martes, 11 de octubre de 2016

GIGANTES Y CABEZUDOS ....


Queridos hijos: 

Cuando con ese humor irónico con el que siempre hemos impregnado nuestras relaciones me decís que os he dejado "...en herencia..." tal o cual rasgo físico o personal, siempre me había quedado con las ganas de aclararos estas cosas como  hoy voy a hacerlo. 

Pero permitidme que deje a un lado lo puramente físico para centrarme en lo personal, en vuestros valores y formas de actuar. Sí, sé que hay demasiadas cosas en las que nos parecemos, demasiadas forma de actuar idénticas que en tantas ocasiones nos han llevado no a compartir precisamente esos valores sino más bien a enfrentarnos por ellos .... sin darnos cuenta que defendíamos lo mismo. Cosas veredes que decía Don Alonso Quijano, más conocido por El Quijote. 

Para daros la explicación que deseo hoy, en este momento, en este día preludio del 12 de octubre, quiero que nos pongamos ante un espejo y nos miremos como si examináramos a un extraño. Y entonces, comprobaríamos que somos personas muy extrovertidas y comunicativas, que nos encanta relacionarnos con los demás y que disfruten con nuestras palabras; que hemos hecho de nuestras vidas un referente el ser útiles de una u otra forma a los demás;  que valoramos de forma casi infinita nuestro trabajo. al que nos entregamos poniendo todo nuestro empeño por hacerlo bien; mostraríamos que no dudamos en liderar o dar la cara ante situaciones comprometidas; que somos empecinados en nuestros proyectos y no abandonamos fácilmente nada de lo que nos proponemos; entenderíamos por qué la lealtad nos lleva a otros muchos valores como el respeto y la amabilidad; explicaría que cuando amamos lo hacemos de forma sincera, pasional, comprometida  y para siempre; sabríamos lo importante que es para nosotros nuestra tierra, mucho más cuando en ella reposan los nuestros o como en nosotros las palabras esfuerzo y sacrificio son algo cotidiano con los que aprendimos desde muy pequeños a convivir.......


También reconoceríais  por qué cuando suena una jota aragonesa o alguien os habla de Aragón algo muy dentro, muy recóndito, algo que no sabemos explicar, que no entendemos, ... se te viene al corazón sin saber por qué..... e incluso como a mí puede que hasta alguna lágrima os traicione.

Yo si lo sé, .....he tardado años, he necesitado la sabiduría de la experiencia, la de unos cuantos adioses y las cicatrices de muchas  separaciones para comprender que en nuestro genoma, en el particular genoma de la familia Fernández, llevamos unos genes con cachirulo. Por si algún amable y paciente lector  no lo sabe, un servidor le aclara rápidamente que el cachirulo es un pañuelo a cuadros que en la región española de Aragón llevaban - y llevan en los grandes momentos- los hombres atado a la cabeza.

Unos genes que nos dejaron los abuelos Manolo y Vicenta que un día desde el lejano y querido Belchite emigraron a estas tierras para dar todo por ella, hacerla suya y terminar aquí sus días. Unos abuelos que nos mostraron con su ejemplo y forma de ser inolvidable el camino a seguir. Unos genes que con aires navarros nos trasladó mi padre, Manolo, un hombre grande en todos los sentidos donde los hubiera. Unos genes que adoptó mi madre que, aunque melillense tenía una devoción por la Virgen del Pilar con una enorme fe en Ella. Unos genes que mi tío Jesús, apodado "El Maño", un hombre fuerte y empecinado como el que más, no dudaba en mostrar cuando eran necesario, unos genes que mi tía Rosa llenaba de amor y dulzura.  Es también ésta la razón por la que nos  trae una sonrisa encontrar en las novelas palabras como "rediez", "maño", "chirimbolo" o "mejunje"......


Es por eso, hijos míos, porque para orgullo de nuestros antepasados y aunque amemos como el que más a esta Melilla crisol y encuentro de tantas gentes, aunque nunca nos sintamos extraños donde somos bien acogidos, nosotros hemos sido, somos y seremos -la Virgen así lo quiera-  GIGANTES y CABEZUDOS.....

Amén.

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