasado de todos nosotros pues nunca ha estado solo en casa que es lo que menos le gusta. 

He valorado mi casa, lo importante que fue comprar esta casa con su gran terraza y sus excelentes vistas. No se cuantas veces he dado gracias a Dios por habernos venido a vivir a ella. Hemos sido unos privilegiados. 

… … … 

En definitiva, he valorado la vida… y sigo pidiendo al Dios de todos que aún me deje disfrutarla en compañía de los míos unos años más pudiendo aportar a los demás mis consejos, mis conocimientos, mis ideas o mis experiencias. 





lunes, 20 de abril de 2020

MI OPINIÓN...


Me gusta ser puntual, … exageradamente puntual. 

Sé que esto en la sociedad informal en que vivimos, donde lo “progre” es no aceptar ninguna norma, puede parecer de viejos o incluso de “facha” porque hoy cualquier cosa que vaya contra el pensamiento único de lo que se ha dado en llamar progresía es, antes que cualquier otra cosa, facha, fascista,… franquista, … en fin. 

Pero un servidor tuvo la inmensa fortuna de tener unos padres que creían en valores como la educación, el respeto, la amabilidad o la cordialidad e hizo el bachiller antiguo, el de siete cursos y dos reválidas, donde estas cosas se valoraban y se exigían al máximo. Si como decía Ortega “Yo soy yo y mis circunstancias” ( o ya puestos, como dice mi amigo el Dr. Sancho Miñano “Ca uno es cauno … y sus caunas “) pues todo ello me hizo ser en esta vida, entre otras muchas cosas, muy puntual. 

Tal vez por ello soy de los que a las 8:30 ya está en la puerta del colegio. Y mientras espero, incluso yendo de camino, me encanta escuchar la radio. Personalmente llevo años siendo un “fósforo” de ese genio de la comunicación que es Carlos Herrera. Primero lo seguía en Onda Cero y ahora en la Cope … y a esto último me quiero referir hoy con estas torpes palabras. 

Tras sufrir en mi infancia, adolescencia y una parte de mi juventud los coletazos de un régimen dictatorial, la falta de libertades, el miedo a la represión, la injusticia social, … llego ahora a lo que debería haber sido una cercana y plácida jubilación donde recoger el fruto de una vida de trabajo … y me encuentro con una de las peores circunstancias que nos ha tocado vivir y no lo digo sólo por el maldito virus chino, que también, sino por la autocensura que nos estamos imponiendo precisamente cuando jamás hemos tenido tantos medios para poder expresarnos. Pues, como decía, un servidor oye a Carlos Herrera en la Cope y ... para que lo digo. En cuanto lo expreso me saltan enseguida varios amigos, familiares e incluso gente que apenas si conozco a increparme con mejores o peores palabras, a criticarme o a calificarme y no precisamente bien. Y me duele… 

Si, me duele, porque hemos perdido cualquier referencia de que la Democracia significa más que cualquier otra cosa que no hay un pensamiento único; que cualquier idea siempre que se manifieste con respeto y en ausencia de violencia puede ser expuesta y debatida; que sobre cualquier ideología ha de primar el sentido común y el bien de todos; que no hay nadie en posesión de una verdad absoluta y que sólo con el compromiso, los acuerdos, el trabajo en común y en libertad saldremos todos adelante. 

Por si no fuera bastante triste estar aquí confinado cuando lo que más me pide el cuerpo a mi edad es oler, ver, abrazar, acompañar, brindar, ver, sonreir, … sentir tantas y tantas cosas buenas de la vida con la gente que quieres y te quiere… te encuentras que esa misma gente es incapaz de admitir tu opinión, tus ideas, tus palabras, … y a la más mínima te acusan, te señalan con el dedo…muchas veces hasta con el desprecio de quien se siente infinitamente superior a ti. 

Llega uno a unas edades, como decía mi suegro Paco Navas con gran sabiduría, que lo menos que puede esperar es que le escuchen y que le escuchen bien, porque no sólo hablan los estudios, las competencias académicas o profesionales, hablan también las experiencias de una vida intensa donde lo que más he aprendido es que nunca termina uno de aprender. 

En 1978, acabábamos de aprobar la Constitución, un compañero de la Academia militar, tal vez uno de los tipos más cultos que he conocido, escribió en una foto de despedida en la que todos expresamos nuestros mejores deseos para los demás: “Intellectus et tolerantia et optima virtutum” (Comprensión y tolerancia, las mejores virtudes). En aquellos momentos no entendí lo que mi compañero César, que así se llamaba, había querido decir, ...hoy lo veo con claridad cristalina…

domingo, 12 de abril de 2020

DOMINGO DE RESURRECCIÓN

"Yo soy la resurrección y la vida; 
el que cree en mí,
 aunque muera, vivirá, 
y todo el que vive y cree en mí,
 no morirá jamás"
JUAN 11:25


En esta Semana Santa que hoy termina, una Semana Santa que nunca imaginé tener que vivir en las tristes circunstancias actuales, me vienen tantos y tantos recuerdos reconfortantes de otros tiempos que quisiera de alguna manera plasmarlos por escrito para que nunca me olvide de ellos. 





