miércoles, 6 de marzo de 2019

MALDITA Y MALDITOS



Con la frente aún manchada de ceniza por la tradición del día de la fecha me dispongo a escribir ni más ni menos que sobre nuestra maldita Guerra Civil. Más de una y de dos veces he escrito que llevo toda mi vida escuchando, leyendo o estudiando sobre ella ... y todo lo aprendido sobre ella me lleva a la conclusión del tremendo horror que fue aquello y de la locura maligna que invadió a tantos españoles sin importar el bando para llevarlos a cometer aquellos crímenes horrendos. Ayer, leyendo un libro sobre ella encontré un párrafo que sintetizaba mi pensamiento y todo lo que mis padres y abuelos mi transmitieron:

"...La crueldad, la violencia, el odio son aspectos inherentes a una guerra, pero en la contienda que enfrentaba a los españoles se desencadenó una ola de odio y venganza que avivó los rescoldos de las cuentas pendientes. La basura humana encontró su hueco en esta guerra, la bazofia se acomodó ufana detrás de unas siglas y la incultura, la envidia y el odio a lo ajeno, se instaló en la vida de los españoles..."
Con todo y ello, la mayoría de los españoles supervivientes se propusieron superar aquella miserable desgracia, razones no les faltaban para ello: "... La guerra arrasó como un huracán la vida de los españoles, cuando pasó la tempestad, solo el tiempo podría volver a asentar cada vida en su sitio, junto a su futuro y sus sueños...".
Y, por mi fe, que hubo momentos en la Transición que creí que lo habíamos conseguido... pero no, bastó una crisis en la que deberíamos habernos unidos todos para superarla y haberla salido de ellas mucho más fuerte para que unos políticos ignorantes, zafios e incultos apoyados por unos niñatos imberbes mentales -pido perdón por mis groseras palabras pero no encuentro nada más suave para denominarlos- con propósitos bastardos y sectarios decidiesen en contra de la opinión de la inmensa mayoría sacar a los muertos de la maldita Guerra Civil, intentar de nuevo cometer todos los errores que nos trajo aquel experimento republicano y dividirnos a los españoles en rojos y azules porque a ellos les da la gana y les beneficia. Y así, y por la corrupción imperante en los grandes partidos que construyeron la Transición, nos encontramos hoy día, en pleno siglo XXI y con la que ha caído, con que pretenden gobernar este país desde el comunismo disfrazado, el separatismo irredento racista y nacionalista o la rancia ultraderecha camuflada.

Y no hay derecho, no tienen ningún derecho a no dejarnos a la inmensa mayoría de los españoles, gente de bien, honrada, libre y llena de ilusiones "... tener la fiesta en paz...". Los españoles del siglo XXI se merecen algo nuevo e infinitamente mejor.