sábado, 6 de mayo de 2017

MADRE....



Mientras algunos han tenido en estos días la cabeza ocupada en elegir un regalo para el Día de las Madres, mientras miles de maestras se habrán dado el enorme esfuerzo de preparar unas manualidades que “supuestamente” habrán hecho sus alumnos, ...mientras mañana, primer domingo de mayo, muchos contentarán su conciencia con una visita a “la vieja” y un regalo más o menos afortunado, otros nos conformaremos con llevar unas flores a un cementerio, para que los recuerdos que tenemos todos los días se nos multipliquen, … y hasta que las lágrimas asomen mientras escribimos cosas como ésta. 

Siempre he sentido que tenía una deuda pendiente con mi madre, cuando estaba viva y después de fallecer. Mis últimas palabras para ella fueron “...gracias mamá por todo lo que me has dado...” y no hay día que pase en que mi agradecimiento no se haga más y más grande...... sobre todo cuando veo a otras madres. 

Si, yo veo a muchas madres a diario; las veo llevar a sus hijos al colegio, las veo como les enseñan a cruzar el paso de peatones, las veo como se quedan hasta que el último de la fila encara el camino hacia el aula, las veo preguntar a los maestros con inquietud por sus hijos, las oigo con miedo y preocupación cuando las hemos tenido que llamar porque su hijo se había puesto enfermo, las veo con una ropa modesta mientras sus hijos visten lo mejor, ...las veo con esa cara de felicidad inmensa cuando recogen unas buenas notas de sus hijos, y con la tristeza en el alma cuando no son así ….-malditas notas-, las veo con el agradecimiento el último día de curso cuando vienen a saludarte..... 

Y, junto a ellas, veo también a mi madre, siempre a mi lado pero sobre todo cuando venían difíciles y duras, la veo con su sonrisa y su optimismo, la veo con su fe inmensa en Dios, …..pero también la veo cuando discutía con ella, cuando le chillaba, cuando la regañaba en sus últimos días por no cuidarse ,.... y duele...

Nunca he sido maestro de manualidades, entre mis muchos defectos está en que como intente hacer alguna cosita manual me sale un churro descomunal, pero si he sido de trabajar con mis alumnos el reconocimiento, el inmenso valor de una madre. Y desde que mi madre falleció he tenido una serie de experiencias con mis alumnos que nunca olvidaré. Para ello me he basado siempre en la canción “La mala costumbre” tan magistralmente interpretada por Pastora Soler. Pocas veces he visto a mis alumnos – tan multimedia ellos- escuchar algo con tanta atención, en todas las ocasiones he visto lágrimas en algunos ojos y emoción en todos. Y entonces los he dejado hablar …..para aprender yo. Y he visto a unos chicos, y chicas, de esos a los que se acusa constantemente de materialistas o egoístas, como se deshacían en elogios para con su madre, como reconocían su hacer con ellos, ….como querían a esa madre a la que por una absurda vergüenza negaban el mejor regalo para ellas: un beso. Y tras una clase más que provechosa, repito que con más lágrimas de las que se imaginan, yo contaba también mi historia y les hablaba de mi madre.....

Aún cuando me visitan, muchos de ellos ya hechos unos zagalones, me recuerdan aquella canción ….. y yo les pregunto lo mismo ¿sigues con esa mala costumbre? Afortunadamente las respuestas positivas son mucho mayores que las negativas. 

No lo sé ….pero yo siempre he tenido la sensación de que el beso que recomendaba les dieran a su madre aquel día, y que muchas veces comprobé a la salida de clase, eran el mejor regalo para ella. Y para mi madre también.....



Porque el Día de la Madre no existe, es demasiado insignificante para quienes se merecen nuestro agradecimiento eterno........

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