Recuerdo la noche del Sábado de Gloria cuando los chicos salían a la calle arrastrando latas y yo los miraba desde mi azotea junto a mis padres ¡Cuanto me hubiera gustado salir con ellos y hacer lo mismo ! Aún recuerdo que mi padre una de aquellas noches me preparó un cordel con unas cuantas latas de aquella leche de “Las 4 Vacas” – condensada y azucarada, decía la etiqueta y gracias a la cual tantos niños de entonces seríamos diabéticos de mayores o casi- y allá estuve recorriendo la azotea de norte a sur y de este a oeste dando, nunca mejor dicho, la lata. Luego, por la mañana, para desayunar mi madre nos ponía aquellas monas de Pascua con un par de huevos duros. Tengo que decir que a mí me gustaba, y me sigue gustando, muchísimo más los roscones de Reyes pero que no le hacía feo alguno a aquellas ricas monas… A media mañana solíamos ver la procesión del Resucitado a la que aún recuerdo porque portaba un Cristo muy pequeño que salía del sepulcro, Cristo hecho en escayola que en cierta ocasión no soportó un chaparrón y tuvo que ser sustituido al año siguiente por otro más aparente. Para el almuerzo, era tradición que mi padre preparase aquellos arroces “a banda” que tan bien le salían… Al caer la tarde, me llenaba la melancolía cuando no la tristeza por dos razones obvias: la primera era porque el lunes tenía que volver a clase con lo poco que me gustaba, quien me iba a decir que ahora daría cualquier cosa por volver mañana a mi colegio con mis niños, y la segunda porque se acababan los desfiles procesionales que tanto me ilusionaban. 


En aquellos tiempos, de tantas dificultades económicas en mi familia, con tantas y tantas privaciones y tantos sacrificios, nada me podía hacer imaginar que pasaría otros Domingos de Ramos viajando por Europa ... 


Y así recuerdo aquel Domingo de Ramos en Brujas que al levantarnos y abrir la ventana vimos todos los techos blancos por una nevada que cayó aquella misma noche. Ver aquel paisaje abrazado a mi mujer mientras las campanas de toda Brujas tocaban a Gloria fue una sensación que nunca olvidaré. 





También tengo un gratísimo recuerdo de un Domingo de Resurrección en Viena, desayunando con mi mujer y mis hijos aquellos Huevos de Pascua o aquellos conejitos de chocolate … que lo de la diabetes no sólo me vino de mayor por la leche de las 4 Vacas… 



Hoy me queda la esperanza y la oración. Esperanza de que el mismo Cristo que nos dijo las palabras que encabezan este apunte haga que pronto se termine este confinamiento y la humanidad encuentre una solución al problema del maldito virus, esperanza de que hayamos aprendido la lección y seamos capaces de construir una nueva forma de vivir más justa, más humana; y oraciones para que Cristo me oiga, nos oiga… 



sábado, 11 de abril de 2020

CRÓNICAS DE LA CUARENTENA. ( II ).

