domingo, 22 de mayo de 2016

A LA "SEÑO" MARIBEL...



Un soneto me manda a hacer Violante.
Y en mi vida me he visto en tal aprieto....
...Esto lo decía el gran Lope de Vega.



Y aunque, nuestros queridos Maribel y Julián, se hayan ganado, sin la menor duda, en este homenaje un discurso del “Principe de las Letras”, estos canallas que tenemos por compañeros-as han delegado en mí, hace apenas unos días, esta enorme responsabilidad sabiendo, como saben, que yo soy un hombre "parco en palabras y de voz moderada...".

Responsabilidad que, desde que en un acto casi suicida decidí asumir, no ha hecho más que enturbiar mi mente y confundir mis palabras ya de por si afectadas por esas enormes listas de competencias, estándares y rúbricas que nuestra querida Administración, “siempre en su afán de ayudarnos en nuestras tareas diarias”, nos lleva arrojando inmisericordemente en los últimos años … eso sí, ahora en formato Excel. Responsabilidad, querida amiga, que se ve enormemente afectada por el cariño, la admiración, el respeto que tenemos por ti -y añado que, por extensión donde hay una gran mujer, hay un gran hombre,...Date, pues, por aludido querido amigo Julián en todas y cada una de mis palabras-.

Pues bien, como decía, andaba yo con el sueño perdido y la mente embotada cuando sin saberlo iba a encontrar una solución a este discurso precisamente en mi propia casa. Allí, una antigua alumna de nuestra querida Maribel preparaba, sin yo saberlo, una carta que no me resisto a leer en este acto:

Estimada “Seño” Maribel:

Quisiera empezar diciendo que espero me permitas que, en tu homenaje por tus tantos años como maestra, me cuele unos minutos en este discurso. Ni podía ni quería dejar pasar la oportunidad.

Tengo 28 años, soy psicóloga y desde que acabé la carrera no he parado de trabajar. Nada estable, estoy pluriempleada e hilo un trabajo con otro pero sin duda soy una afortunada, de las pocas de mi promoción que puede decir eso dado el actual panorama laboral. Y está historia, mi historia, empieza contigo Seño.

Hace 21 años una pequeña niña pelirroja entraba por primera vez “en el cole de los mayores” . Entraba con ilusión y, pese a ser una niña muy “redicha” y algo latosa, también entraba con miedo “¿Sería capaz de hacer las cosas tan difíciles que allí se hacían?”, “¿Y la Seño?, ¿sería una Seño buena o me regañaría mucho?” . Con el tiempo descubrí que ambas cosas eran más que compatibles: era una Seño excepcional, y por eso me regañaba tantas veces como, sin duda, era necesario.

Recuerdo entrar cada mañana y cantar “buenos días señor” y después alguna otra como “Chivito no quiere salir del rincón”, recuerdo el abecedario colgado en la pared del fondo, las macetas que cuidábamos en el lateral del aula, aquella caja donde guardabas tu colección de botones y las fichas de motricidad fina que hacíamos, al igual que tu lucha porque no apretara tanto el lápiz y no me saliera de la línea de puntos. Si no recuerdo mal, mis calificaciones del primer trimestre no fueron las más brillantes del mundo pero a las fichas le siguieron los números, las palabras y, con ellas los libros de lectura, sumas, restas … Y de repente… había acabado el ciclo con unas buenas notas y una sonrisa en la cara.

Muchos otros grandes maestros han pasado a lo largo de mi vida, pero como decía al principio, contigo empieza mi historia, contigo aprendí a leer y escribir y algo mucho más importante, aprendí como una “Seño” es capaz de dar tanto cariño a sus alumnos y tener tanto amor por su trabajo.

Veintiún años después tengo una carrera y no me falta el trabajo gracias a “mi Seño Maribel”, quién veintiún años después de que esa niña pelirroja entrase en su clase se emociona en una de mis charlas a sus alumnos y a quien se le ilumina la sonrisa cada vez que me ve por la calle.

Tengo 28 años y sigues siendo “mi Seño”, algo que serás el resto de mi vida. Sin duda es un título que te has ganado.

