miércoles, 8 de junio de 2016

DIOS BENDIGA A MIS ALUMNOS.....

En este mes de junio, en que aprovechando que mi espalda me tiene postrado y dolorido, el MECD ha decidido "subir el listón" de la inútil, estéril y absurda hiperburocracia en que la LOMCE nos ha sumergido. Precisamente ahora, al final de curso,  cuando comprobamos cada día con una frustración desesperante como no nos han dejado avanzar, innovar, ..., enseñar, ...educar...., crear, ...ilusionar, ...ser maestros;  como nuestro profesión  se ha ido complicando hasta llegar a extremos que nos hace sentir impotentes dentro de un aula perdiendo el norte de nuestra fundamental función social precisamente en los momentos que nuestros españolitos del mañana más lo necesitan.... Justo en estos momentos en que las lágrimas de la desesperanza y la impotencia  he visto asomar al rostro en más de uno y de dos docentes - precisamente de los de más prestigio y preparación- recibo este mensaje en Facebook de un amigo al que tuve el privilegio de dar clases en nuestro querido Colegio Anselmo Pardo, ....un antiguo alumno que ha tenido la bondad de no olvidar a su ya viejo maestro. Su mensaje, que no dudo en poner en estos "Apuntes para una vida" dice así: 

"... Pero nada de eso hubiese sido posible sin el enorme DON CARMELO. Sin sus chascarrillos mañaneros, sin sus artes de hacerse el dormido y ver con los ojos cerrados quienes se movían o hablaban en clase cayendo en la trampa, sin sus historias, que atrapaban como un libro abierto lleno de nuevas palabras y frases que quedan grabadas para siempre. Usted Don Carmelo, me enseñó que al juntar dos numeros aparecía otro más grande y que tenía las mejores cualidades de los otros dos, usted me puso un 8 en aquel examen de multiplicaciones y divisiones y me tiró de la oreja para que la próxima vez me esforzara mas. Usted que sabe de todo, y que a todo le aplica una pizca de sensatez, otra pizca de sabiduría y un puñado bien grande de magia, fue quien me hizo creer en los libros, en los que te enseñan números y letras y en los que te cuentas historias como las que usted nos contaba en aquellas clases del mágico colegio Anselmo Pardo. Debo reconocer que cuando en mis manos cae un nuevo libro me acuerdo de usted, porque usted me los presento y gracias a usted hoy tengo el recuerdo de aquel señor que me enseñaba cada dia algo nuevo, aquel señor de gafas y camisa que desprendia energia y magia por los pasillo del colegio. Geacias Don Carmelo Fernández Millán, gracias por haner pintado de colores aquellos grises y frios septiembres de aquellos años. un abrazo enorme del niño feillo del fondo de la clase. (Pedro Asensio Lozano)

Gracias, amigo Pedro, tu reconocimiento exagerado me abruma.... pero me llena de orgullo saber que con toda mi modestia contribuí a hacer de ti el gran hombre que eres hoy. 
Un fuerte abrazo...y que Dios bendiga todos tus caminos. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario