sábado, 4 de abril de 2015

SEMANA SANTA: POM.....POM....POROPOM....



Jueves Santo, pom..pom..poropom. Acabo de regresar de un corto viaje a la capital malagueña, una ciudad bañada por una primavera pletórica y una gente que llena y alegra sus calles en cualquier evento, máxime si se trata de su Semana Santa. Una ciudad que muy al contrario que Melilla se llena de espacios vitales devolviendo a sus vecinos un puerto maravillosamente mejorado para disfrute de la ciudadanía....

Es de noche, “he bajado”, como solemos decir por estos lares, a ver las procesiones melillenses, pom..pom..poropom.., y regreso con una sensación enorme de soledad. Soledad ya tradicional en esta fecha que mi madre se encargó de inculcarme desde muy pequeño haciéndome saber que desde ese Jueves Santo al Domingo de Resurrección “estábamos solos” pues habíamos -entre todos- unos por acción y otros por omisión crucificado a Jesús... . Soledad que, ya adulto, he vuelto a sentir ante unos telediarios que nos daban tantas y tantas noticias graves durante el año... Y soledad por ver como nuestra Melilla se queda vacía para esta Semana, como nos vamos y abandonamos nuestra cultura, nuestras tradiciones, como las dejamos -si es que alguna vez las hemos tenido- para que otros se encarguen de mantenerlas “oficialmente”, sin darnos cuenta -o no importándonos- que de esta forma estamos condenando nuestra cultura y nuestras creencias a ser relegadas fuera de la público a un ámbito puramente familiar.... y a veces ni eso pues a esos “otros” a los que se les llena la boca de palabras como “semana mayor”,“madre de Melilla”, “Señora”, … año tras año en un discurso que ya suena estéril, vacío y lleno de tópicos, tópicos que, desgraciadamente, para nada refrendan el resto de año con sus actuaciones públicas o con sus servicios a los demás y, sobre todo, a los más desfavorecidos; de sus actuaciones privadas no soy quién para juzgarlas. Y entonces, a la soledad por la crucifixión del Nazareno añado el mal sabor de boca por la hipocresía de quienes usan estos actos para presentarse ante los demás como lo que no son ni serán jamás. Recuerdo los Evangelios donde ya Jesús llamó a los de su calaña “....sepulcros blanqueados...”....de forma acertada, sin la menor duda.

Mañana, Viernes Santo, pom..pom..poropom, acompañaré de forma discreta al paso de mi madre: el Santo Sepulcro. Una vez más me sobrecogerá ver a esas mujeres y hombres que en cumplimiento de alguna promesa irán tras el el trono,.... Y la memoria, por una vez, no me traicionará y recordaré entre ellos a mi madre, con una vela entre las manos a la que mi padre habrá protegido hábilmente con un cartón para que no se quemara; humilde, descalza, cristiana, mirando la cabeza yacente del Cristo y rezando;... rezando por su madre, su hermana, su marido, sus hijos, …. sus amigas..... por todos..., pero olvidándose conscientemente una vez más de ella....diciéndonos que ella “..no lo necesitaba porque Jesús estaba siempre a su lado y lo veía en las caras de las personas que sufrían..”. Y mi madre, como la suya amable lector, en estas cosas jamás nos mintió.

Mañana, veré también “...los sepulcros blanqueados..”, pom..pom..poropom, exhibiendo en un acto donde todos deberíamos mostrarnos humildemente iguales ante Dios, su soberbia, su ambición, su jerárquico desprecio por los demás, …. y por dentro veré sus miserias, sus angustias, sus mentiras,... Y como soy un pecador, aunque mire la cabeza yacente del Cristo e intente que algún Padrenuestro salga de mis labios no podré evitar sentir un enorme desprecio por esas actitudes.... Desprecio que volveré a repetir a lo largo del año cuando irremisiblemente insistan sin la menor conciencia, sin el menor pudor en su fariseismo.

Y, por favor, dense por aludidos aquellos cuyas conciencias se lo reclame pues para nada escribo de esa mayoría -desgraciadamente cada vez más minoritaria- llena de fe que participa de estos actos con pasión y vocación cristiana refrendándolo además con su vida todo el año. No hablo de quienes trabajan desde las cofradías y hermandades con una ejemplar vida cristiana, por ellos y para ellas mi más respetuoso reconocimiento y agradecimiento por mantener la llama encendida.

Ahora me quedo con la primavera, la malagueña, esa que aún tardará en llegar a Melilla como es tradición meteorológica -y no tan meteorológica- algún tiempo, me quedo con su vitalidad y sus espacios devuelto a los ciudadanos, me quedo con su puerto lleno de vida y de gente joven, y me quedo con una juventud, la mejor preparada de la historia de nuestra patria, que puede y debe devolvernos todos esos valores en los que no hemos sabido educarlos, me quedo con la alegría de esos jóvenes matrimonios que he visto pasear llevando de la mano a sus pequeños, porque esa sana alegría cabe en cualquier religión y se comparte y nos llena,.... y así, con ellos, como en la Saeta de Don Antonio Machado prefiero cantar al Cristo que anduvo en la mar.