  • 04:15 Me levanto por tercera vez a orinar. O es la próstata … o son las cuatro San Miguel sin alcohol que me “inyecté” anoche con una cena “ligera”… 
  • 09:30 El ama viene a decirme que me levante, que no son horas y que hay que “arreglar la casa”. Me levanto, me lavo las manos y me preparo el desayuno: descafeinado, leche de soja, sacarina y unas tostadas con aceite, estoy a régimen. Me tomo la pastilla de vitaminas. Mientras desayuno el perro se me sube encima para comerse mi desayuno, al no lograrlo casi me muerde. 
  • 10:15 Me lavo las manos. Enciendo el móvil. Ya tengo 45 mensajes de whatsapps, la inmensa mayoría del Colegio… ¿pero no estábamos de vacaciones de Semana Santa? No los leo todavía. El ama me dice que estoy todo el día enganchado al móvil. El perro me ladra. 
  • 10:20 Ya ni pregunto si los pongo en el lavavajillas ¿cómo se pueden ensuciar tantos platos, vasos, cubiertos, sartenes, piezas de la Thermomix, … en esta casa? El ama me regaña porque he dejado la ventana equivocada del dormitorio abierta… que es “la otra” la que tengo que abrir, … el dormitorio sólo tiene una ventana…tengo que estudiar ese tema. Y ya que estamos provecha para corregirme cómo se lava un aparato extraño que aún no sé si es de mi cocina o algún producto nuclear traído de Chernobyl .
  • 11:00 Empiezo a secar los platos y demás . El ama vuelve a corregirme y me dice que parece mentira que todavía no sepa secar un plato. Me callo para evitar un homicidio premeditado y con alevosía. El perro intenta comerse el delantal tan atrevido que mi mujer me ha puesto. Echo las cortinas vaya a ser que algún vecino me vea de esta guisa… 
  • 11:10 Cuando ya he terminado de fregar aparece el otro ama para traerme más cosas para lavar. La miro prudentemente... con resquemor…
  • 11:15 Coloco los platos y demás en su sitio siguiendo instrucciones del ama…Gracias a Dios está en otra habitación, … me corregirá más tarde. El perro está enganchado al delantal, no sé que le ha visto. 
  • 11:30 Me lavo las manos. Miro los 106 whatsapps que tengo. Me alarma que siendo un día de vacaciones de Semana Santa, sólo del Colegio, haya 89…
  • 11:35 Ya sé que no me van a creer pero de los 89 whattsapps del Colegio hay instrucciones y documentos como para ponerse a trabajar tres cursos académicos, son muy curiosos estos mensajes pues se mueven para todos los lados, como el viento: los primeros te dicen que hagas unas cosas, los segundos te dicen que hagas todo lo contrario, … y los siguientes repiten con una creatividad incansable el ciclo. Por supuesto no hay una sola cosa que nos indiquen o documento que tengamos que rellenar que sirva para algo … pero a esto ya estoy acostumbrado tras 41 años de docencia… Me lavo las manos e intento asesinar al perro que huye raudo y veloz con una zapatilla mía en la boca. 
  • 12:10 Hago la cama, con una sola zapatilla puesta, e intento seguir todas  las instrucciones del ama. Me esfuerzo al máximo y cuando creo haberlo hecho perfecto, el ama me dice que la parte derecha debe colgar un poquito más para que no se vea la manta… Le explico que entonces ser verá por la parte izquierda a lo que ella con gran perspicacia me dice que esa parte casi no se ve. Le pregunto si es que vamos a tener visita y le vamos a mostrar lo bien que hago las camas… me lanza una almohada que me da de lleno. El perro se quiere comer la almohada. Me lavo las manos. 
  • 12:40 Me aseo, limpio cuidadosamente el lavabo y friego el suelo, dejo todo en su sitio …
  • 13:15 Miro al peso, creo que él también me mira… Nos veremos un día de estos... 
  • 13:20 Me visto de persona, hasta vaqueros con tirantes y zapatos castellanos. El ama me mira como un bicho raro y me pregunta que dónde voy. Al entrar al cuarto de baño me regaña por como lo he dejado. El perro me muerde los zapatos... 
  • 13:30 Limpio el polvo. Ya puestos, y aprovechando que las amas están en otro lado, no limpio lo que hay bajo los ceniceros, jarrones o tapetes, total si no se ve. Me lavo las manos. El otro ama me pilla y me echa la bronca... 
  • 13:45 Me siento en el ordenador y me pongo a rellenar y contrarellenar los documentos que me ha mandado mi equipo directivo y que a su vez les ha mandado para que nos manden desde el MEFP (antes MECD y más antes sólo MEC… nunca ME). El perro me trae la pelotita para que juguemos, se me pasa por la cabeza tirarla por la ventana a ver si hay suerte. El ama me llama para que ponga la mesa. Me lavo las manos a conciencia y luego me echo hidroalcohol… por si las moscas…
  • 14:30 Se me olvida tomarme las pastillas. Hay que reconocer que el ama sabe hacer de comer… y mira que decía que con eso de tener empleada de hogar se le había olvidado pero ¡que va! y encima está experimentando con la Thermomix… Yo creo que en realidad está experimentando conmigo. Hoy de postre tres torrijas, esta noche no me miro la glucemia… El perro me ha mordido tres veces. 
  • 15:00 Empieza el telediario, me acojono. Dicen que los varones obesos son los más letales por el maldito virus chino … días atrás leí que también los mayores de 60, diabéticos e hipertensos… ¡coño, sólo les ha faltado decir “… y que se llamen Carmelo…”! Me acojono más… y me lavo las manos. 
  • 15:10 Recojo la mesa. Friego los platos y demás porque es muy curioso esto del lavavajillas pues según el ama para meter los platos o cubiertos antes “hay que lavarlos” … Pues vaya una  mierda de invento. Seco los platos y demás. Guardo los platos y demás, se me rompe un plato… me regañan las dos amas. El perro vuelve a morderme el delantal. Empiezo a preocuparme: creo que el delantal me sienta bien.
  • 15:45 Me lavo las manos y me siento en el sofá. Me duermo. El ama ya no me tapa con la mantita, … la veo resentida con mi trabajo… 
  • 18:00 Me despierto con dolor en todos las articulaciones. El perro me mira  ... y sigue durmiendo. 
  • 18:05 Me como la última torrija que quedaba, no debería … pero me lo como. 
  • 18:20 Me vuelvo a sentar ante el ordenador. Hoy no hay tiempo para nada más pues tengo trabajo burocrático del Colegio que he de mandar el Jueves Santo que hasta nos han amenazado con tener que ir al Colegio saltándonos el confinamiento. He tenido que releerme el decreto para comprobar que no se puede hacer, vamos que no me muevo de casa. Si me llegan a decir esto no me lo hubiera creído y miren que del Ministerio me espero que monten cualquier circo … aunque a los docentes siempre nos toque el papel de domadores de leones… salvajes, recién traídos de la selva… y encima sin el látigo que antes por lo menos nos dejaban. 
  • 20:00 Empieza el show de sirenas, aplausos y mis dos amas como si estuvieran en un espectáculo. El perro se vuelve loco cuando se ponen a cantar el Resistiré … El vecino de al lado intenta tirarse por el balcón, no lo dejan… 
  • 20:30 Esta noche le digo al ama que me hago la cena. Empiezo por las cervezas… sin alcohol. Meto en la batidora dos manzanas, una zanahoria, una cucharadita de canela y un “nohequé” que he encontrado en la nevera, el ama me dirá luego que era un envase de plástico. Mientras me bebía el batido no lo he notado Durante la cena el perro intenta comerse algo y al no lograrlo se come medio cordón de mi zapato. Se me olvidan las pastillas. 
  • 21:00 Llevo la bandeja a la cocina. Me siento en sofá y me bebo otra cerveza… sin alcohol. Se me está acabando la cervezas. 
  • 22:00 Ponemos una serie de Netflix. Me gusta y no me duermo, estoy perdiendo las mejores costumbres. El perro se sube al sofá y se duerme roncando, animalito...¡como ronca! 
  • 01:15 Me acuesto. A ver si mañana me entero quien es el asesino de la serie porque llevamos 42 capítulos y ya hemos sospechado hasta del guionista. . Me tomo la pastilla de la tensión. Me voy a la cama y me pongo a leer un interesante libro que me tiene enganchado… El ama se acuesta pero antes se empieza a colocar las sábanas y la manta de forma que casi me tengo que salir de la cama. Los ronquidos del perro se oyen intensamente. 
  • 03:00 Me doy cuenta que me he dormido leyendo. Apago el libro electrónico y ¡hasta mañana!
PD.- El perro ronca toda la noche... 

CRÓNICAS DE LA CUARENTENA ( I ).

• 08:15 Oigo a mi mujer y a mi hija hablando en la cocina, y a pesar de que sobre las 04:30 me desperté y he estado con la tableta hasta casi las seis, me levanto, me lavo las manos y me preparo el desayuno: descafeinado, leche de soja, sacarina y unas tostadas con mantequilla que, una vez más, hoy voy a “tirar la casa por la ventana” y no me las voy a hacer con aceite. Me tomo la pastilla de vitaminas. Mientras desayuno el perro casi se me sube encima para que comerse mi desayuno.
• 08:30 Me lavo las manos. Enciendo el móvil. Caramba ya tengo 25 mensajes de whatsapps. No los leo todavía.
• 08:35 Empiezo a lavar los platos, hoy me dicen que el “lavavajillas descansa”. Siguiendo instrucciones severas de mi querida esposa y ama ( en estos días entiendo que esposa debe venir de esposar ) he aprendido que yo no sabía lavar ni los platos ni los demás enseres y que hay que lavarlos según una metodología y secuencias que ella ha diseñado…y que yo en ignorancia desconocía por completo.
• 08:50 Empiezo a secar los platos y demás. Me dicen que así no y me muestran otra manera para que el trapo no se moje tanto…Acojonante.
• 09:00 Coloco los platos y demás en su sitio siguiendo instrucciones del ama…
• 09:10 Me lavo las manos. Miro los 68 whatsapps que tengo. Voy a tener que bloquear a más gente…
• 09:20 Hago la cama siguiendo las instrucciones del ama. Incluso me ha enseñado a cómo cambiar las sábanas. Creo que lo he hecho bien… No, no lo había hecho bien, el ama me corrige. Me lavo las manos.
• 09:40 Me lavo los dientes, paso por el trono y me ducho… Por mucho cuidado que pongo, mancho el suelo con alguna gota de agua que se queda marcada en las malditas losas de cerámica…
• 09:50 Salgo de la ducha y me peso… Estoy en mi peso… más o menos...bueno… más .
• 09:55 No tengo problemas para elegir la ropa: me pongo el mismo chandal que ayer. Eso sí, me cambio de ropa interior.
• 09:15 Limpio el polvo. Es increíble como cogen polvo estos malditos muebles, de hecho he llegado a un acuerdo con el ama para que la estantería de mi despacho la limpie por etapas… Me lavo las manos.
• 09:30 Me siento ante el ordenador:
◦ Miro el mapa mundial con datos sobre el coronavirus. Me acojono.
◦ Abro el Facebook. 55 notificaciones. Bloqueo a más gente.
◦ Escucho en la Cope a Carlos Herrera me río pero llega el informativo de las 10:00 y me acojono otra vez.
◦ Me pongo a escribir mis cosillas para esos Apuntes para una Vida con los que llevo liado hace tantos años… Me intento relajar y mando a familiares y amigos lo que he escrito. No lo lee nadie o casi nadie. Gracias a los dos que durante esta cuarentena han leído los ocho o nueve apuntes que he escrito. Mi hija pasa la mopa mientras escribo. Me lavo las manos.
• 11:30 Subo al perro a la terraza. Mea. Me pongo a jugar con él. Se come o casi el palo de la fregona. Caga. Limpio las cacotas. Me siento un poco a respirar aire y que me dé el sol. Hace levante, está nublado y me tengo que meter en el salón de la terraza. El perro se mete conmigo y se mea en el salón. Limpio la meada e intento asesinar al perro pero huye de forma veloz y yo no estoy para ello. Vuelve el perro con cara de “haber sido bueno”. Le digo que nos volvemos a casa. Antes de salir limpio con la manguera la primera meada y me cago en su padre.
• 12:30 Antes de entrar en casa, me limpio las suelas de los zapatos con el agua con lejía que mi hija a puesto a modo preventivo. Por el color que están cogiendo las suelas me da la sensación de que es más lejía con agua que agua con lejía.
• 12:35 Compruebo que mi ama no ha parado de hacer cosas un segundo en la casa. Y me lavo las manos.
• 12:40 Mi hija, ama también, se queja de que no sabe de dónde sale las pelotillas grises en la casa…
• 12:45 Me siento en el sofá. Me duermo.
• 13:20 El ama me dice que ponga la mesa. Me lavo las manos.
• 13:40 Me lavo las manos con hidrogel y me siento a comer, antes me tomo la pastilla para la diabetes. El vino se ha acabado. El perro se quiere comer mi almuerzo.
• 14:15 Recojo la mesa. Friego los platos y demás (el lavavajillas sigue descansando). Seco los platos y demás. Guardo los platos y demás. Mientras, el ama no ha parado de hacer cosas en la cocina… bueno, no ha parado de hacer cosas todos los días por todas las habitaciones de la casa.
• 14:45 Me lavo las manos y me siento en el sofá. Me duermo. El ama me tapa con una mantita, que Dios se lo premia al ama...
• 18:00 Me despierto con dolor en todos los huesos.
• 18:05 Me como un yogur. Tiene mucha azúcar y no debería … pero me lo como.
• 18:20 Me vuelvo a sentar ante el ordenador. Facebook, 96 notificaciones. Bloqueo a más gente. Me pregunto si con todos a los que he bloqueado cómo puedo seguir recibiendo notificaciones…
• 19:15 Me siento inspirado. Voy a escribir un apunte bonito y emotivo…El ama está en el salón bailando ritmos látinos. Han conseguido hacer un grupo en el Facebook y a través de él reciben clase hasta los sábados. Son una secta éstos de los bailes latinos.
• 20:00 Cuando estoy en lo mejor del apunte empiezan a sonar sirenas, aplausos y mis dos amas se ponen a golpear cacerolas en el balcón del salón. El perro ladra y quiere mordisquearlas. Se ponen a cantar el Resistiré … me pregunto si yo resistiré.
• 20:30 Mi ama me pregunta qué quiero para cenar. Le respondo que cualquier cosa, algo ligero. Me pone una bandeja con seis trozos de tortilla de patata con unas anchoas por encima, tomates y mahonesa. En la bandeja me pone el pastillero para que me tome la de la diabetes. Mientras ceno el perro intenta comerse mi cena.
• 21:00 Llevo la bandeja a la cocina. Me siento en sofá y me sirvo un chupito de whisky, es un whisky malo, no había otro en el supermercado. La botella está casi vacía y hasta dentro de dos semanas no nos sirven del supermercado. Veo las noticias. Me acojono.
• 22:00 Mi ama me pregunta qué vemos. Ella se pone Outlander. Me duermo.
• 00:15 Me despierto. Me tomo la pastilla de la tensión. Me voy a la cama y me pongo a leer.
• 02:00 Me doy cuenta que me he dormido leyendo. Apago el libro electrónico y ¡hasta mañana!
• 05:00 Me levanto a orinar.
Y así voy disfrutando del día, de la tarde y la noche.

