sábado, 2 de septiembre de 2017

UNA VIDA....



Dice el Talmud que quien salva una vida, salva al mundo entero....


Yo no sé si este jueves 31 de agosto salvé exactamente una vida pero si no fue así... poco le faltó.

Circulaba por la calle Marqués de Montemar, calle de por sí siempre conflictiva por los aparcamientos indebidos a los que nadie parece prestarles atención, cuando al llegar al cruce con Marqués de Los Vélez, justo en la puerta de la farmacia allí existente, observo un Toyota Land Cruiser aparcado en doble fila. En un instante, veo como un chico intenta cruzar por detrás del Toyota hacia la acera de en frente ..... justo en el momento en que el vehículo echaba marcha atrás. Observo con horror que el chico cae al suelo y queda debajo del coche aún en movimiento......

No sé que se alertó dentro de mí pero en lo único que pensé es que ese chico no podía ser atropellado ante mis ojos. Lancé mi vehículo contra el lateral trasero del Toyota a la vez que hacía sonar el claxon como un desesperado....

El ángel de la guarda pasaba por allí sin la menor duda......

El conductor del Toyota frenó su marcha atrás y me miró con cara de pocos amigos …..hasta que vimos salir al chico de los bajos traseros del coche..... Era su hijo.

Lo demás no voy a relatarlo, ….. aunque me llevo la cara de ese padre y las lágrimas agradecidas de sus ojos.....y la cara despistada y asustada del chico.

Yo sólo pasaba por allí pero os aseguro que ha sido la pitada más feliz de mi vida......Y aún me dura la alegría.

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