martes, 22 de agosto de 2017

EL NIÑO


Aquella era una reunión homogénea... Salvo por el viejo maestro todos eran jóvenes y la mayoría, la inmensa mayoría, eran chicas.

Habían hecho un pequeño receso para tomar un café en aquellas interesantes jornadas de innovación educativa en Primaria y mantenían una charla a viva voz sobre lo que ellos consideraban fundamental en esta etapa de la Educación. El viejo maestro se sentaba fuera del círculo principal, algo apartado, pero escuchaba con mucho interés mirando a los ojos a cuantos hablaban. Era un tipo raro, una excepción en aquellos cursos y jornadas que tanto proliferaban por entonces. No era fácil ver a gente de su edad, la mayoría o estaban ya jubilados o se sentían fuera de lugar entre tanto joven o simplemente pensaban que para lo que les “..quedaba en el convento...”. 
-Creo sin temor a equivocarme que los nuevos modelos de programación por competencias han supuesto un avance extraordinario- dijo una chica.

-Y las rúbricas nos ayudan a llevar el control de los exámenes- dijo otra.

-Pues yo estoy convencido que lo mejor es el uso masivo de las nuevas tecnológías. El alumno tiene que adaptarse al futuro- afirmó uno de los pocos chicos.

-No olvidaros del inglés, tan decisivo en la vida moderna. Un alumno sin saber inglés no va a ninguna parte.

-Pues yo creo que al alumno hay que dejarlo aprender a su aire, soy un fiel seguidor de Rousseau. Todo lo que sean imposiciones de los adultos lo único que hace es perjudicarles – apuntó una chica muy ecológica y progresista.

-No olvidemos las lenguas nacionales, los alumnos deben aprender en la lengua de su autonomía- dijo un joven director con marcado acento catalán.

-Lo fundamental es el sistema educativo, debidamente consensuado entre las fuerzas políticas y heterogéneo en su desarrollo y aplicación- contestó un liberado que hacía años no pisaba un aula pero que se apuntaba a todos los cursos que había fuera de su ciudad.

Y así se sucedieron las intervenciones una tras otra hasta que alguien se volvió al viejo maestro y le preguntó no sin sonrisas por parte de casi todos:

-¿Y Vd. profe que opina de todo esto...? - era al único al que trataban de Vd. y no precisamente por respeto- en sus tiempos, claro, no había nada de esto.

El viejo maestro, sorbió un poco de aquel descafeinado ya frío y miró sonriendo a todos y cada  uno:

-Si, es cierto, en mis tiempos no había nada de esto...ni podíamos soñar con los recursos que ahora tenemos. Una caja de tiza blanca -todos rieron y alguno se atrevió a decir “...de la que soltaba polvo y daba alergia..”- una pizarra tantas veces deteriorada... Ni os imagináis cuando llegaron las primeras fotocopiadoras y la clichadoras.... No, no teníamos nada de esto. Y nuestras programaciones, ….. nuestras programaciones eran muy elementales.... las que pedía la administración por objetivos.... tampoco eran gran cosa y para lo que servían....

-En esto hemos avanzado muchísimo -dijo el catalán.

-Pero sabíamos muy bien que era lo más importante - dijo de forma rotunda el viejo maestro......

-Las vacaciones ...porque el sueldo...jajajajaja -rió una guapa chica.

-No te equivoques. Vosotros habéis discutido sobre lo que es más importante actualmente y no habéis sabido concretarlo, unos habéis propuesto unas cosas y otros otras..... Yo siempre he tenido la seguridad de que era,  que es,  lo más importante. ….

-Pues nada, diganóslo, a ver si aprendemos algo de los abueletes – casi gritó otra chica guiñándole el ojo a otra compañera.

-Lo más importante -dijo con voz templada que llegó muy lejor- era, es y será EL NIÑO que entra en el aula y espera aprender para vivir. Bajo nuestra inmensa responsabilidad......

1 comentario:

  1. Dudo que los niños de hoy en día puedan tener una mejor educación que la que yo recibí de mis maestros -de ti- pese a todos los adelantos tecnológicos y "burrocráticos" para mejores seguimientos y estudios estadísticos. Magnífico como siempre, Carmelo. :-)

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