Termino con algo que aprendí cuando la asignatura de Religión -católica- era “Historia Sagrada”, algo que me gustaría haber podido gritarle a algunos “otros” este Jueves y Viernes Santo, algo que un Nazareno dicen los Evangelios que dijo: "Haced con los demás todo lo que deseáis que hagan ellos con vosotros". Mateo 7:12 . Amén.

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viernes, 3 de abril de 2015

MI FE....



Como tantos otros Viernes Santo, el día ha amanecido con bruma de levante. No obstante, por la tarde se nota la primavera en el piar de las golondrinas revoloteando por los cielos y en la luz que asoma ante de irse......Me asomo a la ventana y entonces llegan los recuerdos de otras primaveras y otras semanas santas.

Recuerdos de cuando yo era un niño y este día del año me sobrecogía y llenaba de emociones. Desde por la mañana, mi padre se esforzaba en preparar con cartones unos cuantos soportes para que la cera ardiente de las velas no cayera en las manos de mi madre ni de mis tías. Mi madre procuraba, aunque casi nunca pudiera, descansar para llevar mejor el esfuerzo de esa noche.....

Mi madre era una mujer con una fe extraordinaria, tanta que con la suya nos bastaba a los demás. Yo tenía fe en mi madre y aquellas noches de Viernes Santo mucho más..... 

En cuanto clareaba la tarde, mi madre se preparaba para acudir a velar a su Cristo, se vestía modestamente, se colocaba aquel velo negro que guardaba como un tesoro y acompañada de mi padre acudía a la Castrense para allí unirse a mis tías y rezar, ..y rezar, ...y rezar.....

Luego, venía aquella noche en la que mi mente infantil acostumbrada a mis juegos solitarios en una azotea se preguntaba tantas y tantas cosas que luego la vida con mayor o menor acierto me ha ido respondiendo …. Aunque no siempre...aún quedan muchas inquietudes para llenar las noches más oscuras. 

Con mi padre o alguno de mis tíos acompañábamos durante todo el recorrido la procesión del Entierro, calle arriba, calle abajo. A lo largo de la noche miraría no sé cuantas veces la cara del Cristo yacente y me preguntaría por qué un ser tan todopoderoso se dejaba matar así. También miraría a las autoridades, a los jerifaltes, siempre por delante, .... vestidos con sus mejores galas....y tomaría, tal vez por primera vez en mi vida, conciencia de la injusticia que son las clases sociales.....Precisamente en una procesión por Cristo. Él, que vino precisamente a hacernos todos iguales....y ni siquiera lo había conseguido en sus procesiones....



Pero, sin la menor duda, lo que más me sobrecogía era la cara de mi madre, descalza, humilde, iluminada por la luz de la vela,.....rogando a Dios por alguno de nosotros, implorando su protección, ... para todos ….. menos para ella. Retumban en mis oídos los tambores y me fijo que de vez en cuando una lágrima asoma a sus ojos. Está agotada por el trabajo en aquellas malditas escaleras que fregaba de rodillas, por la casa, por el carrillo, ...porque su corazón ya está enfermo. Pero un aliento que saca de no sé bien donde la hace caminar y caminar tras el Cristo yacente ….descalza.

Por algún lado veo a mi padre, con los zapatos de mi madre envueltos en papel de estraza, ...por si en algún momento ya sus pies no pueden más y necesitan de ellos para seguir....Mi padre, siempre ahí donde se le necesitara. Mi padre que aquella misma tarde había tenido que arreglar urgentemente y con un extraordinario ingenio aquella avería en el trono del yacente;......él, que no creía ni en la religión católica “...y eso que es la única verdadera...” decía....

Esta noche, volveré a ver esa procesión..... y aunque mi madre físicamente ya no esté, para mí su alma irá en cualquiera de las personas que con humildad van tras el Cristo. Esas personas cuyas caras reflejan la preocupación y el sufrimiento, esas personas que confían con fe -quien la tuviera- en un Cristo yacente tantas veces mudo e indiferente..... Y mirando entre la gente, también veré a mi padre con el paquete de papel de estraza....por si lo necesitan.

Yo creo en las personas, …...y creo en su fe.

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jueves, 2 de abril de 2015

DE (MALOS) POLÍTICOS Y (MALOS) VOTANTES....