domingo, 5 de abril de 2020

LAS LLAVES Y EL CABALLO DE CARTÓN.

Cuando echo la vista a atrás, cosa muy normal en los que hace ya algunos años superamos los sesenta, aparecen en el recuerdo decenas de personas mágicas que he tenido el privilegio de tener a mi lado. 

Desde estos “apuntes” he hablado en muchas ocasiones de ellos como una forma de homenajearlos y mostrarles mi infinito agradecimiento. Hoy voy a relatarles una anécdota que aunque no recuerdo haberla vivido claramente si me fue contada centenares de veces como una muestra de lo travieso que era ya desde muy pequeño… 

Mi familia era muy pobre, viéndonos hoy día nadie podría adivinar las miserias y hasta el hambre que pasó mi familia. Como muestra de ello he decir que nací en una casa de dos habitaciones … sin servicios y con una cocinilla que era más bien un pequeño armario empotrado de una sola puerta. En ella vivían mis abuelos maternos,  mis padres y yo. Para empeorar la situación, mi abuela Juana era paralítica. 

Tendría yo como tres añitos y aquellos Reyes me habían traído un viejo caballo de cartón que mi abuelo Paco había comprado de segunda mano en no sé bien que sitio. A mí el que fuera de primera o segunda mano y le faltara un trocito de oreja me traía sin cuidado porque según me cuentan me pasaba el día “sin romper nada” subido en el caballo de cartón y gritando: 

-¡¡ Ade… ade… aallo...ade aallo !! 

Una de aquellas tardes, como era habitual, mi otra abuela vino a visitarme y me trajo unos caramelos de chocolate que yo devoré dicen que hasta relamiendo el papel. Mi abuela Vicenta vivía cerca de la playa y tenía una casa muy grande donde un servidor disfrutaba como un conejo explorando por los lugares más insólitos... y haciendo travesuras. Desde su casa hasta donde yo vivía había un buen trecho, una cuesta muy empinada y… no había autobuses. Con esto mi abuela Vicenta hacía por visitarme todas las semanas y cuando llegaba a casa casi, casi, había que hacerle una reanimación cardiorespiratoria. 


Aquella tarde, después de reponerse, tras jugar un buen rato conmigo y contarme cuentos con aquel acento maño tan extraordinario, me dejó junto al caballo y se puso a hablar con mi madre y mi otra abuela de sus cosas…Al rato, llegó mi padre con el mono de trabajo cubierto de grasa y tras los saludos se puso a contar no sé bien que cosa del trabajo. Y así llegó el momento de que mi abuela Vicenta tuviera que marcharse para lo cual cogió su bolso y repasando su interior exclamó: 

-¿Dónde están las llaves de mi casa…? - Y ahí empezó el drama… 

Tengo que aclarar que por entonces eso de tener varias llaves de las casas no era al uso y que de la casa de mi abuela sólo había una llave … Y así toda la familia se puso a buscar las llaves de la casa de mi abuela… 

-¿Habéis mirado bajo la mesa… mira en la cocinilla… no estará bajo la cama…? Fueron repitiéndose como posesos hasta que alguien hizo … "la pregunta": 

-¿Carmelín, … tú sabes dónde están las llaves de la abuela? 

-Aallo – contesté yo rápido y con cara de no haber roto un plato… 

-No, hijo, caballo ahora no… ¿has visto las llaves de la abuela? - dijo mi padre. 

-Aallo, aallo

-¡¡No, ahora no hay caballo, ahora las llaves de la abuela!! – gritó mi madre que cuando se ponía de mal genio era para empezar a correr. 

-Aallo, mamá, aallo – dije poniendo un puchero. 

Y así un buen rato para cada vez mayor desesperación de los adultos y acompañamiento de llantos míos. 

Ya habían empezado a hablar de tener que tirar la puerta o llamar a un vecino que antes había sido ladrón pero que a raíz de la Guerra Civil se había hecho cerrajero, … Pero una vez más fue la inteligencia e intuición de mi padre lo que salvó aquella situación pues no se le ocurrió otra cosa que coger el caballo en peso y agitarlo… ¡¡¡ y empezaron a sonar cosas en su interior !!! entre ellas el sonido de unas llaves… 

Había pasado que un servidor, en mi inocencia, usaba el caballo de cartón no sólo para montarlo sino para guardar todo lo que me encontraba… entre ellos las llaves de mi abuela que hábilmente introduje por la oreja rota del caballo… 

Con la habilidad que le caracterizaba, mi padre fue sacando todo lo que había dentro del caballo: un peine, un pendiente de mi madre, dos piedras, no sé cuantos muñequitos, unas chapas, una cucharilla y por supuesto las llaves de mi abuela. También apareció un duro, una moneda de cinco pesetas, que nadie supo de dónde la había sacado pues hacía mucho tiempo que esas monedas “no visitaban” la casa. 

Y yo con una sonrisa de oreja a oreja, miraba a todos y les gritaba: 

-¡¡ Aallo… aallo !! - como diciéndoles que ya se los había dicho yo pero que no me hacían caso. 

El caballo de cartón sólo sobrevivió unos meses más…

viernes, 27 de marzo de 2020

ÚLTIMO DÍA DEL TRIMESTRE...


Son las siete de la mañana. No ha hecho falta que suene el despertador. Siempre que voy a emprender un viaje no duermo bien… los nervios. Mientras desayuno repaso todo lo que tengo que hacer hoy … que, en realidad, sólo es repasar todo lo que ya tenemos dispuesto - ¡¡Como lo echo de menos !! 

A las ocho y veinte minutos estoy ya conduciendo el coche camino del colegio, hace un día precioso, un poquito de poniente pero gracias a Dios se ha ido el levante que nos ha acompañado hasta en forma de temporal durante más de una semana. Una vez más tengo que dar dos o tres vueltas hasta encontrar aparcamiento, hoy no quiero aparcar en el campo de fútbol pues es de suelo terroso y ayer lavé el coche. Al fin aparco, algo alejado del Colegio pero aparco. Me entretengo escuchando a Carlos Herrera en radio y mirando todo lo que me rodea - ¡¡Como lo echo de menos !! 

A las nueve menos cuarto estoy entrando por las puertas del Colegio. Se nota un ambiente especial, hoy es el último día de clase del trimestre, ayer les dieron las notas y los chicos ya están muy relajados. Saben que lo de hoy es un día de prevacaciones y que saldrán a las doce, hora a partir de la cual los profesores estaremos a disposición de los padres y madres para comentar las notas- ¡¡Como lo echo de menos !! 

Entro en la sala de profesores y ocupo mi “lugar reservado” en uno de los sofás. Soporto la primera broma de JC y se la devuelvo con bala. Hoy todo el mundo habla de los viajes de vacaciones. Es curioso esto que nos pasa a los maestros, en las salas de profesores todos hablamos en voz alta y a la vez… y nos entendemos - ¡¡Como lo echo de menos !! 

Toca el timbre y cada uno se levanta para cumplir con sus obligaciones. Dejo pasar primero a las maestras que uno hizo el bachiller antiguo y le enseñaron que las señoras primero le pese lo que le pese a las feminazis de ahora. - ¡¡Como lo echo de menos !! 