Esta es mi historia y empieza contigo, pero sólo es una de tantas, una de las cientos de historias que has fabricado a lo largo de tus años de docencia. No me cabe duda de que hoy hay cientos de personas que podrían contar una historia similar a la mía: abogados, arquitectos, médicos, enfermeros y seguramente otros maestros que aspiran a parecerse a ti.

Por eso hoy eres “la Seño Maribel”, la creadora de historias. Y eso Seño, no hay jubilación que te lo quite.



…............


Bueno,.... ¿qué más....?¿qué más digo yo ahora...?

Pues, por decir algo mientras recomponemos las emociones, ésta y otras muchas opiniones que sin duda recibiréis sólo pueden ser la cosecha de vuestra generosidad, de vuestras virtudes y buen hacer y de lo mucho que siempre nos habéis dado a alumnos, a compañeros y a esta bendita profesión...

Y es que, parafraseando a Ortega, dices Maribel Cano -o Julián Ferre- y la Educación en Melilla crece; el magisterio, la docencia se hacen arte y los cimientos de nuestros colegios se hacen más fuertes y nobles.

Aunque Maribel, además de esos cimientos nos deja, entre otras muchas cosas, catalogadas y clasificadas no sé bien cuantas variedades de plantas del Colegio Anselmo Pardo . Plantas, ..vidas....que como tus alumnos llevarán tu impronta, tu presencia, tu trabajo y allí estarán como testigo de tu buen hacer...

Voy a ir terminando. Y me vais a permitir que lo haga de una forma un tanto personal y egoísta...

(Para ello requiero junto a mi, la presencia de mis compañeros Félix Nieto y Paco Rico )

Empecé con Lope de Vega y voy a terminar con Alexandre Dumas. Durante estos últimos años Maribel, Félix y un servidor hemos sido un poco Los Tres Mosqueteros y, sin la menor duda, Paco tú has sido D'Artagnan. Durante este tiempo, querida mosquetera ”Aramis” Maribel , has luchado contra ese “Richelieu” de la ignorancia y el embrutecimiento que empobrecen cada vez a más a nuestra sociedad; contra la falta de valores éticos y hasta estéticos y la ausencia de sentimientos nobles; como otros, has perdido batallas....pero has ganado muchas guerras; te llevas un montón de heridas y cicatrices....todas ellas deseamos que curadas con el bálsamo de Fierabrás que hoy con este reconocimiento te damos alumnos y compañeros; también te has batido contra quienes sólo han puesto en nuestros caminos socavones, barreras, y lo has hecho sin rendirte nunca, sin el menor resentimiento.... soñando siempre con un sistema educativo adecuado y eficiente para nuestros niños y jóvenes, casi suplicando que, simplemente, te dejaran trabajar. En fin, que os vamos a decir de esos “Richelieu” que jamás tendrán la grandeza de apartarse a un lado, aprender y dejar trabajar a MAESTROS como Maribel y Julían...

Pues bien llegado este momento, querida “Aramis” Maribel, tus particulares “Athos, Porthos y D'Artagnan” queremos hacerte entrega de un modesto obsequio con el que recordar siempre ese “ Todos para uno, uno para todos” de estos últimos años en los que siempre fuiste nuestra referencia, nuestra esperanza, nuestra sonrisa ante las adversidades y la que más valentía y ánimos aportaba.... Y todo ello a pesar de que tu ordenador o tu pizarra digital “misteriosamente” siempre se estropeaban en el momento más oportuno o como se te resistía insertar en el blog aquel vídeo…. Todo eso, amiga, lo hemos medido en horas, minutos y segundos.
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Y ahora si que termino: muchas gracias Julián, muchas gracias queridísima Maribel, no nos olvidéis ….aunque sólo sea para venir a reíros de como seguimos sufriendo en las aulas...¡¡ o para venir también a nuestras jubilaciones !!.... Ha sido y es un privilegio teneros como amigos y compañeros, sin vosotros la EDUCACIÓN EN MELILLA ( con mayúsculas ) no hubiera sido igual. Por y para vosotros: muchas gracias por haber estado, por estar y por seguir estando ahí....