“... hijo, la política es tan mala que convierte a la suegra en madre...” M. Fernández


Desde el día en que generosamente fui invitado a colaborar con mis torpes escritos en La Luz de Melilla, he venido apareciendo con alguna regularidad en sus páginas tratando, siempre respetuosamente, temas de lo más diverso en los que he tomado como referencia los valores esenciales del ser humano que desgraciadamente tanto se olvidan -cuando no ningunean- en la sociedad actual que nos ha tocado vivir. Temas y valores cercanos a la realidad cotidiana, a nuestras necesidades reales y de suprema importancia según me dijeron quienes me educaron: primero mis padres y luego mis profesores...Y oiga, apunte que uno es del bachillerato antiguo.

Tal vez por esta razón he tratado el tema de la política sólo en cuanto afectaba directamente a la acción -o inacción- concreta de los gobernantes y a la necesidad de un compromiso y participación de los ciudadanos en ella como fuente de origen de la Democracia.

Hoy, sin embargo quiero escribir de la mala política y de los malos políticos en general, ...más concretamente de todo lo que desprecio en ellos. Quiero escribir de esos miserables políticos corruptos que se han quedado con el dinero de todos … pero muy especialmente de los más necesitados; quiero escribir de esos soberbios políticos cuyo narcisismo les ha hecho rodearse de leales babosos de los que sólo esperan adulaciones; quiero escribir de esos ineptos políticos incapaces de solucionar sus propios problemas personales pero que no dudan, por ambición, ofrecerse a solucionar los problemas más complejos...de los demás; quiero escribir de los políticos con intereses bastardos, dispuestos a venderse al mejor postor, o como me decía un joven médico hace poco: “..políticos de pantalón gris, que va bien con cualquier chaqueta..”; quiero escribir de esos políticos cuyos únicos valores de referencia son su ombligo y poco más; quiero escribir de esos políticos que miran para otro lado ante los problemas de los ciudadanos, que no los sienten como los suyos, que no los sufren ni comparten, que ni los ríen ni los lloran; quiero escribir de esos políticos vagos e incompetentes que son puestos a dedo “por el jefe” y aceptan cargos de gran responsabilidad con tal de salir en la foto....y en la nómina; quiero escribir de esos políticos que creen que el poder es suyo ...por “méritos propios” y además vitalicio; quiero escribir de esos políticos cuyas palabras no tienen más valor que la mentira, que no dudan en contradecirse o en cambiar su discurso con tal de seguir ahí creyendo que los demás somos imbéciles y nos van a engañar siempre; quiero escribir de esos políticos que viniendo de comer lentejas en seguida se adaptan a los restaurantes de manjares selectos, buenas mariscadas y mejores vinos; quiero escribir......y no termino de encontrar las palabras porque la ira me nubla los buenos modos, la educación, el respeto, …. y así no hay política que valga. Y mucho menos en este país de cainitas dispuestos una o dos veces por siglo a matarnos entre nosotros mismos.

Y también quiero escribir de sus votantes, de esos que los ponen una y otra vez en el poder; de esos votantes con actitudes más propias de un hincha forofo de un club de fútbol que de un ciudadano libre y responsable, gente que vota a un partido con la única razón de “..¿a quién voy a votar...?..”; quiero escribir de esos votantes que vociferan en barras de bar sobre sus malos políticos pero no dudan lo más mínimo en saludarles de forma servil cuando tienen la oportunidad de hablarles cara a cara; quiero escribir de esos votantes que alaban a sus políticos sin el menor reparo o reflexión, vitoreándoles o hasta piropeándoles en plena campaña electoral ….por si cae alguna migaja; quiero escribir de esos votantes para los que la única razón de su voto es ”...¿cómo va lo mío...”; quiero escribir de esos votantes que se autotitulan “apolíticos” o “no quieren líos” pero que siempre votan al que gobierna haga éste lo que haga; quiero escribir de esos votantes que pasan de un extremo al otro, incapaces de aprender nada de la Historia y que pretenden ensayemos políticas que han llevado tozudamente la ruina a los pueblos; quiero escribir.....y no puedo porque me faltan las palabras.

Leía en estos días algo que me ha hecho reflexionar amargamente: “Anda que no tenemos peligro los españoles votando: ahí están Chiquilicuatre y la Esteban...” . Y sentí vergüenza. La misma vergüenza que he visto estos días en muchos de mis amigos andaluces que aún se preguntan que tiene que hacer un gobierno allí para que el electorado le dé la espalda, ….......

Y es precisamente esa vergüenza la única que creo nos puede sacar de la penosa situación en que estamos. Situación que está pidiendo a gritos una regeneración democrática que nos haga volver a creer en nuestras instituciones y en nuestros buenos políticos que, sin la menor duda, los hay.....y si no habrá que inventarlos.

Con un enorme sacrificio, nuestros padres y madres intentaron dejarnos una España mejor y a fé que casi lo consiguen. Ahora nos toca a nosotros, se lo debemos a nuestros hijos y nietos. Y para ello, antes que nada, es imprescindible que seamos buenos votantes,.....un voto es un mensaje y un compromiso con el futuro.

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