Me sitúo casi al pie de la escalera, a mi lado van pasando los más pequeñines, alguno de ellos se desmadra - ”Mida que te doy un totazo,… no me zujetéis…no me zujetéis...” - les digo de broma entonando mi voz como si fuese la de un personaje de dibujos animados, mientras alguna alumna me dice “ Haz magia” a lo que respondo “no puedo, me la he comido para desayunar”. Todos se ríen. Algunos pasan a mi lado y tirándome de la mano me dicen “Buenos días”, otros me dan un abrazo. - ¡¡Como lo echo de menos !! 

Subo la escalera, en el primer escalón me duele la rodilla, en el segundo la espalda. Y pensar que hace unos años la subía corriendo… Me cruzo con los alumnos mayores, les digo con ironía "¡Uy como huele a calabazas por este pasillo... jejejeje ". Me cruzo con un grupo de sexto,  "A ver chicos, cantemos: feillos unidos jamás serán vencidos” y entre risas los chicos entran en clase cantando. La tutora me dice que ya se los he revolucionado. Las chicas protestan y me dicen que ellas son guapas. Les digo que sí, que sólo me refería a los chicos, que ellas son las “fashion” del Colegio, entran riéndose. - ¡¡Como lo echo de menos !! 

Abro mi despacho, porque aunque lo llamen aula aquello no es más grande que un despacho, y preparo todo el material. Todo un ritual. Me gusta mi despacho - ¡¡Como lo echo de menos !! 

Salgo a buscar a mi primer alumno, hoy sólo cogeré a unos pocos dado que salimos a las doce. Además hoy he programado una de las actividades que más les gusta: ver dibujos e ir parando para que me cuenten cosas y respondan a preguntas, un excelente ejercicio que bien llevado me sirve de estimulación del lenguaje expresivo y comprensivo, de la memoria a corto plazo,  de la atención. - ¡¡Como lo echo de menos !! 

A las once y quince me toca recreo… mira que tocarme el último día del trimestre. Las guardias de recreo son de las actividades menos atractivas de la labor docente, o al menos eso creía yo hasta ahora. Los pequeñines se arremolinan a mi lado. Me piden pistachos, que les haga magia, me cuentan sus penas y pupitas, … las chicas salen corriendo cuando las amenazo que como no me dejen tranquilo ¡les busco un novio!, mando a muchos a recoger lo que han tirado al suelo… - ¡¡Como lo echo de menos !! 

De doce a una, ya sin niños, me quedo en mi despacho a disposición de las familias. Sólo viene una madre a pedirme algunas actividades para su hijo en estas vacaciones. Le recomiendo unas cuantas que puede bajarse de mi blog. -¡¡Como lo echo de menos !! 

A última hora los compañeros nos despedimos deseándonos lo mejor en estas vacaciones. - ¡¡Como lo echo de menos !! 


Yo,  desde la realidad de esta triste  cuarentena les deseo, y sé que ellos me lo desean a mí, lo mejor de lo mejor … y ahora lo hago con todo mi corazón para ellos y para nuestros niños.

martes, 24 de marzo de 2020

EL SENTIDO DEL HUMOR DE MI MADRE.

Mi madre era un caso… Si me pongo a contar las ocurrencias que tenía me faltan ordenadores. Su sentido del humor, la alegría que contagiaba, el reírse con la gente nunca de la gente, era algo que en estos días tan complejos echamos de menos mucho, … muchísimo. 

Una optimista vital, a pesar de los tiempos trágicos que le tocó vivir y del hambre que pasó, cuando las cosas iban o podían ir mal ella era la que siempre nos decía: “...tranquilos que no va a pasar nada...hay que tener fe…” y, otra cosa no pero fe, lo que se dice fe, en su Sagrado Corazón o en la Virgen del Pilar, mi madre tenía para ella y para toda la familia. 

Hoy, cuando miro este levante plomizo en un día tan trágico con unos datos terribles sobre la Covid-19, cuando hasta los más optimistas empiezan a sentir la inquietud del pesimismo; he recordado aquellas palabras de mi madre, María del Carmen Millán López, conocida por casi todo el mundo como Maruja y me he propuesto recordar algunas de aquellas ocurrencias. 

Serían los años 70, yo había empezado a tontear con la que sería mi mujer entre otras cosas porque su familia eran vecinos nuestros, puerta con puerta, y nos habíamos hecho muy amigos. Una tarde muy parecida a la de hoy de esas de levante, Tere y yo teníamos Academia Cervantes a la misma hora y yo estaba loco por terminar las clases y acompañarla hasta casa charlando con ella por el camino… Cual fue mi sorpresa – y la de ella – que mi querida madre acompañada de la que sería mi suegra nos estaban esperando...¡¡¡ vestidas con unas batas de andar por casa de un color muy parecido al mimetizado boscoso que hoy usan nuestras FFAA !!! Afortunadamente había poca luz pues en aquellos años el alumbrado público dejaba mucho que desear y hacía un frío notable por lo que nuestros compañeros apenas se percataron de las “dos señoras”. 

-Joder, mamá… y anda que Vd. Teresa – les dije nada más verlas. 

- Pero dónde vais vestidas así – les dijo mi Tere que con aquella sonrisa que iluminaba su rostro – Desde luego que estáis perdidas… 

-Maruja, que me ha convencido … estábamos aburridas en la casa … y ya ves tú ...¡¡ que valor !! Pero venimos hinchándonos de reír, hasta hemos tocado en unos timbres y hemos salido corriendo como cuando éramos pequeñas. Esta Maruja… - dijo cogiéndola del brazo. 

Mi cara debía ser un poema… y yo que me las prometía tan felices acompañando a mi chica. 

Emprendimos el regreso y las dos estuvieron todo el rato contándose cosas que las hacían ir riéndose a carcajadas todo el camino, por su parte, Tere participaba con ellas y se lo iban pasando tan ricamente… 

Al llegar a la puerta de la Guardería, bajo sus soportales y aprovechando la oscuridad había una parejita no sé si en plena faena o en las previas … El caso es que a mi querida madre no se le ocurrió otra cosa que casi al lado de ellos hacer como que se caía y empezar a dar voces como una posesa. 

La pareja aturullada se puso de golpe en pie cayéndosele al chico los pantalones y la chica poniéndose precipitadamente las bragas… El espectáculo era de una comedia desternillante pues mientras mi madre daba voces como si estuviera poseída. La pareja, al final salió corriendo por entre las calles dando trompicones con su propia ropa como si hubiesen visto al mismísimo demonio. 

Mientras yo veía el inusitado espectáculo sin poder reponerme de la sorpresa, mis tres mujeres se partían literalmente el pecho. Y así estuvieron hasta que llegamos al portal de casa después de escucharles reiteradas veces lo de: 

-¡Ay! ¡que me meo! ¡ que me meo !… 

Y así fue, como luego nos confesaron a Tere y a mí. 



En otra ocasión, nos acababan de poner el teléfono y mi madre estaba como una niña con zapatos nuevos llamando a una y a otra, y, sobre todo, dándole vueltas a la cabeza de que podía inventar para  hacer con el invento de Don Alexandre Grahan Bell… 

De pronto saltó como un resorte y cogió el teléfono marcando un número...mientras se alisaba la ropa. 

-Buenas tardes, ¿Doña Francisca de … y …? - con voz muy fina y modificada resaltando los apellidos pues sabía que su amiga gustaba de ello – Verá, la llamamos desde Telefónica España pues estamos revisando las líneas… ¿han notado Vds alguna alteración? 

-Pues mire, ahora que lo dice…  mi marido me dijo que sí, que el otro día algo le pasaba al teléfono. 

-¿Le importaría colaborar con nosotros haciendo una pequeña prueba? se lo agradeceríamos mucho -dijo mi madre recalcando las eses cual si fuese del barrio de Serrano de Madrid. 

-Por supuesto, dígame… 

Yo que escuchaba la conversación pues estaba sentado en un sillón que estaba justo al lado de la mesa del teléfono, miré a mi madre y le expresé mi sorpresa con gestos . Ella me respondió con una risa de oreja a oreja y con gestos me acercó a ella para que escuchara. 

-Mire, si es tan amable ¿puede soplar por el micrófono del teléfono…? 

-Ahora mismo cuando Vd me diga. 

-Ya, por favor… 

Y la pobre incauta empezó a soplar… 

-Fffffffffffffffff 

-Por favor, más fuerte…. 

-¡Fffffffffffffffffffff … ! 

-Un poco más fuerte… 

-¡¡Ffffffffffffffffffffffff !! 

-Un poco más, estamos terminando. 

-¡¡¡Fffffffffffffffffffffffffffffffff !!! 

Apenas si aquella pobre amiga había terminado de soplar notándosela exhausta, cuando mi madre le dijo: 

-¡ Paqui, ahora mírate las bragas a ver si de tanto soplar te has cagado en ellas ! - y colgando el teléfono soltó una risotada que aún le duró varias horas y que reavivó cuando se lo contó a mi padre, a mi tía, … 

Pasó mucho tiempo y supuse que nunca le diría a Paqui que había sido ella la autora de la broma, los teléfonos de entonces no disponían de la tecnología suficiente para mostrarnos el número de la llamada entrante. Hasta que una mañana se encontró a Paquí hablando con mi tía Encarna que era su vecina… 

-Oye ¿a vosotras os va bien el teléfono…? - dijo no sin sorna. 

-Cállate, cállate y no me hables del teléfono que contenta me tienen, el otro día me llamó una tía haciéndose pasar  que era de telefónica y se quedó conmigo como no lo habían hecho en mi vida… - le contestó Paqui. 

-Bueno, Paquí, pero tú...pero tú ¿tuviste que lavarte las bragas o no ? 

-¿ No me digas que fuiste, tú…? Pero que bicho eres, mira que eres mala… Y encima hasta mi marido se estuvo meando de risa varios días llamándome y diciéndome que soplara que lo hacía muy bien – contestó a voz en grito Paqui pero riéndose a su vez.

Y allí se abrazaron entre las risas de todas y ¡ pelillos a la mar!… 

La historia podría terminar aquí, pero no … Enseguida Paqui le propuso a mi madre y a mi tía: 

-Vamos a mi casa que voy a hacerle lo mismo a mi cuñada … que se joda… jejejejeje. 

Y allá que se fueron como tres niñas con zapatos nuevos...¡pobre cuñada!